viernes, 17 de mayo de 2013

La triple confesión de Pedro

 
Juan 21, 15-19. Pascua. Nos pregunta hoy Cristo a cada uno de nosotros, ¿me amas?
 
La triple confesión de Pedro

Del santo Evangelio según san Juan 21, 15-19

Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos». Vuelve a decirle por segunda vez:«Simón de Juan, ¿me amas?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas». Le dice por tercera vez:«Simón de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero». Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas. «En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas adonde querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras». Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios. Dicho ésto, añadió: «Sígueme».

Oración introductoria

Jesucristo, hoy me preguntas si te amo. Te respondo con todo mi corazón: ¡Sí, te amo! Quiero decírtelo no sólo con mis palabras, sino con mi vida toda: te amo, creo en Ti y en Ti confío.

Petición

Señor, acrecienta en mi alma la virtud de la fe para amarte por encima de todas las cosas y amar a mi prójimo, como a mí mismo.

Meditación del Papa

También en el ministerio de Pedro se manifiesta, por una parte, la debilidad propia del hombre, pero a la vez también la fuerza de Dios: el Señor manifiesta su fuerza precisamente en la debilidad de los hombres, demostrando que él es quien construye su Iglesia mediante hombres débiles. (...) La tercera referencia al Primado se encuentra en el evangelio de san Juan. El Señor ha resucitado y, como Resucitado, encomienda a Pedro su rebaño. También aquí se compenetran mutuamente la cruz y la resurrección. Jesús predice a Pedro que su camino se dirigirá hacia la cruz. En esta basílica, erigida sobre la tumba de Pedro, una tumba de pobres, vemos que el Señor precisamente así, a través de la cruz, vence siempre. No ejerce su poder como suele hacerse en este mundo. Es el poder del bien, de la verdad y del amor, que es más fuerte que la muerte. Sí, como vemos, su promesa es verdadera: los poderes de la muerte, las puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia que él ha edificado sobre Pedro y que él, precisamente de este modo, sigue edificando personalmente. Benedicto XVI, 29 de junio de 2006.

Reflexión

Cristo conoce nuestra debilidad en el amor y así como alguno le entregó nefastamente, otro en cambio se arrepintió y pidió perdón. Y no dudamos que Jesús quería el bien tanto de Pedro como el de Judas, pero uno supo corresponder al amor de su maestro levantándose de su caída y el otro en cambio prefirió ahorcarse en la maldad de su pecado.

Pedro, ¿me quieres?, ¿me amas?, ¿me amas de verdad, incluso más que éstos? Cristo se lo pregunta tres veces porque quiere escuchar de sus mismos labios que le ama de verdad, se lo pregunta tres veces porque busca confirmarle en el amor. Seguramente Jesús sabía que Pedro le amaba pero no es lo mismo saber que alguien nos ama a que nos diga con sus mismo labios tú sabes que te quiero.

El evangelio nos dice que Pedro se entristeció de que por tercera vez Cristo le hubiera preguntado ¿me amas? y no era para más, porque ¿quién de nosotros no se apenaría si escuchamos estas preguntas de aquel que sabemos que nos ama? Nos haría pensar que quien nos lo pregunta duda de nuestro amor o que realmente busca que le digamos que le amamos. De igual forma nos pregunta hoy Cristo a cada uno de nosotros, ¿me amas? ¿me amas incluso más que tu padre y tu madre, tu esposa y tu esposo, un amigo o una amiga, incluso por encima de cualquier objeto material? Y no temamos reponer con un sí sostenido, con un sí que hará de nuestro amor un amor no de sentimientos sino un amor fundado en la entrega y donación, como el amor de Pedro.

Propósito

Hacer una visita a Cristo Eucaristía para pedirle perdón por todas mis faltas de amor hacia Él..

Diálogo con Cristo

Jesús, decirte cuánto te quiero con palabras es fácil, lo complicado es demostrártelo permanente en mi quehacer diario. Te ofrezco ser fiel a la oración, a la formación, al apostolado. Con tu gracia, lo puedo lograr.
viernes 17 Mayo 2013
Viernes de la séptima semana de Pascua

San Pascual Bailón



Leer el comentario del Evangelio por
San Juan Crisóstomo : “¿Me amas más que a éstos? – Apacienta mis corderos.”

Lecturas

Hechos 25,13b-21.
Transcurridos unos días, llegaron a Cesarea el rey Agripa y su hermana Berenice para saludar a Festo.
Permanecieron allí algún tiempo, y Festo expuso al rey el caso de Pablo, diciéndole: «Tenemos aquí a un hombre que Félix dejó preso.
Cuando estuve en Jerusalén, los jefes de los sacerdotes y los ancianos de los ju díos presentaron quejas contra él y me pidieron que lo condenara.
Yo les contesté que los romanos no acostumbran entregar a un hombre sin que haya tenido la oportunidad de defenderse de los cargos en presencia de sus acusadores.
Vinieron, pues, conmigo y, sin demora, me senté al día siguiente en el tribunal y mandé traer al hombre.
Se presentaron los acusadores, pero no lo demandaron por ninguno de los delitos que yo sospechaba.
Sólo tenían contra él cuestiones referentes a sus creencias y a un cierto Jesús, ya muerto, de quien Pablo afirma que vive.
Como yo me perdía en esos asuntos, le pregunté si quería ir a Jerusalén para ser juzgado allí sobre esas cosas.
Pero Pablo apeló y pidió que el sumario lo hiciera el tribunal del emperador. Entonces ordené que lo mantuvieran bajo custodia hasta que pueda enviarlo al César.»


Salmo 103(102),1-2.11-12.19-20ab.
Bendice al Señor, alma mía, alabe todo mi ser su santo Nombre.
Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios.
Cuanto se alzan los cielos sobre la tierra tan alto es su amor con los que le temen.
Como el oriente está lejos del occidente así aleja de nosotros nuestras culpas.

El Señor ha fijado su trono en los cielos y su realeza todo lo domina.
Bendigan al Señor todos sus ángeles, héroes poderosos, que ejecutan sus órdenes apenas oyen el sonido de su palabra.



Juan 21,15-19.
Cuando terminaron de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» Contestó: «Sí, Señor, tú sa bes que te quiero.» Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos.»
Le preguntó por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» Pedro volvió a contestar: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Jesús le dijo: «Cuida de mis ovejas.»
Insistió Jesús por tercera vez: «Simón Pedro, hijo de Juan, ¿me quieres?» Pedro se puso triste al ver que Jesús le preguntaba por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero.» Entonces Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas.
En verdad, cuando eras joven, tú mismo te ponías el cinturón e ibas a donde querías. Pero cuando llegues a viejo, abrirás los brazos y otro te amarrará la cintura y te llevará a donde no quieras.»
Jesús lo dijo para que Pedro comprendiera en qué forma iba a morir y dar gloria a Dios. Y añadió: «Sígueme.».


Extraído de la Biblia Latinoamericana.



Leer el comentario del Evangelio por

San Juan Crisóstomo (c 345- 407), sacerdote en Antioquia, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia
2ª Homilía sobre los Hechos de los apóstoles

“¿Me amas más que a éstos? – Apacienta mis corderos.”

¡Imitemos a los apóstoles en sus virtudes y no nos quedaremos atrás! En
efecto, no son sus milagros lo que los constituyó en apóstoles, sino la
santidad de su vida. En ella se reconoce al discípulo de Cristo. El Señor
mismo nos ha señalado con este signo. Cuando quiso hacer el retrato de sus
discípulos y revelar el signo que los distinguiría, dijo: “En esto
reconocerán que sois mis discípulos”. ¿Sería por los prodigios que obraban,
por los muertos que resucitaban? De ninguna manera. Entonces ¿por qué? “Por
el amor que os tengáis los unos a los otros reconocerán todos que sois
discípulos míos” (Jn 13,35). Ahora bien, el amor no es cuestión de
milagros sino simplemente de virtud: “El amor cumple todo la ley.” (Rm
13,10)... Amaos los unos a los otros y así os pareceréis a los apóstoles,
estaréis en el primer puesto. “Si tú me amas, dice Jesús a Pedro, apacienta
mis corderos”. Aquí, prestad atención, se valora la virtud, el celo, la
compasión, el trabajo de guiar, el olvido de los propios intereses, la
preocupación por cumplir con la tarea de la carga pastoral; todo esto es
fruto de la virtud, del amor, no de los milagros y prodigios sino del amor.
 
 
 
 
 
 
 
 

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No dejes de rezar la Novena al Espíritu Santo. El domingo celebraremos la venida del Espíritu Santo que le llamamos Pentecostés. Pidámosle al Espíritu Santo que nos renueve los frutos y dones que nos concede.




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Treinta días de oración a la Reina del Cielo. A lo largo del mes de mayo, tengamos a María presente en nuestro corazón y en nuestros hogares, entregándole un ramo de Rosas de oración.

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