jueves, 22 de septiembre de 2011

Amparo Portilla Crespo

Amparo Portilla Crespo nació en Valencia el 26 de Mayo de 1925, siendo la mayor de cuatro hermanos. A la edad de 12 años, la muerte de su padre en la guerra civil, le hace madurar anticipadamente y aceptar la vida austera que dicha pérdida supuso.

Estudió bachillerato en el colegio del Sagrado Corazón de Godella (Valencia), donde el 25 de Mayo de 1943 le fue impuesta la medalla de Hija de María, eligiendo como lema "Aparta Madre de mí, lo que me aparte de Tí", al que fue delicadamente fiel durante toda su vida. Siempre mantuvo gran cariño y relación con las Religiosas a quienes estaba muy agradecida por el afecto y formación que le habían dado. Mayo -mes de la Virgen- estuvo muy vinculado a ella, en él nació, fue bautizada, hizo la Primera Comunión, celebraba su santo y en él falleció.

Estudió Magisterio y Puericultura. Participó e impulsó la catequesis en la Parroquia de la Santa Cruz, barriada humilde de Valencia, mostrando su predilección por los niños marginados por la pobreza.

Se fue a vivir a Madrid en 1950 tras casarse con Federico Romero. Fue un matrimonio enamorado y feliz del que nacieron once hijos. Dedicada a su familia, madre cariñosa, paciente y abnegada, trabajadora infatigable, siempre alegre y generosa, dando a los demás permanente ejemplo de vida cristiana. Diariamente agradecía al Señor los dones cotidianos que decía no merecer y ofrecía las adversidades por quienes estaban en peor situación.

Siempre preocupada y volcada hacia las necesidades de los demás, con especial amor por los más desprotegidos, pobres, enfermos o apartados de Dios, a los que, sin aceptar el pecado, defendía como personas, resaltando sus cualidades y disculpando los defectos. Nunca tuvo rencor a nadie, aunque le hubieran perjudicado en algo, sino que perdonaba y se esmeraba con ellos dándoles más cariño.

En febrero de 1994 aceptó con serenidad cristiana el diagnóstico de su cáncer de pulmón, considerando su enfermedad como instrumento de acercamiento al Señor para ella y para todos los que estaban a su alrededor. Luchó contra su enfermedad, diciendo que había generado una explosión de cariño en todos los que le rodeaban, familia y amigos. No dejó de interesarse por los problemas de los demás ni de los acontecimientos mundiales, políticos y sociales.

Soportó y ofreció con alegría las numerosas intervenciones médicas que se le practicaron, sin queja alguna, animando y dando cariño a los que le trataban, a su familia y conocidos.

Falleció en su casa, en Madrid, la madrugada del 10 de Mayo de 1996, mirando en sus últimos días una imagen de la Virgen de los Desamparados, dejando en todos los que la conocieron el poso de su profunda y auténtica vida cristiana.

Devoción Privada


Dios Padre, creador del Universo, que llenaste a tu hija Amparo de las gracias necesarias para que destacara en su amor como esposa, madre y mujer compasiva y misericordiosa, con entrega sincera de si misma, haz que yo sepa hacer de mi vida cotidiana un camino de amor hacia el Cielo.

Dígnate glorificar a tu sierva Amparo y concédeme, por su intercesión, y si es Tu voluntad, el favor que te pido, con la esperanza de que sea pronto incluida en el número de tus santos (pídase).

Así sea

Padrenuestro, Gloria y Salve.



Promueve la Causa de Canonización de Amparo Portilla Crespo, madre de familia que falleció el 10 de mayo de 1996 en Madrid.

El proceso de canonización, en su fase diocesana se abrió en Madrid, el 17 de diciembre de 2001, y se clausuró el 11 de diciembre de 2004. Presidido por el Cardenal Arzobispo de Madrid, D. Antonio Mª Rouco Varela.

Se abrió la fase romana el 11 de abril de 2005.

El decreto de validez lo han otorgado el 17 de noviembre de 2006.

APERTURA DEL PROCESO DE CANONIZACIÓN


El 17 de Diciembre de 2001, tuvo lugar en la parroquia del Sagrado Corazón de Madrid, la solemne apertura del proceso de canonización de Amparo Portilla Crespo, presidida por el Cardenal-Arzobispo de Madrid, Antonio Mª Rouco Varela, que pronunció unas palabras de las que citamos a continuación parte de las mismas.

Al acto asistieron más de 400 personas que llenaron dicho templo. Familiares, vecinos y amigos procedentes de toda España (principalmente de Madrid, Valencia y Sevilla), así como muchos otros que no conocieron a Amparo en vida, pero que acudieron al acto movidos por la creciente fama de santidad que Amparo ya posee, así como en agradecimiento a los numerosos favores que se atribuyen a su intercesión.


PALABRAS DEL CARDENAL-ARZOBISPO DE MADRID
Si hay algún oficio, dentro de la compleja variedad de responsabilidades de un Obispo, que le llene de satisfacción, es el poder iniciar causas o averiguaciones en relación con la santidad de los que fueron hijos de la Iglesia, en este caso de la Iglesia particular de Madid, de la Iglesia sin más, de la Iglesia Diocesana pues es el lugar donde la Iglesia universal -lo dice el Concilio del Vaticano II- existe y opera también para que se beatifique a alguien.

