viernes, 5 de julio de 2013

LA TRIPLE GRACIA DE DIOS


Te adelantaste a bendecirlo con dulzura. Necesitamos tres clases de bendiciones: la que nos antecede, la que nos ayuda y la que nos da la perfección. La primera es la de la misericordia, la segunda la de la gracia, y la tercera la de la gloria. La misericordia antecede a la conversión, la gracia sostiene esta conversión y la gloria la lleva a su plenitud. Si Dios no nos concediera estas tres bendiciones, nuestra tierra no produciría el fruto de la salvación. Sí, nos es imposible comenzar el bien sin la iniciativa previa de la misericordia, o practicarlo si la gracia no nos ayuda, o llegar a su perfección mientras no estemos inmersos en su gloria. 
 De estas tres bendiciones, la más entrañable para nosotros es la que nos anticipa a nosotros, totalmente vacíos de méritos, e incluso a partir de grandes deméritos. Cuando aún somos hijos de ira y nos entregamos a las obras de la muerte, él concibe para nosotros designios de paz. Y a aquellos que en vez de suplicarle le rechazan, que en vez de invocarle le provocan, y en vez de rogarle le rehúsan,  les concede el espíritu bueno, el espíritu de vida y el espíritu de adopción. 
 ¿Qué puede saber dulce el alma que no saborea semejante misericordia? Con toda razón, pues, es llamada bendición de dulzura la que nos antecede; pues la que nos ayuda es bendición de fortaleza, y la que nos lleva a la perfección es bendición de plenitud.
RESUMEN
De cómo las tres gracias de Dios son la misericordia, la gracia propiamente dicha y en tercer lugar la gloria, pero todo empieza por la misericordia que a todo antecede y, espontáneamente, nos es otorgada.

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