jueves, 16 de mayo de 2013

Bernardino de Siena, Santo

Presbítero, 20 de mayo
 
Bernardino de Siena, Santo
Bernardino de Siena, Santo

Presbítero

Martirologio Romano: San Bernardino de Siena, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, quien, con la palabra y el ejemplo, fue evangelizando por pueblos y ciudades a las gentes de Italia y difundió la devoción al santísimo Nombre de Jesús, perseverando infatigablemente en el oficio de la predicación, con gran fruto para las almas, hasta el día de su muerte, que ocurrió en L’Aquila, del Abruzo, en Italia. (1444)

Etimológicamente: Bernardino = Aquel que es como un fuerte oso, es de origen germánico.
Taquigrafiados con un método que inventó un discípulo suyo, los sermones populares de San Bernardino de Siena han llegado hasta nosotros con toda la naturaleza y el estilo rápido y colorido con que los pronunciaba en las diversas plazas italianas. Al releerlos hoy, se descubre en ellos la actualidad de los temas, entre los más recurrentes el de la caridad, la unidad, la armonía y la justicia. Atacaba la avaricia de los nuevos ricos, comerciantes, banqueros, usureros, negociantes: “Sé muy bien que los bienes que tú tienes no son tuyos; Dios los ha dado al mundo para provecho del hombre: no son del hombre, no, sino para las necesidades del hombre”.

Dirigía palabras durísimas a los que “renegaban de Dios por una cabeza de ajo”, y a “las fieras de largas uñas que roen los huesos del pobre”. “Si tú tienes muchos bienes y no tienes necesidad de ellos, y no los regalas y mueres, vas a parar a una casa muy caliente”.

Aun después de su muerte, acaecida en la ciudad de Aquila, en 1444, San Bernardino continuó su obra de pacificación. En efecto, había llegado a esa ciudad casi moribundo y no pudo predicar los sermones que se había propuesto. Como las luchas seguían entre los bandos, su cuerpo comenzó dentro del cajón a echar sangre a borbotones, y el chorro de sangre cesó solamente cuando los ciudadanos de Aquila pactaron la paz. En acción de gracias decretaron la construcción de un magnífico monumento sepulcral, llevado a cabo después por Silvestre de Santiago.

San Bernardino fue canonizado en 1450, es decir, a los seis años de su muerte, y había nacido en 1380 en Massa Marittima, de una noble familia de Siena. Como quedó huérfano de ambos padres, siendo todavía muy niño, lo criaron dos tías. Estudió en Siena hasta los 22 años, y después abandonó la vida mundana para vestir el hábito franciscano. Dentro de la Orden fue uno de los principales propulsores de la reforma de los franciscanos observantes. Difundió la devoción al santísimo nombre de Jesús, y en unas tablitas de madera hizo grabar el monograma “JHS” que le hacía besar al público al final de sus sermones.

Es el santo patrono de: los anunciantes; la publicidad; contra la ronquera; para pedir por los adictos a los juegos de azar; el personal de relaciones públicas; problemas respiratorios; de la diócesis de San Bernardino en California, E.E.U.U., y de Italia.
 
San Bernardino con el monograma JHSque el adoptó
SAN BERNARDINO DE SIENAFiesta: 20 de Mayo

Nacido en Massa Marittima, territorio de Siena, (hoy en región Toscana, Italia), el año 1380.
Queda huérfano y es criado por una tía. Ya desde chico le gustaban las cosas de Dios. Componía altares e imitaba a los predicadores. De adolescente era se cuidaba de hablar y actuar con pureza.
Cuando tenía 20 años hubo una gran peste en Italia que arrasó a Siena. El y otros jóvenes amigos suyos fueron al hospital y sirvieron por 3 meses hasta que acabó la epidemia.

A los 22 años lo dejó todo para entrar en la comunidad franciscana. Tanto movía los corazones con su prédica que se cerraban las tiendas y hasta las clases en la universidad para escucharle. Se convirtieron innumerables pecadores que venían a el arrepentidos.
Entró en la Orden de los Frailes Menores, se ordenó sacerdote y desplegó por toda Italia una gran actividad como predicador, con notables frutos.
Propagó la devoción al santísimo nombre de Jesús. Tuvo un papel importante en la promoción intelectual y espiritual de su Orden; escribió, además, algunos tratados de teología.
Propaga la devoción a la Eucaristía. Acostumbraba a llevar consigo una tablilla, mostrando la Eucaristía con rayos saliendo de ella y en el medio, el monograma IHS que el ayudó a popularizar como símbolo de la Eucaristía. Fue gran reformador de la Orden Franciscana.
 