Para mi, y para todos los presentes, Amparo es un ejemplo, un modelo, para todos es una hija de la Iglesia, un miembro de la Iglesia, una hermana. Para los familiares es una esposa, es una madre, es una hermana, es una abuela.

En la Causa de Canonización que se introduce con este acto de apertura de la misma llama la atención dos hechos:

- La Iglesia, hasta hace relativamente poco tiempo, reconoció como santos, preferentemente a los consagrados, a los que siguieron la vida de los consejos evangélicos o que sufrieron persecuciones.

- La necesidad de valorar, apreciar y reconocer la vocación del seglar en la Iglesia ha ido creciendo década a década, siglo a siglo y por ello la necesidad de conocer la importancia que tiene la vocación del matrimonio y de la familia para la edificación de la Iglesia.

El Santo Padre nos ha insistido mucho en estos últimos años en que busquemos un mayor número de personas casadas, que dirijamos nuestra mirada a la Iglesia y descubramos la vocación a la santidad de los cristianos que viven su vocación cristiana como seglares y como esposos, padres y madres de familia y veamos en ellos la santidad, cómo la han vivido y la fidelidad que han significado sus vidas para el bien de la sociedad, para el bien de la Iglesia y para el pueblo de Dios.

Un santo es el que se ha dedicado a Jesús, es alguien en quien se puede ver la figura del Señor y la vida del Señor. Eso puede decirse de la vida de Amparo. El camino que hemos emprendido hoy lo ponemos en manos de la Virgen.

El 11 de diciembre de 2004, tuvo lugar en Madrid (España) la clausura del proceso de canonización-en su fase diocesana- de la sierva de Dios Amparo Portilla Crespo. Fue presidida por el cardenal arzobispo de Madrid D.Antonio Mª Rouco Varela.



Hemos concluido el proceso diocesano de Amparo Portilla Crespo en un tiempo rápido; hace 3 años que lo abrimos , lo cual significa que la memoria de la sierva de Dios, esta viva, y que cumplió su función apostólica como madre, mujer y esposa. Todo nos hace creer que este proceso va a seguir efizcamente adelante y pensar que en Roma van a tener la oportunidad de estudiarlo con una gran diligencia, con auténtica devoción.

El Señor permita por su providencia, que a través de la intercesión a la sierva de Dios, podamos ver un milagro; la curación de una enfermedad y que nos haga comprender claramente que estamos ante una persona que vive en la gloria de Dios, esta intercediendo por nosotros y pertenece a la familia de los bienaventurados.

Vamos a pedírselo aquí, y a confiárselo a la virgen de la Almudena y a la de los Desamparados. Pienso que la tramitación de la causa que tan diligentemente ha llevado el postulador, va a llegar a buen fin.

Estamos en una causa como las que el Santo Padre Juan Pablo II dice; promover la santidad de los hijos de la Iglesia que han vivido su condición de cristianos, su vida, como seglares, como miembros de una familia, padres y madres de familia. El Papa está poniendo mucho interés en promover causas de personas casadas. Esto es bueno y no solo por las circunstancias coyunturales actuales.

Estos días me preguntaban cómo dar al matrimonio eficacia como testimonio del evangelio, en una sociedad que hace propuestas que lo contradicen radicalmente. Ahora presentamos ante los ojos de la Iglesia, del mundo y de la sociedad, una vida llena; de una madre, una esposa, que cumplió su carrera en el mundo, el itinerario de su existencia a través de la historia y de su vida de una forma ¡tan bella, tan hermosa! donde el amor se une a la donación a los demás, la entrega mutua, el amor al otro, junto a la presencia de Dios y la cercanía de la Virgen; ¡Es de tal belleza, tan hermoso reflejo de la bondad y de identificación con la Cruz!

Estamos asistiendo a beatificaciones de madres y padres de familias cristianas, que ponen de manifiesto evangelio de la familia. Es una gran alegría y gozo interior. Cuando un pueblo o una sociedad no quiere tener hijos, la sociedad se vuelve sobre sí, en vez de ser donación de la vida y del amor al otro y a toda la humanidad, se vuelve egoísta y se hace una sociedad de muerte.

Amparo es una demostración palpable de que el proyecto de vida cristiana es posible. Se es santo porque se han vivido heroicamente las virtudes cristianas.

Ahora hay que esperar para que el Señor mande la señal clara, a través de una curación por medio de la intercesión de la sierva de Dios Amparo. Contamos con que ella haga algo en la fase romana.

La recordamos como quien ha sabido estar siempre en el corazón de Jesús.



5 comentarios:

Cachin dijo...

Hola hoy por tv llego a mi el mensaje de amparo, lo necesito e inicio hoy mi novena con su intercesión. Amén.

Cachin dijo...

Hola hoy por tv llego a mi el mensaje de amparo, lo necesito e inicio hoy mi novena con su intercesión. Amén.

Amparo dijo...

Hola soy de la asociación de Amparo Portilla , puede contactar con nosotros
@AmparoPortillaC

Unknown dijo...

Hola soy de colombia y vi el reportaje de Amparo y tengo fe que se sanaran mi hija y esposo por medio de la intersecion de santa Smparo

Jose Antonio dijo...

Ruego a la Sierva de Dios Amparo Portilla Crespo por un favor.
Dios sea Bendito.
José Antonio García Pereáñez
Medellín - Colombia