martes, 14 de mayo de 2013

Andrés Bobola, Santo


Presbítero y Mártir, 16 de mayo
 
Andrés Bobola, Santo
Andrés Bobola, Santo

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En Janow, cerca de Pinsk, junto al río Pripjat, en los confines de Polonia, san Andrés Bobola, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, que se esforzó activamente por la unión de los cristianos hasta que, habiendo sido capturado por unos soldados cosacos, con su sangre dio gustosamente el supremo testimonio de la fe. ( 1657)

Fecha de canonización: 17 de abril de 1938 por el Papa Pío XI.
Polaco de origen extranjero (su familia procedía de la Bohemia, pero llevaba ya varias generaciones en el país), es uno de los símbolos de la martirizada Polonia. Cada vez que en la historia reciente la nación polaca se ha visto sumergida por invasiones y ha sido víctima de desmembramientos, la defensa de la fe y la esperanza en el futuro se han concretado en hechos milagrosos por intercesión de este jesuita.

Era oriundo del sur del país, nació en Sandormir el 30 de noviembre de 1591; se educó con la Compañía de Jesús, en la que solicitó ingresar, y en 1622 fue ordenado de sacerdote en Vilna. En esta ciudad ejerció su ministerio, destacando como predicador, director de conciencias y hombre de caridad inagotable atendiendo a enfermos y moribundos, sobre todo durante la peste de 1625.

Pero su carácter impulsivo y fogoso le llevó a querer vivir en los lugares de mayor riesgo, y desde 1633 hasta su muerte fue uno de los misioneros más activos en la parte oriental de lo que entonces era Polonia, una región disputada por los rusos y con una gran mayoría de habitantes que vacilaban entre el cisma ortodoxo y la Iglesia romana.

Durante un cuarto de siglo Andrés Bóbola vivió en esta azarosa frontera de la catolicidad, mientras se sucedían a su alrededor guerras, matanzas de religiosos, devastaciones y amenazas de todo orden, hasta que en mayo de 1657, a sus 66 años, en Lituania, fue apresado por los cosacos y murió entre salvajes torturas: le azotan de pies a cabeza, le echan al cuello una soga, y sujetándola a la silla de dos caballos, los lanzan a correr. Después le queman todo el cuerpo con antorchas encendidas: en odio al orden sacerdotal, le desuellan la corona y las manos; le hincan astillas entre las uñas de las manos y de los pies; le cortan la nariz, las orejas, los labios; y abriéndole el cuello por detrás, le arrancan la lengua. Por fin, le atraviesan el corazón con una lanza. y le acribillan con las espadas todo el cuerpo, hasta que el invicto mártir expira. Era el 16 de mayo de 1657.

Fue canonizado en 1938 por el Papa Pío XI y sus restos mortales se veneran en Varsovia.



San Andrés Bobola, presbítero y mártir
fecha: 16 de mayo
n.: 1591 - †: 1657 - país: Polonia
otras formas del nombre: Andrzej Bobola
canonización: B: Pío IX 30 oct 1853 - C: Pío XI 17 abr 1938
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Janow, cerca de Pinsk, junto al río Pripjat, en los confines de Polonia, san Andrés Bobola, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, que se esforzó activamente por la unión de los cristianos hasta que, habiendo sido capturado por unos soldados cosacos, con su sangre dio gustosamente el supremo testimonio de la fe.

Andrés Bobola descendía de una aristocrática familia de Polonia. Nació en 1591, en el palatinado de Sandomir y, en 1609, entró en el noviciado de la Compañía de Jesús, en Vilna, en la región de Lituania. Dicho país había sido anexado a Polonia por el matrimonio de la reina Eduviges con el duque Jagiello. Una vez ordenado sacerdote, Andrés fue nombrado predicador de la iglesia de San Casimiro de Vilna, donde su celo apostólico impresionó profundamente al pueblo. Más tarde, Andrés fue elegido superior de la casa que los jesuitas tenían en Bobrinsk y ahí se distinguió por la caridad con que asistió a los moribundos durante una terrible epidemia.

Tan pronto como fue relevado de su cargo, volvió a sus actividades de misionero, que había practicado ya durante más de veinte años. Recorrió todo el país, predicando y consiguió reconciliar con la Santa Sede a pueblos enteros de ortodoxos, además de la reforma de vida que logró entre los católicos tibios. Pero sus éxitos no dejaron de atraerle odios y persecuciones. Una de las cosas que más pena le causaron fue que, durante varios años, cuando entraba en alguna ciudad anticatólica, los padres enviaban a sus hijos a insultarle y a lanzarle piedras. A pesar de todo, el santo no dio jamás ninguna muestra de impaciencia ni profirió una sola amenaza contra los niños. En aquella época, Polonia vivía una guerra civil particularmente sangrienta, provocada principalmente por el levantamiento de los cosacos. Los jesuitas, expulsados de sus casas y sus colegios, tuvieron que refugiarse en Podlesia, en la región pantanosa formada por la confluencia de los ríos Pripet y Berezina. Ahí los recibió el príncipe Radziwill, quien les ofreció, en 1652, su castillo de Pinsk. San Andrés se dirigió allá con sus hermanos, aunque sabía muy bien lo que le esperaba en aquella región. En mayo de 1657, los cosacos cayeron por sorpresa sobre Pinsk. El P. Bobola fue capturado cerca de Janow y volvió a Pinsk atado al caballo de un cosaco. Como se negase a abjurar de la fe, fue golpeado bárbaramente. Durante el interrogatorio que siguió, las respuestas del santo molestaron tanto a su juez, que éste desenvainó la espada y casi cortó la mano al buen religioso. En seguida le condenó a una muerte lenta. San Andrés fue conducido al matadero de los animales. Ahí, los verdugos le despojaron de sus vestiduras, le golpearon sin misericordia como a un cerdo, le cortaron la nariz y los labios y, con unas pinzas, le arrancaron la lengua hasta su nacimiento, en el cuello. San Andrés invocaba, en la tortura, a Cristo y a su Madre, lo cual no hacía sino excitar más a los verdugos, quienes finalmente le decapitaron y arrojaron su cuerpo en un basurero.

En 1730, los médicos encontraron el cadáver del santo perfectamente conservado; este hecho inexplicable tenía particular importancia en un país en que los ortodoxos veneran especialmente el fenómeno de la incorruptibilidad. El examen médico puso de manifiesto la barbarie de los perseguidores. San Andrés Bobola fue canonizado en 1938.

Véase L. Rocci, Vita del B. Andrea Bobola (1924); H. Beylard, Vie... de St André Bobola (1938); Thurston, en Studies, sept. de 1938, pp. 381-393. L. J. Gallagher y P. V. Donovan adaptaron al inglés (Boston, 1938) la biografía escrita por Mareschini. Los bolcheviques se llevaron a Moscú el cuerpo de San Andrés, que fue trasladado a Roma en 1922; sobre esta extraordinaria historia, véase Gallagher, en The Month, feb. de 1924.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
 

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