lunes, 27 de mayo de 2013

El Espíritu Santo en la Biblia: El Espíritu y la Sabiduría

 (Sab 7, 22 – 8,1)

 


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Texto a estudiar: Sab 7, 22-8, 1
22 Hay en la Sabiduría un espíritu inteligente, santo, único,
múltiple, sutil, móvil, penetrante, sin mancha,
claro, impasible, amigo del bien, pronto,
23 irresistible, benéfico, amigo de los hombres, firme, seguro,
sereno, todopoderoso, que lo vigila todo,
que penetra a través de todos los espíritus,
los inteligentes, los puros, los más sutiles.
24 Pues más que todo movimiento, la Sabiduría es móvil;
lo atraviesa y lo penetra todo debido a su pureza.
25 En efecto, es un efluvio del poder de Dios,
una emanación purísima de la gloria del omnipotente;
por eso nada sucio se introduce en ella.
26 Pues es un reflejo de la luz eterna,
un espejo sin mancha de la actividad de Dios,
una imagen de su bondad.
27 Aunque sea sola, lo puede todo;
permaneciendo en sí misma, renueva el universo;
y de edad en edad, entrando en las almas santas,
las hace amigos de Dios y profetas.
28 Porque Dios no ama más que al que habita con la Sabiduría…
8,1 Ella se extiende con fuerza desde un confín al otro
y gobierna al universo con acierto.
 
CONTEXTO Y ESTRUCTURA
Se trata de un texto central en el libro de fa Sabiduría de Salomón, escrito en griego en el siglo I a. C. El autor lo ha dicho en 6, 22: “Anunciaré lo que es la Sabiduría y cómo tuvo nacimiento… Seguiré sus huellas desde el origen. En efecto, según las reglas del género literario griego del elogio, exaltar a la Sabiduría exige esencialmente que se explique su naturaleza, su origen y sus acciones. A ello está consagrado Sab 7, 22-8, 1.
  • Sin embargo, este elogio de la Sabiduría se inscribe en una evocación de Salomón, recordando cómo optó este rey por ella (7, 1-21), cómo la deseó lo mismo que desea un hombre a su esposa (8,2-21), y cómo se la pidió a Dios, el único que puede concederla (9,1-18). Mostrar cómo Salomón o el sabio en cuanto tal recibe la Sabiduría, mediante la oración y por un amor preferencial, señalar también todo lo que la Sabiduría trae consigo en provecho de quien la acoge, todo esto no toca más que indirectamente al elogio propiamente dicho de la Sabiduría.
  • Para hablar de la naturaleza de la Sabiduría, el autor la compara con el espíritu que la habita (7, 22-23). Este pasaje, que es el que aquí nos interesa, recoge 21 atributos de este espíritu;
    • para esta especie de letanía, el autor pudo inspirarse en la descripción del bien en 29 epítetos, dispuestos en 9 versos, del estoico Cleantes (texto en Clemente de Alejandría, Protréptico, 72, 2);
    • además, el pasaje queda delimitado literariamente por la repetición en inclusión de los términos espíritu, inteligente y sutil.
    • En una palabra, concluye el autor, la Sabiduría es pureza absoluta y movilidad perfecta, de forma que lo penetra todo. En otras palabras, lo que se dice del espíritu que hay en la Sabiduría (7, 22-23) se dice también de la Sabiduría misma (7, 24) y, además, la naturaleza de la Sabiduría explica su acción.
    • A continuación, con palabras que intentan con mayor o menor éxito elevarse de las concepciones materiales y físicas, sin lograr no obstante llegar a los conceptos puramente metafísicos, el autor procura hacer comprender cómo la Sabiduría se encuentra en total dependencia de Dios al que manifiesta: ella no es Dios, pero existe sólo gracias a él (7,25-26) Ese es su origen.
    • Finalmente, su acción es doble:
      • en primer lugar, pertenece al orden cósmico: la Sabiduría anima, gobierna y renueva el universo, sin perderse ni eclipsarse en él;
      • su acción consiste además en formar, constituir, de una forma más privilegiada, a los amigos de Dios y a los profetas (7, 27-8,1).
EL ESPÍRITU QUE HAY EN LA SABIDURÍA (Sab 7, 22-23)
El autor le otorga 21 atributos; esta cifra es el resultado de la multiplicación de las dos cifras perfectas 3 por 7. El orden interno de la serie se nos escapa en parte tras una serie de Cinco binomios, donde las palabras breves alternan con otras .de cuatro sílabas, los once últimos atributos se organizan de una forma más suelta.
  • Los dos primeros atributos se derivan, uno, de la filosofía estoica (inteligente) y el otro, de la biblia (santo); los dos sitúan al espíritu en el terreno que trasciende al universo material.
  • El segundo binomio marca un contraste: el espíritu es único, pero su esencia es susceptible de múltiples virtualidades en las que su actividad es multiforme.
  • Después de estos atributos que atañen a la naturaleza del espíritu, se pasa a las propiedades que hacen su acción eficaz y pura en el más alto grado (sutil, móvil, penetrante, sin mancha, claro, impasible). Hasta ahora, el autor da a entender que el espíritu no está sometido al orden material, sino que por el contrario lo penetra sin sufrir de él ningún menoscabo. A partir del undécimo atributo: el central (amigo del bien),
  • vienen las cualidades propias del espíritu en su gobierno del mundo: en primer lugar, la bondad de su intención (pronto) y de su acción (benéfico), una bondad espontánea (amigo de los hombres) a la que nada es capaz de poner trabas (irresistible);
  • luego, la constancia (firme) o la serenidad de su acción (seguro);
  • finalmente, para concluir la serie, el hecho de que el espíritu goza de un poder (todopoderoso) y de un saber (lo vigila todo) ilimitados.
Este texto, totalmente preocupado del espíritu, encuentra sin embargo su punto de partida en la figura de la Sabiduría personificada; es ella, más que el espíritu, lo que interesa al autor.
  • Sin embargo, identifica varias veces a la Sabiduría con el espíritu (1,4-5.6-7; 9, 17); si lo observamos bien, esta identificación es nueva en la biblia.
Por el contrario, a Josué (Dt 34, 9) o al vástago de Jesé (ls 11,2) Dios les concede un espíritu de sabiduría, un espíritu que es sabio, podríamos decir, a fin de que gobiernen con éxito. Aquí, la atención se dirige más bien a la Sabiduría que al espíritu; ciertamente, Salomón tiene que reinar, pero el espíritu de sabiduría que solicita se pone en paralelismo con la inteligencia (7, 7), mientras que en Sab 7, 22 el espíritu impregna a la Sabiduría.
  • Prov 1, 23 es el. único texto anterior a Sab en donde se dice que la Sabiduría posee el espíritu, en donde ella se declara dispuesta a desbordarse sobre los que la acogen. Lo que impulsó al autor de Sab a desarrollar esta línea de reflexión fue, al parecer, la filosofía estoica, que atribuía al espíritu un papel de animador del cosmos, papel que nuestro autor aplica a la Sabiduría (7,24-8,1) así como al espíritu (1,7; 7,22), aunque eliminando toda idea panteísta de la que el estoicismo no consiguió librarse del todo.
La Sabiduría se presenta desde entonces como esencialmente espiritual. Sin perder nada de la idea de trascendencia, el autor de Sabiduría desarrolla la de inmanencia. La Sabiduría es esta presencia activa de Dios en el mundo y especialmente en las almas santas.

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