lunes, 10 de noviembre de 2014

10 de noviembre, día de San León Magno


Hoy, 10 de noviembre, conmemoramos a San LEÓN I MAGNO, 45º Papa, Doctor de la Iglesia.

SAN LEÓN I MAGNO (¿400?-461) nació en la región de la Toscana, en Italia, en épocas sumamente difíciles para la Iglesia.

Antes de ocupar la Silla de San Pedro, San León Magno ocupó puestos importantes en la organización de la Iglesia. Fue nombrado archidiácono en 430, y fue consejero del papa San Celestino I, y luego del papa San Sixto III.

Por su probidad, en 440 San León fue enviado a la Galia, la actual Francia, a resolver como intermediario una querella política. Ya cumplida su misión, se enteró de la muerte del papa Sixto, y de que él había sido nombrado sucesor suyo.

San León Magno fue un papa enérgico, cuya misión principal fue fortalecer la unidad de la Iglesia. Combatió a diversas herejías, y en 451 convocó al Concilio de Calcedonia, donde se reafirmó la doble naturaleza de Cristo.

Al año siguiente, los hunos, un sanguinario grupo bárbaro, al mando de su legendario líder Atila, penetró a Italia por el norte. Las autoridades civiles huyeron aterradas, pero San León se dirigió él solo a enfrentar al caudillo bárbaro.

Se ignora el contenido y las formas que tuvo el encuentro entre el papa y el más cruel de los jefes bárbaros, pero el resultado fue que San León convenció a Atila de que abandonara Italia, aunque a cambio de un cuantioso tributo.

Del mismo modo, cuando en 455 los vándalos, que habían avanzado por el norte de África, cruzaron a Italia e invadieron Roma, San León Magno se enfrentó igualmente a Genserico, el jefe vándalo.

En esta ocasión San León no pudo impedir el saqueo y el vandalismo; pero lo que sí logró evitar que los habitantes fueran masacrados y la ciudad incendiada.

A pesar de que son escasas las noticias sobre su vida personal, se conservan 173 cartas y 96 sermones de su autoría, en los que en general enfatiza la supremacía del obispado de Roma.

Según una tradición, San León falleció durante la pausa de un Concilio, luego de 21 años de un pontificado que dejó marca en la historia de la Iglesia. Sus restos mortales reposan en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.

En 1754, el papa Benedicto XIV nombró a San León Doctor de la Iglesia. El apelativo Magno lo merece por su energía para reforzar la unión y la influencia de la Iglesia en contra de sus enemigos.

SAN LEÓN MAGNO nos enseña el valor del liderazgo y la determinación.




SAN LEÓN I MAGNO

PAPA






Memoria de san León I, papa, doctor de la Iglesia, que, nacido en Etruria, primero fue diácono diligente en la Urbe y después, elevado a la cátedra de Pedro, mereció con todo derecho ser llamado “Magno”, tanto por apacentar a su grey con una exquisita y prudente predicación como por mantener la doctrina ortodoxa sobre la encarnación de Dios, valientemente afirmada por los legados del Concilio Ecuménico de Calcedonia, hasta que descansó en el Señor en Roma, donde en este día tuvo lugar su sepultura en San Pedro del Vaticano (461).

Etimología: León = Aquel hombre audaz, imperioso y valiente, es de origen latino

El Papa León, que nació en Toscana a fines del siglo IV, es recordado en los textos de historia por el prestigio moral y político que demostró ante la amenaza de los Hunos de Atila (a los que logró detener sobre el puente Mincio) y de los Vándalos de Genserico (cuya ferocidad mitigó en el saqueo de Roma del 455). Elevado al solio pontificio en el 440, en sus 21 años de pontificado (murió el 10 de noviembre del 461) llevó a cabo la unidad de toda la Iglesia alrededor de la sede petrina, impidiendo usurpaciones de jurisdicción, arrancando de raíz los abusos de poder, frenando las ambiciones del patriarcado constantinopolitano y del vicariato de Arles.

Desafortunadamente, no existen muchas noticias biográficas de él. Al Papa León no le gustaba hablar mucho de sí en sus escritos. Tenía una idea elevadísima de su función: sabía que encarnaba la dignidad, el poder y la solicitud de Pedro, jefe de los apóstoles. Pero su posición de autoridad y la fama de rigidez y hieratismo no le impedían comunicar el calor humano y el entusiasmo de un hombre de Dios, que se notan por los 96 Sermones y por las 173 cartas que han llegado hasta nosotros. Sobre todo las homilías nos muestran al Papa, uno de los más grandes de la historia de la Iglesia, paternalmente dedicado al bien espiritual de sus hijos, a los que les habla en lenguaje sencillo, traduciendo su pensamiento en fórmulas sobrias y eficaces para la práctica de la vida cristiana.

Sus cartas, por el estilo culto, demuestran su rica personalidad. De espíritu comprensivo y previsor, se destacó también por su impulso doctrinal, participando activamente en la elaboración dogmática del grave problema teológico tratado en el concilio ecuménico de Calcedonia, pedido por el emperador de Oriente para condenar la herejía del monofisismo.

Su famosa Epistola dogmatica ad Flavianum, leída por los delegados romanos que presidían la asamblea, presentó el sentido y también las fórmulas de la definición conciliar, creando así una efectiva unidad y solidaridad con la sede de Roma. León fue el primer Papa que recibió de la posteridad el epíteto de “magno”, grande, no sólo por las cualidades literarias y la firmeza con la que mantuvo en vida al decadente imperio de Occidente, sino por la solidez doctrinal que demuestra en sus cartas, en sus sermones y en las oraciones litúrgicas de la época en donde se ven evidentes su sobriedad y precisión características.


Murió el año 461

No hay comentarios: