jueves, 9 de mayo de 2013

Mayolo, Santo


Abad de Cluny, 11 de mayo
 
Mayolo, Santo
Mayolo, Santo

Abad de Cluny

Martirologio Romano: En Souvigny, de Borgoña, san Mayolo, abad de Cluny, quien, firme en la fe, seguro en la esperanza y repleto de una doble caridad, renovó numerosos monasterios de Francia e Italia (994)

Etimológicamente: Mayolo = Aquel nacido en el mes de mayo, es de origen latino.
Hijo de Foquer, señor rico y poderoso en Provenza. Mayolo o también Mayeul nació en el año 906, en la pequeña villa de Valenzola. Sus padres murieron pronto, cuando Mayolo era aún muy joven. Pronto le ronda por la cabeza el pensamiento de abandonar sus muchas posesiones y retirarse a la soledad; pero antes de tomar esta determinación le obligan a salir de sus tierras los sarracenos que van haciendo incursiones desde España. Esta es la razón de refugiarse en Mâcon donde le conociera el obispo Bernon que le da la prebenda de un canonicato al ver sus buenas cualidades y disposiciones. Termina sus estudios en la entonces célebre escuela de Lyon de donde regresa para instruir en filosofía y teología al clero local, recibir el diaconado y ser nombrado arcediano, o sea, el primero del orden de los diáconos. Como el ministerio del diaconado lleva consigo preparar la mesa a los pobres, repartiéndoles las limosnas de la iglesia, su nuevo cargo le proporciona la ocasión de ejercitar la caridad limosnera de un modo poco común; de hecho, vende sus muebles, casas y tierras para repartirlos entre los más menesterosos, incrementando así las limosnas del obispo.

Quieren nombrarlo obispo de Besanzon a la muerte de Guifredo; pero se resiste y, temeroso de que se presenten otras ocasiones que no pueda declinar, se retira al claustro. Cluny la abadía recientemente fundada -en el 910, bajo la advocación de san Pedro apóstol y sometido a la autoridad del papa, por Guillermo, duque de Aquitania-, será su casa desde entonces, cuando su tercer abad es Aymardo. Se observa estrictamente la Orden de San Benito de Arriano. Allí le encargan de la biblioteca y le nombran apocrisario, una especie de legado para resolver asuntos fuera del convento y, de modo especial, los que se refieren a las relaciones con los nobles o los príncipes.

Pasa a ser abad de Cluny al quedarse Aymardo imposibilitado para el gobierno por la ceguera. Con el abad Mayolo es cuando la abadía más resplandece por su rectitud, disciplina y espíritu de reforma, volviéndose hacia ella los ojos de los príncipes, emperadores y papas.

La reforma propugnada por Cluny pasa a los monasterios de Alemania a petición del emperador Otón I y de la emperatriz Adelaida.

Las abadías de Marmontier de Turena, San German de Auxerre, Moutier-San-Juan, San Benito de Dijon y San Mauro de las Fosas, en las proximidades de París, conocen la reforma cluniacense en Francia. El mismo papa Benedicto VII encomienda al abad Mayolo la reforma del monasterio de Lerins.

Fue toda una labor apasionante y pletórica realizada sólo en diez años. Claro está que nada de esto hubiera podido realizarse con un espíritu pusilánime o sin oración, sin penitencia y sin su piedad recia que incluía el tierno amor a Santa María como queda expresado en sus peregrinaciones a los santuarios de Nuestra Señora de Valay y de Loreto.

No todos los trabajos fueron ad intra propiciando la reforma de los buenos. Tuvo también escarceos apostólicos y proselitistas con los infieles sarracenos durante el tiempo en que le tuvieron preso, en Pont-Ouvrier, y de quienes fue rescatado por una fuerte suma de dinero que pudo reunirse entre los frailes y con las ayudas de amigos y ricos nobles conocidos.

El emperador Otón II quiso que fuera elegido papa, pero topó con su firme negativa.

Cansado de trabajos y pensando que su misión estaba concluida, propone se elija a su fiel discípulo Odilón para sucederle y renuncia a ser abad. Pero, aunque anciano ya, le queda todavía una última aventura reformadora; fue Hugo, el fundador de la dinastía de los Capetos, quien le pide como rey de Francia que regrese a París para introducir la reforma en la abadía de san Dionisio; no supo negarse, se puso en camino y muere en el intento generoso de mejorar ese monasterio para bien de la Iglesia; en Souvigni, el 11 de Mayo del año 994, casi nonagenario, muere el reformador Mayolo, uno de los hombres más eminentes de la cristiandad del siglo X, organizador insigne que preparó el estallido de vitalidad del siglo XI. Su figura se presenta magnífica en la escena del siglo de hierro en un mundo que estaba en construcción. Además de extender la Orden de Cluny en influencia y prestigio para reformar el mundo cristiano, su obra se extiende a otros aspectos de la vida social: construye y restaura, favorece las letras e introduce las ideas cristianas en los gobiernos de Alemania, de Francia y de Italia y, además, es incapaz de contemplar a un necesitado sin derramar lágrimas.

