sábado, 20 de julio de 2013

Alberico Crescitelli, Santo


Mártir, Julio 21
 
Alberico Crescitelli, Santo
Alberico Crescitelli, Santo

Mártir en China

Martirologio Romano: En Yanzibian, de Yangpingguan, en China, san Alberico Crescitelli, presbítero del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras, que en la persecución promovida por el movimiento de los Yihetuan, golpeado primero brutalmente hasta quedar casi muerto, fue arrastrado al día siguiente, atados sus pies, por un camino empedrado hasta cerca de un río, donde su cuerpo fue despedazado y decapitado, mereciendo por todo ello la palma del martirio (1900).

San Alberico nació en Altavilla, en Benetto, Nápoles el 30 de junio de 1863.

Tuvo una temprana vocación religiosa y su sacerdocio lo llevó a integrar el Instituto Pontificio de las Misiones Exteriores de Milán. Su vocación lo impulsó a misiones extranjeras en China que luchaban por expandir las creencias cristianas.

A fines del siglo XIX y principios del XX se abatió sobre estas misiones un furioso y sangriento ataque, proveniente de la Asociación de la Justicia y de la Armonía, conocida comúnmente como de los Boxers.

El odio acumulado y reprimido contra los extranjeros durante la Guerra del Opio y a la imposición de los llamados Tratados Desiguales por parte de las potencias occidentales fueron desencadenantes de la persecución. Sin embargo, la matanza de los misioneros fue motivada especialmente por razones religiosas, según cuentan los documentos de la época.

Crescitelli desarrolló su ministerio en el Shanxi Meridional y allí fue martirizado y decapitado el 21 de julio de 1900. “Dicen que, cuando su cabeza rodaba hacia un río cercano, todavía sus labios decían: ‘Jesús, Jesús, Jesús’”.

Alberico y los otros 119 mártires que murieron en China por odio a la fe cristiana fueron proclamados santos de la Iglesia el 1 de octubre de 2000 por S.S. Juan Pablo II.



San Alberico Crescitelli, presbítero y mártir
fecha: 21 de julio
n.: 1863 - †: 1900 - país: China
canonización: B: Pío XII 18 feb 1951 - C: Juan Pablo II 1 oct 2000
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Yanzibian, cerca de Yangpingguan, en China, san Alberico Crescitelli, presbítero del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras, que, en la persecución desencadenada por la secta de los Yihetuan, golpeado primero brutalmente hasta quedar casi muerto, fue arrastrado al día siguiente, atados sus pies, por un camino empedrado hasta cerca de un río, donde obtuvo la palma del martirio al ser despedazado y decapitado su cuerpo.

Alberico, el cuarto de los once hijos de Benjamín Crescitelli y de Digna Bruno, nació el 30 de junio de 1863, en Altavilla Irpina, provincia de Avellino. Su párroco advirtió su piedad e hizo que iniciara sus estudios. A los quince años, Alberico entró al seminario pontificio de San Pedro y San Pablo para las Misiones Extranjeras en Roma. Durante sus estudios, tuvo el dolor de perder a su padre y a una hermana, muertos por un terremoto en Casamicciola. Fue ordenado sacerdote el 4 de junio de 1887. Cuando pasaba unos días con su familia, se declaró una epidemia de cólera. Con el permiso de sus superiores, se quedó allí para ayudar a los enfermos. Su constancia y su dedicación le valieron el reconocimiento de Iodos, y el gobierno italiano le otorgó una medalla. Se alejó furtivamente de Altavilla Irpina la mañana del 31 de octubre. Su madre, al notar su ausencia, lo encomendó a la Virgen María con amargo llanto.

Después de haber tenido el honor de ser recibido por el Papa León XIII, dejó Roma el 2 de abril de 1888 y se embarcó para Marsella. Llegó a China el 18 de agosto. Fue designado para el vicariato apostólico de Shen-Si, que debía recorrer constantemente. Jamás retrocedió ante las fatigas ni las incomodidades de los alojamientos improvisados, atento sólo a penetrar lo más completamente posible en la mentalidad de las poblaciones medio salvajes que le habían sido confiadas.

La miseria era extrema y no vacilaba en reclamar para los cristianos las mismas cantidades de arroz que se distribuían entre los paganos. Nunca se sintió extranjero y empleó su tenacidad para estudiar los problemas del cultivo del arroz, pues creía que, al interesarse en los problemas vitales de la China, atraería a los chinos al Evangelio. El cálculo era justo. Construyó una iglesia en Han-Yang-Pin para los nuevos cristianos. En 1900, el vicario apostólico le pidió que se fuera a la región de Ning Kiang, que todavía no había sido evangelizada. Fue allí donde le sorprendió la revuelta de los boxers. Para no comprometer a sus amigos, se fue a Yan-Pin-Kouan en donde le reconocieron. Golpeado, torturado y arrastrado por los pies sobre las piedras del camino, fue finalmente decapitado, cerca de Yen-Tsé-Pien, el 21 de julio de 1900. Fue beatificado por Pío XII el 18 de febrero de 1951, y canonizado junto con los demás mártires chinos el 1 de octubre de 2000.

Carta Apostólica de SS Pío XII en ocasión de la beatificación, Acta Apostolicae Sedis, vol, XLIII, 1951, pp. 159-163, con un resumen en latínd e los hechos. Traducción del discurso de Pío XII en la Documemtation catholique, Vol. XLVIII, 1951, cols. 321-324.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI


 

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