viernes, 10 de mayo de 2013

Imelda Lamertini, Beata


Virgen, Mayo 12
 
Imelda Lamertini, Beata
Imelda Lamertini, Beata

Patrona de los niños
que van a recibir la Primera Comunión

Martirologio Romano: En Bolonia, de la Emilia, beata Imelda Lambertini, virgen, aceptada desde muy pequeña como monja en la Orden de Predicadores y que, siendo aún joven, después de haber recibido de modo admirable la Eucaristía, entregó inmediatamente su espíritu (1333).

Etimológicamente: Imelda = Aquella que lucha hasta el último aliento, es de origen germánico.
La tradición dice que la Beata Imelda Lambertini, hija del Conde Egano Lambertini de Boloña y Castora Galuzzi, fue una niña devota y piadosa que entró en la vida religiosa a la edad de nueve años.

Su mayor deseo era recibir la Sagrada Comunión, pero era demasiado joven. Finalmente, en la Vigilia de la Ascensión, arrodillada en oración, una hostia apareció por encima de su cabeza. El capellán se la dio. Un rato más tarde, cuando la priora fue a comprobarlo, estaba muerta - arrodillada aún ante el altar. Era el 12 de mayo de 1333.

Independientemente de lo que realmente sucediera (o no sucediera) con la Beata Imelda, una cosa está clara: Imelda estaba dispuesta a aguardar pacientemente a que sus plegarias fueran respondidas.

Cuando oramos, a menudo deseamos una respuesta inmediata.
Imelda Lamertini, Beata
Imelda Lamertini, Beata
Queremos que Dios diga sí o no, y que lo diga en el momento. Si no podemos obtener una respuesta inmediata, queremos algún signo de que Dios ha escuchado nuestra petición y al menos está considerando seriamente el asunto. Demasiado a menudo sin embargo, lanzamos nuestras plegarias en dirección al cielo, sin estar nunca seguros de que hayan sido realmente recibidas.

Nuestras principales dificultades con la oración tienen lugar porque las respuestas no suelen venir del modo que esperamos. Miramos fijamente en una dirección, mientras la respuesta viene de la otra. Toma, por ejemplo, el caso de la Beata Imelda. Oraba para recibir la Comunión, no para que apareciese una hostia milagrosa. ¡Y Fijaos lo que recibió!

Cuando oramos, necesitamos mantener nuestros ojos y corazones abiertos para observar la respuesta. Siempre vendrá, pero casi nunca del modo en que la esperamos.

En el año 1826 S.S. León XII confirmó su culto.

El Papa San Pío X la nombró patrona de los niños que van a recibir la primera comunión.
 
Beata Imelda Lambertini, virgen
fecha: 12 de mayo
fecha en el calendario anterior: 13 de mayo
n.: 1321 - †: 1333 - país: Italia
canonización: Conf. Culto: León XII 20 dic 1826
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Bolonia, de la Emilia, beata Imelda Lambertini, virgen, aceptada desde muy pequeña como monja en la Orden de Predicadores, donde, siendo aún joven, después de haber recibido de modo admirable la Eucaristía, entregó de inmediato su espíritu.

La beata Imelda, patrona de la primera comunión, pertenecía a una de las más antiguas familias de Bolonia. Era hija del conde Egano Lambertini y de Castora Galuzzi. Desde muy niña dio muestras de excepcional piedad; era muy amante de la oración y acostumbraba a retirarse en un rincón de la casa, donde se había construido un pequeño oratorio con flores e imágenes. A los nueve años, sus padres, accedieron a su deseo y la enviaron a educarse al convento dominicano de Val di Pietra. Allí se ganó Imelda el cariño de todos, y su fervor edificó mucho a las religiosas. La joven tenía especial devoción a la presencia eucarística de Cristo en la misa y en el tabernáculo. Imelda deseaba ardientemente hacer la primera comunión, pero, según la costumbre de la época, ésta no podía tener lugar antes de cumplir los doce años. Imelda exclamaba algunas veces: «¿Cómo es posible recibir a Jesús y no morir de gozo?»

Cuando tenía once años, Imelda asistió, con el resto de la comunidad, a la misa de la Ascensión. Como era la más joven, fue la única que no recibió la comunión. Las religiosas se disponían ya a salir de la capilla, cuando vieron que una hostia volaba hasta Imelda, quien se hallaba absorta en oración, cerca del tabernáculo. Inmediatamente le hicieron notar al sacerdote que había celebrado la misa, el cual, impresionado por el milagro, dio inmediatamente a Imelda la primera comunión, que fue también la última. La emoción que produjo a la beata la presencia de Cristo fue demasiado grande. Fulminada por un ataque al corazón, Imelda cayó por tierra; cuando las religiosas acudieron a levantarla la encontraron muerta.

Los bolandistas insertaron en Acta Sanctorum. (mayo, vol. III) un artículo sobre la beata Imelda, en razón de la antigüedad de su culto, aunque éste no fue confirmado oficialmente sino hasta 1826. Existen varias biografías de tipo devoto, como las de Lataste (1889) , Corsini (1892), Wilms (1925) y T. Alfonsi (1927). Ver sobre todo M. C. de Ganay, Les Bienheureuses Dominicaines (1913), pp. 145-152. También hay un corto artículo en Procter, Lives of Dominican Saints, pp. 259-262.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
 
 
 
 
 
 
 

Si usted tiene información pertinente para la canonización de la beata Imelda, comuníquese a:
Chiesa San Sigismondo
Via San Sigismondo, 7
40126 Bologna, ITALIA

 

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