No faltan las pruebas: El Papa Martín V lo suspende como predicador pero San Juan Capistrano, le ayuda a arreglar su situación.
Rechazó 3 episcopados, fundó más de 200 monasterios e intervino para traer la paz entre dos bandos, los güelfos y los gibelinos.
A los 63 años se le apareció San Pedro Celestino que le avisa de su muerte ya cercana, la que acontece en la vigilia de la Ascensión. Muere en 1444 y seis años después es canonizado por el para Nicolás V.

Está sepultado en Aquila. Estuvo incorrupto y su ataúd sangró sin cesar hasta que vino la paz entre los bandos que peleaban en la ciudad.


ORACION.

San Bernardino, que propagaste la devoción al santísimo nombre de Jesús, danos un tierno amor al Redentor y obtén para nosotros la protección contra los males respiratorios, con los cuales tú mismo fuiste probado. Te lo pedimos por los méritos de Nuestros ser Jesucristo. Amén .
-Rezar Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
 

Bernardino de Siena.   

San Bernardino de Siena
Saint bernardino.jpg
San Bernardino pintado por El Greco
NombreBernardino Albizzeschi
Nacimiento8 de septiembre de 1380
Massa Marittima (Toscana)
Fallecimiento20 de mayo de 1444
Aquila (Abruzzo)
Venerado enIglesia Católica
Canonización1450 por el papa Nicolás V
Festividad20 de mayo
AtributosTres mitras, crismón
PatronazgoPublicidad, Comunicación, Ludopatía, problemas respiratorios
San Bernardino de Siena, también llamado Bernardine, nació el 8 de septiembre de 1380 y murió el 20 de mayo de 1444. Fue un predicador italiano, un misionero franciscano y un Santo cristiano.

Biografía

Juventud

Bernardino Albizzeschi nació en 1380 como hijo de la familia noble de Albizeschi en Massa Marittima (Toscana). Su padre fue el gobernador de esta ciudad sienesa. Cuando cumplió 6 años de edad, murieron sus padres, y creció desde entonces en la casa de una tía. Después de su educación básica, trabajó unos años cuidando a los enfermos en un hospital. En Siena estudió después Derecho civil y canónico. Durante este tiempo, con la aparición de la peste hacía 1400, trabajó en el hospital de Santa María della Scala, y animó a otros hombres de hacer lo mismo. Se enfermó de esta epidemia, pero sobrevivió.

Comienzos en la orden franciscana

En el año 1402 o 1404, entró en la Orden Franciscana de la observancia. Donó todos sus bienes a los pobres. Al alrededor de 1406 San Vicente Ferrer durante su sermón en Alessandria en el Piamonte, eligió a Bernardino para cumplir la Evangelización de Italia. Bernardino tardó apenas doce años. Durante estos años, Bernardino vivió probablemente retirado en el convento en la montaña de Capriola, cerca de Siena.
Se dice, que "curó" una prostituta sienesa "expulsando el demonio" de su cuerpo. Predicó en Milán en 1417 o 1418. Después predicó el evangelio en ciudades vecinas durante los próximos cuatro años.

Estaciones en su vida: Predicador, vicario, diplomático

 
San Bernardino de Siena (Duomo di Siena).
Durante más que 30 años, Bernardino predicó en Italia. Tenía un papel importante en el renacimiento de la religiosidad al comienzo del siglo XV. Tenía mucho público durante sus sermones. Reconcilió querellas, y realizó milagros. En 1425, predicó todos los días durante siete semanas en Siena.
En el año 1427 fue llevado a juicio en Roma defendiéndose de la acusación de herejía; atendieron teológos como por ejemplo Paulus Venetus. Bernardino fue declarado inocente. El papa Martín V le invitó a Roma para predicar. En el mismo año, le ofrecieron el puesto de obispo de Siena, pero lo rechazó para poder seguir con sus actividades monacales y la evangelización. En 1431, viajó por la Toscana, la Lombardía, Romaña y Ancona. Volvió a Siena para prevenir una guerra contra Florencia. Rechazó en 1431, el puesto de obispo en Ferrara, y en 1435 el de Urbino.
Durante estos años, Juan Capistrano fue su amigo, y Jaime de Las Marcas fue su discípulo. Los papas Martín V y Eugenio IV le ayudaron. El Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Segismundo buscaba el consejo de Bernardino, que le acompañó a su coronación a Roma en 1433.
Bernardino volvió a Capriola para elaborar una serie de sermones. En 1436 empezó de nuevo con su labor misionero, pero ya en 1437 tenía que abandonarlo porque fue eligido vicario general de los franciscanos observantes de Italia y poco después, en 1438, representó toda la orden en Italia.
En 1442, Bernardino pidió al papa su dimisión como vicario general para que se puede dedicar de nuevo a la predicación y reasumir sus trabajos del misionario. A pesar de la bula publicada por Eugenio IV en 1443, en lo cual el papa encargó a Bernardino que apoyará la cruzada contra los turcos, no hay pruebas de su vida predicadora en esta época. En 1444, a pesar de su enfermedad, Bernardino viajó al Reino de Nápoles, cumpliendo con su deseo de haber predicado en todas partes de Italia antes de morir.

Muerte

 
San Bernardino de Siena (detalle).Siglo XVIII. Anónimo. Escuela sevillana. Parroquia de san Francisco de Asís y Santuario Mariano de Nuestra Señora de la Soledad, Las Palmas de Gran Canaria.
Bernardino murió en el año 1444 en Aquila en Abruzzo. Su sepulcro continuó sangrando hasta que dos facciones de la ciudad fueron reconciliados.

Canonización y día festivo

Las narraciones de sus milagros se multiplicaron y así Bernardino fue canonizado ya en 1450 por el papa Nicolás V, solamente seis años trás su muerte. En la Iglesia Católica, se honra a él el día 20 de mayo, en la fecha de su muerte (Santoral católico).

Patrón

San Bernardino es el Santo patrón de diferentes actividades, enfermedades y lugares. Se ocupa de la Publicidad, de la Comunicación, de la Ludopatía, y de problemas respiratorios. Protege la ciudad de Carpi en Módena, Italia, la Barangay filipina de Kay-Anlog y la diócesis de San Bernardino en [[California, en San Bernardino Contla, Tlaxcala;y San Bernardino Chalchihuapan Puebla México.http://www.e-local.gob.mx/work/templates/enciclo/tlaxcala/mpios/29018a.htm De igual manera, es el Santo Patrón de Xochimilco, Distrito Federal, cuyo santuario elevado a Catedral, se ubica en el Centro de esta demarcación cuya denominación es precisamente Templo de San Bernardino de Siena que data de 475 años, y se le celebra el 20 de mayo. Otro lugar en donde se venera es en el Poblado que lleva su nombre: San Bernardino, en el Municipio de Texcoco Edo de México en dond actualmente se cuenta con su Parroquía.
En España es el patrón de Cuenca de Campos, pintoresca villa de la provincia de Valladolid donde cada 20 de mayo se celebra una romería a la ermita del mismo nombre.

Objetivos en su vida

Predicación contra la sodomía

En sus sermones, Bernardino predicó contra las costumbres sodomíticas de los italianos. En uno de ellos, se refiere a la reputación de los italianos en otros países:
O Italia, provincia del altra del che del più del contaminata del SE del ne del quanto '! ¡Virginia ' un tedeschi, vanto e ' danno del bello del che de la oda de e un ' Taliani! De Dicono del che mondo del al del generazione del è no, che Italiani del sodomitti del maggiori del sieno del che.[1]
O, Italia, ¡cuánto más que cualquier otra provincia te contaminaste! ¡Vaya a los alemanes, y oiga qué cosas encantadoras dicen sobre los italianos! Dicen que no hay gente en este mundo que son mayores sodomitas que los italianos."
En esta época, estas prácticas habían sido consideradas como "desgracias divinas", igual como la peste; algunos clérigos esperaban que las catástrofes se podrían evitar restringiendo prácticas inmorales.

Expansión de la orden franciscana observante

Desde el principio de su vida religiosa, Bernardino trabajó vigorosamente para propagar el rama de los frailes menores observadores en la orden franciscana, pero, contrariamente a qué se indica a veces, él no fue su fundador. Sin embargo, Bernardino fue un personaje importante para este rama de la orden, su ayuda principal y propagador indefatigable. De esto se puede hacer una cierta idea comparando la cantidad de frailes en este rama cuando entró Bernardino en la orden con la cuando murió: subió de 130 a 4000 miembros.
Además, Bernardino mismo ha fundado, o reformado, por lo menos trescientos conventos o monasterios. Bernardino envió también a misioneros al oriente. Además, gracias a sus esfuerzos atendieron muchos embajadores de las naciones cismáticas al Concilio de Basilea.

