¡Esta es la fe de la iglesia católica que profesamos!

Festejamos a Cristo Rey del universo, los católicos cristianos reafirmamos la fe que desde hace 2000 años se nos ha dado y que en nuestra celebración eucarística toda la iglesia nos unimos a esa celebración mundial profesamos las verdades centrales y el presupuesto de nuestra fe. Juntos en una sola voz sacerdote y pueblo, presente Cristo Jesús, proclamamos: ¡Esta es la fe de la iglesia que nos gloriamos en profesar en Jesucristo nuestro Señor! Y con un potente ¡amén!, se acepta todo y reafirma la realidad de fe.

Ante Cristo Jesús nuestro rey, la iglesia católica es sostenida por la palabra de vida de Dios (sagrada escritura) por eso en la celebración eucarística se proclama el evangelio; tiene una comunión con la tradición de todos nuestros santos padres que llenos de sabiduría por el espíritu santo, nos han hecho más digerible la fe, sabemos cómo iglesia, que nuestro magisterio, sacerdotes y Papa han sido ungidos para guiar a nuestra iglesia.

Cristo como rey del universo nos motiva a revalidad nuestra misión: somos 100% apostólicos y para ellos primeramente discípulos, nuestros hermanos del siglo I nos enseñaron como cumplir el mandato de nuestro Señor Jesús, predicando su palabra, llevándolo a conocer a nuestro Señor Jesús y hacerlo rey de su vida, Mt 28, 19: Vayan y hagan discípulos entre todos los pueblos, bautícenlos consagrándolos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Estamos 100% seguros que el Espíritu santo lleva a nuestra iglesia.

Nuestro Señor Jesús es rey de todo, por ello, somos 100% Cristo-céntricos, somos 100% marianos, somos 100% trinitarios, creemos en los sacramentos como fuente de vida, sanación, perdón y gracia, creemos en la comunión de los santos, porque sabemos que somos llamados a la santidad, justicia y en los tres estados de la iglesia confirmamos esa comunión: triunfante, militante y purgante, por ello creemos en el purgatorio, estamos seguros 100% de la vida eterna.


Hoy en la fiesta de Cristo rey del universo, rey de reyes, en nuestra celebración eucarística, con pleno convencimiento expresamos nuestro credo trinitario, externamos nuestra alegría en la celebración pascual en Cristo Jesús, por tanto cada domingo celebramos el día del Señor (no sábado) y como pueblo y hermanos nos alimentamos de Cristo Jesús.

El rey Jesús nos ha enseñado la moral evangélica, nos ha educado en la fraternidad, en la comunión y en la perfecta unión con él: 1Jn 1:3 Lo que vimos y oímos se lo anunciamos también a ustedes para que compartan nuestra vida, como nosotros la compartimos con el Padre y con su Hijo Jesucristo. La doctrina está perfectamente definida, el rito litúrgico se ha ido perfeccionando, Creemos en los Concilios y sínodos y por consiguiente en los documentos de nuestra santa iglesia.

Es una dicha volver a saborear, vivir y experimentar lo que somos los católicos, aunque muchos no demos testimonio estas verdades no cambian, aunque muchos tienen problemas de formación y crisis de profesión de fe no cambia la realidad; pocos o muchos es lo que debemos de vivir, reunidos o dispersos nuestra vida es Cristo Jesús: Rom 10:10 Con el corazón creemos para ser justos, con la boca confesamos para obtener la salvación.

Aunque muchos se han extraviado en la fe y han apostado de su fe y bautismo, las verdades de fe no cambian, Cristo es el rey, rey, rey y no cambia nada de la fe, ni lo que es un católico, hoy podemos reafirmar las verdades que nos han sido trasmitidas desde el inicio: Lc 1:4 así comprenderás con certeza las enseñanzas que has recibido.

Hoy ante cristo Jesús y en adoración a él, nos hacemos participes de él y en compromiso de dar a conocerlo, al padre, tenemos al espíritu santo para recordarlo en el corazón.

Y para cerrar el pleno derecho de expresar nuestra fe, tenemos una historia que ha tenido momentos difíciles, no olvidamos que podemos tener errores y que se han cometidos errores, no olvidamos que la misma historia nos ha orillado a tomar decisiones crudas y desde luego no podemos dejar de pedir perdón por el daño colateral y directo, más todo esto nos hace unirnos como miembros de un solo cuerpo y que Cristo nuestro rey nos dice: ¡animo adelante!