martes, 11 de noviembre de 2014

SAN MARTÍN DE TOURS



OBISPO





Conocido también como San Martín Caballero

PALABRA DE DIOS DIARIA

Martín de Tours es uno de aquellos hombres que han hecho hablar de sí a muchas generaciones por haber sido protagonista de episodios aptos para despertar la fantasía popular. Es frecuente la narración del episodio de San Martín que, cabalgando envuelto en su amplio manto de guardia imperial, encontró a un pobre que tiritaba de frío, con gesto generoso cortó su manto y le dio la mitad al pobre. Por la noche, en sueños, vio a Jesús envuelto en la mitad de su manto, sonriéndole agradecido.

Martín, hijo de un tribuno romano, nació en Sabaria, en Panonia, hacia el 315. A los quince años ya vestía el uniforme militar. El episodio del manto hay que colocarlo en este periodo, porque a los 18 años recibió el bautismo y abandonó la milicia para seguir a San Hilario de Poitiers, su maestro. Después de un breve noviciado de vida eremítica en la Isle Galinaria, Martín fundo dos monasterios: Ligugé, el más antiguo de Europa, y Marmoutier, que se convertiría en un gran centro de vida religiosa.

Después del paréntesis contemplativo, siguió el activo: Martín, elegido obispo de Tours, se convirtió en el grande evangelizador de Francia. Había sido, como se dice, soldado sin quererlo, monje por elección y obispo por deber. En los 27 años de vida episcopal se ganó el amor entusiasta de los pobres, de los necesitados y de cuantos sufrían injusticias, pero no era bien visto por los de su clero que querían vivir tranquilamente. De hecho fue acusado por un sacerdote llamado Bricio. Su respuesta fue proverbial: “¿Si Cristo soportó a Judas, por qué no debería yo soportar a Bricio?”

Murió el 8 de noviembre del 397 en Candes, durante una visita pastoral. Sus funerales, que tuvieron lugar tres días después, fueron una verdadera apoteosis; en ese día, el 11, se conmemora su memoria. Se puede considerar como el primer santo no mártir con fiesta litúrgica. Esa fecha quedó también como punto de referencia en los contratos de arrendamientos, de terrenos, de compraventas, en el mundo agrícola: “el nuevo vino se bebe en San Martín”, se dice todavía hoy en muchas regiones de Italia y de Francia. 

La mitad del manto que – según la leyenda – San Martín compartió con el pobre de Amiens, se conserva celosamente en una capilla. Al custodio de la capilla se llama “capellán”, sin ser lo, porque es el protector de la “capa” del Obispo de Tours.


11 de noviembre, día de San Martín de Tours


Hoy, 11 de noviembre, conmemoramos a San MARTÍN de TOURS, Obispo.

SAN MARTÍN DE TOURS (316-397) nació en Sabaria, la actual Szombathely, Hungría, hijo de un tribuno romano.

De niño, San Martín recibió una educación cristiana en Pavia, la ciudad natal de su padre, aunque no fue bautizado entonces.

A los 15 años, por deseo y orden de su padre ingresó al ejército romano, quedando adscrito a una división de caballería activa en la Galia.

Tres años más tarde, San Martín fue bautizado por San Hilario, antes de que fuera obispo de Poitiers. Y a los 20 años de edad, hacia el año 336, cuando se iba a emprender una nueva campaña contra los germanos, se separó definitivamente del ejército.

Para San Martín, el servicio de las armas y el ser cristiano eran actividades incompatibles.

De esta época data la célebre historia por la que se le conoce. Montado en su corcel, ataviado elegantemente como oficial, San Martín salía de Amiens, y a las puertas de la ciudad se encontró a un mendigo que no tenía con qué protegerse del frío.

Sin pensarlo, San Martín sacó su espada, y con ella partió a la mitad su elegante capa y le obsequió un trozo al mendigo. Cuenta la leyenda que a la siguiente noche Cristo se le apareció vestido con ese fragmento de capa, y entonces comprendió que el mendigo había sido Cristo que quería probarlo.

San Martín regresó a su natal provincia de Panonia, la actual Hungría, con el propósito de llevar a cabo misiones evangélicas, pero terminó retirándose a la vida de ermitaño durante un tiempo, hasta que finalmente decidió regresar a Francia.

En 361, San M artín fundó una comunidad de ascetas en Ligugé, a la cual se considera el primer monasterio que hubo en Europa; esto es importante porque existen los elementos históricos suficientes para datarlo con certeza.

Diez años más tarde, en 371, San Martín es nombrado obispo de Tours, aunque durante un tiempo continúa residiendo en el otro monasterio fundado por él, llamado Marmoutier, a 4 kilómetros de Tours. Desde ahí pudo organizar finalmente sus anheladas misiones de cristianización.

Por todo su obispado acostumbraba viajar San Martín, distinguiéndose siempre sobre todo por su actitud humilde y por amar y proteger a los pobres.

En uno de estos viajes, en Candes, el actual Candes-St-Martin, cerca de su sede obispal, falleció San Martín de Tours. Fue la primera persona no mártir en ser venerada por su santidad en Occidente.

SAN MARTÍN DE TOURS nos enseña el valor de compartir lo que se tiene con los que no tienen.

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