La abadía de Cluny, el templo mayor del mundo hasta que en el siglo XVI se construyó en Roma la basílica de san Pedro, que llegó a ser uno de los más importantes centros religiosos, que preparó decisivamente el camino a la reforma gregoriana y que se convirtió en potente foco de radiación del románico europeo, está convertida hoy en un montón de ruinas sólo recuperadas para la posteridad en el papel y el diseño. Se cerró y arrasó en el 1790 por la Revolución francesa. Se entiende que no todas las revoluciones son respetuosas con la cultura, ni con el arte, ni con la historia o que quizá existan más interpretaciones de historia, de arte y de cultura.

San Mayolo de Cluny, abad
fecha: 11 de mayo
n.: c. 909 - †: 994 - país: Francia
otras formas del nombre: Majelo, Maiolo. Majolo, Mayeul, Maieul
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Cerca de Souvigny, en Borgoña, san Mayolo, abad de Cluny, quien, firme en la fe, seguro en la esperanza y repleto de una doble caridad, reformó numerosos monasterios de Francia e Italia.
refieren a este santo: Santa Adelaida, San Odilón de Cluny

La Provenza, a principios del siglo X, sufrió violentas incursiones de los sarracenos; por ello, san Mayolo, que desde muy joven había heredado grandes posesiones en las cercanías de Riez, tuvo que refugiarse en casa de unos parientes, en Mácon de Borgoña. Ahí recibió la tonsura, de manos de su tío, el obispo Berno, quien le concedió una canonjía y le envió más tarde a Lyon a estudiar filosofía bajo la dirección del célebre maestro Antonio, abad de L'Ile Barbe, A su vuelta a Mácon, san Mayolo fue nombrado archidiácono, a pesar de que era muy joven, y poco después fue elegido obispo de Besançon. Para evitar que le consagrasen por la fuerza, pues se sentía indigno de tan alto cargo, san Mayolo se refugió en la abadía de Cluny, de la que su padre había sido gran bienhechor. Allí tomó el hábito y fue nombrado bibliotecario y procurador por el abad Ainardo. Como bibliotecario tenía la dirección de los estudios, y como procurador, estaba encargado de la administración y de la gestión de los múltiples bienes de la abadía. Durante los viajes que se vio obligado a hacer, dio gran ejemplo de humildad y prudencia. Berno, primer abad de Cluny, había elegido como coadjutor a san Odón; éste a su vez, había elegido a Ainardo, el cual escogió a san Mayolo para que le ayudase en el gobierno de la abadía, pues había perdido la vista.

La prudencia y la virtud de san Mayolo, le ganaron el respeto de los más grandes hombres de la época. El emperador Otón el Grande tenía gran confianza en él y le encargó de supervisar todos los monasterios de Alemania y otras partes del Imperio. No menor estima profesaban al santo la emperatriz, santa Adelaida y su hijo Otón II; san Mayolo les pagó el afecto reconciliándolos cuando tenían puntos de vista diferentes. Gracias a los privilegios concedidos a la orden que gobernaba, san Mayolo logró reformar numerosos monasterios, muchos de los cuales adoptaron la regla cluniacense. Otón II quería que san Mayolo fuese elegido Papa, pero el santo se opuso terminantemente; a los argumentos del emperador, respondió que sabía muy bien cuan poco preparado estaba para tan alta dignidad y que su carácter era muy diferente del de los romanos. San Mayolo era muy culto y promovió mucho la ciencia. Tres años antes de su muerte, escogió por coadjutor a san Odilón y, desde entonces, se consagró enteramente a la penitencia y la contemplación. Sin embargo, no pudo negarse a la petición del rey de Francia, Hugo Capeto, quien solicitó que fuese a reformar la abadía de St. Denis, en las cercanías de París. San Mayolo enfermó durante el viaje y murió en la abadía de Souvigny, el 11 de mayo del 944. El rey de Francia asistió a sus funerales en la iglesia de San Pedro de Souvigny.

Existen abundantes materiales biográficos sobre san Mayolo. En Acta Sanctorum, mayo, vol. II, hay tres biografías antiguas, cuyo resumen puede verse en BHL., nn. 5177- 5187. Dom G. Morin publicó en la Revue Bénédictine, vol. XXXVIII (1926), pp. 56-57, un himno escrito por San Odilón en honor de San Mayolo. Cf. Zimmermman, Kalendarium Benedictinum, vol. II, pp. 171-173.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
 

No hay comentarios: