viernes, 10 de mayo de 2013

Nereo y Aquileo, Santos


Mártires, Mayo 12
 
Nereo y Aquileo, Santos
Nereo y Aquileo, Santos

Mártires

Martirologio Romano: Santos Nereo y Aquileo, mártires, los cuales, según refiere el papa san Dámaso, eran dos jóvenes que se habían enrolado en el ejército y que, arrastrados por el miedo, estaban dispuestos a obedecer las órdenes impías del magistrado, pero después de convertirse al Dios verdadero dejaron el ejército, arrojando sus escudos, armas y uniformes, contentos de su triunfo como confesores de Cristo. Sus cuerpos fueron sepultados en este día en el cementerio de Domitila, situado en la vía Ardeatina de Roma (s. III ex.).

Etimológicamente: Nereo = Aquel que domina el mar, es de origen griego.

Etimológicamente: Aquileo = Aquel que lucha sin espada, es de origen griego.
Estos dos personajes estaban al servicio de Flavia Domitila , una de las primeras señoras de Roma.

El historiador Eusebio dice que esta noble dama era sobrina del Emperador Domiciano y que el tal mandatario la envió al destierro, porque ella se había declarado seguidora de Jesucristo.

Con Domitila fueron enviados también al destierro San Nereo y San Aquileo, porque proclamaban su fe en el Divino Redentor.

Afirma San Jerónimo que el destierro fue tan cruel y tan largo que les sirvió de martirio.

Después otro emperador mandó que les cortaran la cabeza y así tuvieron el honor de derramar su sangre por proclamar su fe.

El Papa San Dámaso escribió la siguiente inscripción en la tumba de estos dos mártires: "Nereo y Aquileo pertenecían al ejército del emperador. Pero se negaron a cumplir ciertas órdenes que a ellos les parecían crueles.

Al convertirse al cristianismo abandonaron toda violencia y prefirieron tener que abandonar el ejército antes que ser crueles con los demás. Proclamaron su amor a Cristo en esta tierra y ahora gozan de la amistad de Cristo en la eternidad".

El bajo relieve que representa a San Aquileo al ser golpeado por el verdugo, se considera como la más antigua representación que se ha encontrado, acerca del martirio de un cristiano.



Santos Nereo y Aquileo, mártires
fecha: 12 de mayo
†: s. III ex. - país: Italia
otras formas del nombre: Aquiles, Achilleo
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
San Nereo y san Aquileo, mártires, los cuales, según refiere el papa san Dámaso, eran dos jóvenes que se habían enrolado como soldados y que, coaccionados por el miedo, estaban dispuestos a obedecer las órdenes impías del magistrado. Sin embargo, después de convertirse al Dios verdadero, abandonaron el sevicio y, arrojando sus escudos, armas y uniformes, aceptaron el sacrificio contentos de su triunfo como confesores de Cristo. Sus cuerpos fueron sepultados en este día en el cementerio de Domitila, situado en la vía Ardeatina de Roma.
refieren a este santo: Santa Domitila, San Nicomedes
oración:
Dios todopoderoso, concédenos sentir la piadosa protección de los gloriosos mártires Nereo y Aquileo, que nos han dado en su martirio un valeroso testimonio de fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica)

El culto de los santos Nereo y Aquileo es muy antiguo, ya que data, por lo menos, del siglo IV. En la fiesta de estos santos, que se celebraba en Roma con cierta solemnidad, san Gregorio Magno predicó dos siglos más tarde, su vigésima octava homilía: «Los santos ante los que nos hallamos reunidos despreciaron al mundo y pisotearon la paz y las riquezas, y la vida que las ofrecía». La iglesia en que el santo pronunció esa homilía se hallaba en el cementerio de Domitila, en la Vía Ardeatina, sobre la tumba de los mártires. Hacia el año 800, León III construyó una nueva iglesia; el cardenal Baronio (1538-1613), que fue titular de ella, la reconstruyó y llevó de nuevo allá las reliquias de san Nereo y san Aquileo, que habían sido transladadas a la iglesia de San Adrián. Nereo y Aquileo eran soldados pretorianos, según dice la inscripción que el papa san Dámaso mandó poner sobre su tumba. Las «actas» de estos mártires, que son legendarias, dicen que eran eunucos y estaban al servicio de Flavia Domitila, a la que siguieron al destierro. Relatan también que Nereo, Aquileo y Domitila fueron desterrados a la isla de Terracina; los dos primeros fueron ahí decapitados durante el reinado de Trajano (98-117), en tanto que Domitila pereció en la hoguera por haberse negado a ofrecer sacrificios a los ídolos. Probablemente la leyenda se basa en el hecho de que los cuerpos de Nereo y Aquileo fueron quemados en un sepulcro familiar, que se hallaba en lo que fue después el cementerio de Domitila. Durante las excavaciones que llevó a cabo Rossi en 1874 en dicha catacumba, se descubrió su sepulcro vacío, en la cripta de la iglesia que el papa san Siricio construyó el año 390.

Así pues, dada la imposibilidad de dar ningún crédito a las «Actas», todo lo que podemos afirmar acerca de los santos Nereo y Aquileo es lo que se halla consignado en las inscripciones que san Dámaso mandó colocar en su sepulcro a fines del siglo IV. El texto ha llegado hasta nosotros a través de las citas de los viajeros que vieron las inscripciones cuando estaban todavía enteras; pero los fragmentos que descubrió Rossi bastan para identificarlas perfectamente. He aquí el texto, traducido al español: «Los mártires Nereo y Aquileo habían entrado voluntariamente en el ejército y desempeñaban el cruel oficio de poner en práctica las órdenes del tirano. El miedo les hacía ejecutar todos los mandatos. Pero, por milagro de Dios, los dos soldados abandonaron la violencia, se convirtieron al cristianismo y huyeron del campamento del malvado tirano, dejando tras de sí los escudos, las armaduras y las lanzas ensangrentadas. Después de confesar la fe de Cristo, se regocijan ahora al dar testimonio del triunfo del Señor. Que estas palabras de Dámaso te hagan comprender, lector, las maravillas que es capaz de hacer la gloria de Cristo.»

En la distribución y contenido que adopta el Martirologio Romano en la actualidad, la conmemoración de los santos Nereo y Aquileo se ha desvinculado por completo de la de Domitila (que ha pasado al 7 de mayo), y el elogio de los santos prácticamente resume el epitafio damascino, colocando la fecha probable del martirio a fines del siglo III.

Hay una literatura muy abundante sobre la leyenda de Nereo y Aquileo y el descubrimiento del cementerio de Domitila. Las actas pueden verse en Acta Sanctorum, mayo, vol. III. Hay innumerables ediciones y comentarios de ellas: Wirth (1890); Achelis, Texte und Untersuchungen, vol. XI, pte. 2, (1892); Schaefer, Romische Quartalschrift, vol. VIII (1894), pp. 89-119; P. Franchi de Cavalieri, Note Agiografiche, n. 3 (1909), etc. Cf. también J. P. Kirsch, Die romischen Titelkirchen (1918), pp. 90-94; Huelsen, Le Chiese di Roma nel medio evo, pp. 388-389, etc., y Delehaye, Comentario sobre el Martirologium Hieronymianum, p. 249. Se encontrarán abundantes referencias sobre la literatura arqueológica del cementerio de Domitila en el artículo de Leclercq en Dictionnaire d'Archéologie chrétienne et de Liturgie, vol. IV (1921), ce. 1409-1443.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

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