Iconografía

 
La gloria de San Bernardino de Siena, pintado por Pinturicchio (Santa María en Aracoeli, Roma).
Después de su muerte, los franciscanos difundieron imágenes de Bernardino. En las pinturas fue representado en general con tres mitras delante de sus pies, lo que simboliza el rechazo de los tres puestos de obispo que le ofrecieron. En su mano suele llevar el Crismón IHS, del cual salen rayos o lo cual esta incorporado en un sol; así se muestra su dedicación al "nombre santo de Jesús").
En Siena, trás la muerte de Bernadino, se elaboró un retrato a base de su máscara de muerte de L'Aquila con la cabeza calva y la cara extenuada, que parece tener una buena semejanza fisionómica. Este retrato fue probablemente la fuente de muchas pinturas posteriores del santo.
Las representaciones más famosas y apreciadas son posiblemente los frescos que describen el ciclo de su vida. Fuen pintados hacia el final del siglo XV por Pinturicchio en la capilla de Bufalini de Santa María en Aracoeli, en Roma.

Referencias

  1. "soddomia del maladetta del della del peccato de Abominabile". campo di Siena del sul del volgari de Prediche. 1427 vol. 2, Milano, p. 1149

Enlaces externos

 
 
San Bernardino de Siena, religioso presbítero
fecha: 20 de mayo
n.: 1380 - †: 1444 - país: Italia
canonización: C: Nicolás V 24 may 1450
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
San Bernardino de Siena, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, quien, con la palabra y el ejemplo, fue evangelizando por pueblos y ciudades a las gentes de Italia y difundió la devoción al Santísimo Nombre de Jesús, perseverando infatigablemente en el oficio de la predicación, con gran fruto para las almas, hasta el día de su muerte, que ocurrió en L’Aquila, del Abruzo, en Italia.
patronazgo: patrono de los tejedores de lana y los anunciantes publicitarios; protector contra la ronquera, y las enfermedades de pecho, pulmonares, y hemorragias.
oración:
Señor Dios, que infundiste en el corazón de san Bernardino de Siena un amor admirable al nombre de Jesús, concédenos, por su intercesión y sus méritos, vivir siempre impulsados por el espíritu de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica)

San Bernardino nació en la Massa Marittima de Toscana, donde su padre, que pertenecía a la noble familia sienesa de los Albizeschi, ejercía el cargo de gobernador. Bernardino quedó huérfano de padre y madre antes de cumplir los siete años. Una tía materna de Bernardino, junto con su hija, se encargó de su educación; ambas mujeres, que eran excelentes, le educaron piadosamente y le quisieron como a un hijo. A los once o doce años, Bernardino ingresó en una escuela de Siena, donde cursó brillantemente los estudios que hacían en aquella época los jóvenes de su posición. Bernardino era muy bien parecido y tan simpático, que todos estaban contentos en su compañía. Pero no soportaba las blasfemias: en cuanto oía a cualquiera profanar el santo Nombre de Dios, se le encendían las mejillas y reprendía implacablemente al blasfemo. Cierta vez en la que un compañero suyo intentó inducirle al vicio, Bernardino le golpeó violentamente en el rostro; en otra ocasión semejante, incitó a sus compañeros a arrojar piedras y lodo al vicioso. Pero, fuera de aquellas ocasiones en que se indignaba, Bernardino era pacífico y bondadoso y, precisamente, durante toda su vida se distinguió por su afabilidad, paciencia y cortesía.

A los diecisiete años, ingresó en una cofradía de Nuestra Señora, cuyos miembros se comprometían a practicar ciertos ejercicios de piedad y a cuidar a los enfermos. Desde entonces empezó a practicar también severas mortificaciones corporales. En 1400, estalló en Siena una violenta epidemia de peste. Entre doce y veinte personas morían diariamente en el famoso hospital de Santa María della Scala y la mayor parte de los enfermeros cayeron víctimas de la epidemia. Bernardino se ofreció entonces a tomar la dirección del establecimiento, junto con otros jóvenes a los que había convencido de que debían sacrificar la vida, si era necesario, para asistir a los enfermos. La ciudad aceptó los servicios de los piadosos jóvenes, quienes trabajaron incansablemente durante cuatro meses, día y noche, bajo la dirección de Bernardino. El santo, que asistía personalmente a los enfermos y los preparaba para la muerte, supervisaba también el trabajo de sus compañeros y miraba por el orden y la limpieza del hospital. Varios de sus compañeros murieron durante la epidemia; Bernardino escapó milagrosamente del contagio y retornó a su casa cuando desapareció el mal; pero estaba tan agotado, que una fiebre le clavó en el lecho durante varios meses.

Cuando se rehizo, un deber de caridad le esperaba en el seno de su familia. Una tía suya, llamada Bartolomea, había perdido la vista y no podía levantarse de la cama. Bernardino se consagró a cuidarla con el mismo celo que a las víctimas de la epidemia. Catorce meses más tarde, Dios llamó a sí a la inválida, que murió en los brazos de su sobrino. Libre ya de todos los lazos terrenos, Bernardino se entregó a la oración y el ayuno para averiguar lo que Dios quería de él. Poco después tomó en Siena el hábito franciscano. Pero, como sus amigos y conocidos insistiesen en ir a visitarle al convento, el joven novicio recabó de sus superiores el permiso de retirarse al convento de Colombaio, en las afueras de la ciudad, donde se observaba la regla de San Francisco en todo su rigor. Ahí hizo sus votos, en 1403. Exactamente un año más tarde, el día de la Natividad de la Virgen, que era también el aniversario de su propio nacimiento, de su bautismo y de su toma de hábito, recibió la ordenación sacerdotal. Poco sabemos de la vida de Bernardino durante los doce años siguientes. Predicaba de vez en cuando; pero la mayor parte del tiempo vivía retirado. Dios le preparaba poco a poco para su doble misión de apóstol y reformador. Cuando llegó la hora fijada por Dios, Bernardino conoció la voluntad divina de un modo singular. Un novicio del convento de Fiésole, en el que se hallaba Bernardino, le advirtió durante tres días consecutivos al terminar los maitines: «Hermano Bernardino, no ocultes más los dones que Dios te ha concedido. Ve a Lombardía, donde todos te esperan». Tanto Bernardino como sus superiores vieron en aquello una señal de la voluntad divina y obedecieron. El santo inició su carrera apostólica en Milán. Llegó ahí a fines de 1417; aunque nadie le conocía en la ciudad, su elocuencia y su celo empezaron pronto a reunir enormes multitudes. Cuando terminó de predicar la cuaresma, el pueblo le exigió la promesa de que volvería, antes de dejarle partir a predicar en otras regiones de Lombardía. Al principio, Bernardino tenía cierta dificultad en hacerse oír desde el pulpito; pero su voz se hizo, paulatinamente, más clara y penetrante gracias a la intercesión de la Santísima Virgen, a quien Bernardino invocaba con fervor.

Resulta imposible seguir al santo en todas sus misiones, ya que predicó en toda Italia, excepto en el reino de Nápoles. Viajaba siempre a pie; con frecuencia predicaba durante varias horas seguidas y pronunciaba varios sermones en un día. En las ciudades de cierta importancia tenía que hablar al aire libre, pues no había iglesia con capacidad para las multitudes que acudían a oírle. En todas partes aconsejaba la penitencia, ponía al descubierto los vicios más difundidos y propagaba la devoción al Santo Nombre de Jesús. Al terminar sus sermones, exponía a la veneración del pueblo un cuadro en el que estaban pintadas las siglas I.H.S. rodeadas por rayos; exhortaba al auditorio a implorar la misericordia divina y les daba la bendición con el cuadro. En los sitios en que había pleitos reconciliaba a los enemigos y los instaba a sustituir los escudos de los güelfos y de los gibelinos, que se hallaban generalmente sobre las puertas de las casas, por las iniciales del nombre de Jesús. En Bolonia, donde los juegos de azar se practicaban con entusiasmo, el santo predicó con tal éxito, que los habitantes renunciaron al juego y quemaron las cartas y los dados en público. Un fabricante de barajas se quejó de que el santo le había privado de su único medio de subsistencia; san Bernardino le aconsejó que fabricase estampas con las siglas del nombre de Jesús y el comerciante hizo con ello más dinero que con las barajas. En toda Italia se comentaba el éxito de las misiones de san Bernardino y se hablaba de las conversiones, de las restituciones de bienes robados, de la reparación de las injurias y de la reforma de las costumbres.

Sin embargo, no faltaba quien se opusiera a la predicación del santo y se le acusaba de fomentar las prácticas supersticiosas. Sus enemigos llegaron a acusarle ante el papa Martín V, quien le prohibió predicar temporalmente. Pero, después de un detenido examen de la doctrina y conducta de Bernardino, el mismo Pontífice le autorizó a predicar en todas partes. En 1427, Martín V propuso a san Bernardino la sede de Siena; pero el santo se negó a aceptarla y lo mismo hizo, más tarde, con las diócesis de Ferrara y Urbino. Para excusarse de aceptar, alegó que si se limitaba a una sola diócesis, tendría que abandonar a muchas almas. Sin embargo, en 1430, tuvo que dejar el trabajo misional, al ser nombrado vicario general de los frailes de la estricta observancia. Dicho movimiento de la Orden de San Francisco había comenzado a mediados del siglo XIV en el convento de Brogliano, entre Camerino y Asís, pero no logró imponerse sino hasta la época de san Bernardino, quien fue su segundo fundador y organizador. Cuando éste tomó el hábito, sólo había en Italia unos trescientos frailes de la observancia; cuando murió, había ya más de cuatro mil. En todas las misiones del santo se le reunía un grupo de jóvenes que le pedían la admisión en su Orden, y se le hacían ofrecimientos para la fundación de conventos de la observancia. Por consiguiente, nada tenía de extraño que la Orden hubiese confiado oficialmente al santo la tarea de consolidar la reforma. San Bernardino desempeñó su oficio con tal prudencia y tacto, que muchas comunidades de la rama conventual se adhirieron espontáneamente a la rama de la observancia. Los primeros observantes despreciaban la ciencia y las riquezas; pero san Bernardino, que no ignoraba los peligros de la incultura, especialmente en una época en que se solicitaba a los observantes para que actuasen como confesores, les impuso la obligación de seguir un curso regular de teología y derecho canónico. El santo poseía una cultura considerable, como se ve por los sermones latinos que compuso en Capriola y por el hecho de que, en el Concilio de Florencia, habló a los delegados griegos en su idioma.

Por importante que fuese la tarea que se le había canfiado, san Bernardino añoraba el trabajo apostólico directo, que consideraba como su verdadera vocación. Finalmente, en 1442, obtuvo del Papa la autorización de renunciar al oficio de vicario general. Inmediatamente empezó a misioner en Romaña, Ferrara y Lombardía. El santo, cuya salud se había debilitado mucho, parecía un cadáver; sin embargo, el único lujo que se permitió fue el de emplear un borrico para sus viajes. En 1444, predicó en Massa Marittima durante cincuenta días consecutivos una misión cuaresmal para exhortar a sus compatriotas a conservar la paz en la ciudad. También aprovechó la ocasión para despedirse de su pueblo natal. Aunque estaba ya moribundo, continuó su trabajo apostólico y emprendió un viaje a Nápoles, sin dejar de predicar en el camino. Al llegar a Aquila, estaba ya exhausto. Ahí murió en el claustro de los conventuales, el 20 de mayo de 1444, víspera de la Ascensión. Estaba a punto de cumplir sesenta y cuatro años, de los cuales había pasado cuarenta y dos en religión. Fue sepultado en Aquila, y Dios honró su tumba con numerosos milagros. Fue canonizado seis años después de su muerte.

Existen muchas biografías latinas antiguas de san Bernardino; se hallan enumeradas en detalle en BHL., nn. 1188-1201. En Acta Sanctorum, mayo, vol. V, están publicadas algunas de ellas y hay extractos de otras. También los estudios modernos sobre la vida y la obra de san Bernardino son muy numerosos. En Analecta Bollandiana, vol. LXX (1953), pp. 282-322, hay una biografía. NdR: he suprimido parte de la extensa bibliografía del Butler.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
 
San Bernardino de Siena,
Predicador

(Año 1444)
 San Bernardino de Siena:
Suplícale al buen Dios y pídele a la Virgen Santísima,
que nos envíe muchos y muy buenos predicadores, como tú.
Ay de mí si no propago el evangelio. (San Pablo)
.
Cristo en la CruzSan Bernardino fue el más famoso predicador del 1400 y sus sermones sirvieron de modelos de predicación para muchos oradores en los siglos siguientes.Nació cerca de Siena en Italia en el año 1380. Su padre era gobernador. El niño quedó huérfano de padre y madre a los siete años. Dos tías se encargaron de su educación y lograron formarlo lo mejor posible en ciencias religiosas y darle una educación muy completa. Sus estudios de bachillerato los hizo con tal dedicación que obtuvo las mejores notas.Era muy simpático en el trato y las gentes gozaban en su compañía. Pero cuando oía a alguien que empleaba un vocabulario grosero y atrevido le corregía con toda valentía, para que abandonara esa mala costumbre.Era muy bien parecido y un día un compañero lo incitó a cometer una acción impura. Bernardino le respondió dándole una sonora bofetada. Otro día un estudiante invitó a los compañeros del curso a cometer impurezas y Bernardino los animó a todos contra el impuro y le lanzaron barro y basura por la cara hasta hacerlo salir huyendo. Pero en el resto de su vida Bernardino fue siempre un modelo de amabilidad y bondad.De joven se afilió a una asociación piadosa llamada "Devotos de Nuestra Señora" que se dedicaba a hacer obras de caridad con los más necesitados. Y sucedió que en el año 1400 estalló en Siena la epidemia de tifo negro. Cada día morían centenares de personas y ya nadie se atrevía a atender los enfermos ni a sepultar a los muertos, por temor a contagiarse. Entonces Bernardino y sus compañeros de la asociación se dedicaron a atender a los apestados. Trabajaban de día y de noche. Bernardino preparaba muy bien a los que ya se iban a morir, para que murieran en paz con Dios y bien arrepentidos de sus pecados. Y como por milagro, este grupo de jóvenes se libró del contagio de la peste del tifo. Pero cuando pasó la enfermedad, Bernardino estaba tan débil y sin alientos, que estuvo por varios meses postrado en cama, con alta fiebre. Esto le disminuyó mucho las fuerzas de su cuerpo, pero le sirvió enormemente para aumentar la santidad de su alma.Cuando ya recobró otra vez su salud, de vez en cuando se alejaba de casa y a quienes le preguntaba a dónde se dirigía les respondía: "Voy a visitar a una personita de la cual estoy enamorado". La gente creía que era que se iba a casar, pero un día sus tías le siguieron los pasos y se dieron cuenta de que se iba a una ermita donde había una estatua de la Virgen Santísima y allí le rezaba con gran fervor.En el año 1402 entró de religioso franciscano. Lo recibieron en un convento cercano a su familia, pero como allí iban muchos amigos a visitarlo pidió que lo enviaran a otro más alejado y donde la disciplina era muy rígida, y así en el silencio, la oración y la mortificación se fue santificando.Nuestro santo nació el día de la fiesta del nacimiento de la Santísima Virgen, el 8 de septiembre. Y en esa misma fecha recibió el bautismo. Y también un 8 de septiembre recibió el hábito de franciscano y en ese gran día de la Natividad de Nuestra Señora recibió la ordenación sacerdotal (en 1404). Fue pues siempre para él muy grata y muy significativa esta santa fecha.Los primeros 12 años de sacerdocio los pasó Bernardino casi sin ser conocido de nadie. Vivía retirado, dedicado al estudio y la oración. Dios lo estaba preparando para su futura misión.Ni la voz ni las cualidades oratorias le ayudaban a Bernardino para tener éxito en la predicación. Entonces se dedicó a pedir a Nuestro Señor y a la Sma. Virgen que lo capacitaran para dedicarse a evangelizar con éxito y de pronto Dios le envió a predicar. Y esto sucedió de un modo bien singular. Durante tres días seguidos, estando rezando todos los religiosos por la mañana, de pronto un joven novicio, sin poder contenerse, interrumpió la oración y le dijo: "Hermano Bernardino: no ocultes más las cualidades que Dios te ha dado. Vete a Milán a predicar". Iguales palabras le fueron dichas cada uno de los tres días. Todos consideraron que esto era una manifestación de la voluntad de Dios y le aconsejaron que se fuera a la gran ciudad a predicar la Cuaresma. Y los éxitos fueron impresionantes. Las multitudes empezaron a asistir en inmensas cantidades a sus sermones. Al principio le costaba mucho hacerse oír a lo lejos pero le pidió con toda fe a la Virgen Santísima y Ella le concedió una voz potente y muy sonora (en vez de la voz débil y desagradable que antes tenía).Y desde 1418 hasta su muerte, por 26 años Bernardino recorre pueblos, ciudades y campos predicando de una manera que antes la gente no había escuchado. Se levantaba a las 4 de la mañana y durante horas y horas preparaba sus sermones. Y el efecto de cada predicación era un entusiasmarse todos por Jesucristo y una gran conversión de pecadores. Muchísimos terminaban llorando de arrepentimiento al escuchar sus palabras. Cuando su voz potentísima gritaba en medio de la silenciosa multitud: "Temblad tierra entera, al ver que la criatura se ha atrevido a ofender a su Creador", a las gentes les parecía que el piso se movía debajo de sus pies y empezaban a llorar con gran arrepentimiento. Casi siempre tenía que predicar en las plazas y campos porque en los templos no cabía la gente que deseaba escucharle.Recorrió todo su país (Italia) a pie, predicando. Cada día predicaba bastantes horas y varios sermones. A todos y siempre les recomendaba que se arrepintieran de sus pecados y que hicieran penitencia por su vida mala pasada. Atacaba sin compasión los vicios y las malas costumbres e invitaba con gran vehemencia a tener un intenso amor a Jesucristo y la Virgen María.Por todas partes llevaba y repartía un estandarte con estas tres letras: JHS (Jesús, Hombre, Salvador) e invitaba a sus oyentes a sentir un gran cariño por el nombre de Jesús. Donde quiera que San Bernardino predicaba, quedaban muchos estandartes en palacios y casas con sus tres letras: JHS.En Polonia predicó contra los juegos de azar y las gentes quemaron todos los juegos de azar que tenían. Un fabricante de naipes se quejó con el santo diciéndole que lo había dejado en la ruina, y él aconsejó: "Ahora dedíquese a imprimir estampas de Jesús". Así lo hizo y consiguió más dinero que el que había logrado conseguir imprimiendo cartas de naipe.Los envidiosos lo acusaron ante el Papa diciendo que Bernardino recomendaba supersticiones. El Papa le prohibió predicar, pero luego lo invitó a Roma y lo examinó delante de los cardenales y quedó tan conmovido el Sumo Pontífice al oírle sus predicaciones, que le dio orden para que pudiera predicar por todas partes. Durante 80 días predicó en Roma e hizo allí 114 sermones con enorme éxito. El Papa quiso nombrarlo arzobispo, pero el santo no se atrevió a aceptar. Entonces lo nombraron superior de los franciscanos, porque era el que más vocaciones había conseguido para esa comunidad.Cuando Bernardino entró en la comunidad de franciscanos observantes, solamente había en Italia 300 de estos religiosos. Cuando él murió ya había más de 4,000. Los grandes sacrificios que tenía que hacer para predicar tantas veces y en tan distintos sitios, y los muchos ayunos y penitencias que hacía, lo fueron debilitando notoriamente. En su rostro se notaba que era un verdadero penitente, pero esta misma apariencia de austero y mortificado, le atraía más la admiración de las gentes. El único lujo que aceptó en sus últimos años, fue el de un borriquillo, para no tener que hacer a pie todos sus largos viajes.Era tal su deseo de progresar en el arte de la elocuencia y del buen predicar, que donde quiera que sabía que había un buen predicador, se iba a escucharlo y aún ya lleno de años, se sentaba como simple discípulo para escuchar las clases de los maestros afamados que enseñaban cómo hablar bien en público.Y acompañaba sus predicaciones con admirables milagros y prodigios.En su ciudad natal, Siena, había muchas divisiones y peleas. Se fue allá y predicó 45 sermones que devolvieron la paz a toda esa región. Uno de los oyentes logró copiar esos sermones y se conservan como una verdadera joya de la elocuencia sagrada, donde se combinan la teología con los consejos prácticos y la agradabilidad con la profundidad. Verdaderamente Bernardino era un gran maestro de oratoria.En 1444, mientras viajaba por los pueblos predicando, con muy poca salud pero con un inmenso entusiasmo, se sintió muy débil y al llegar al convento de los franciscanos en Aquila, murió santamente el 20 de mayo. En su sepulcro se obraron numerosos milagros y el Papa Nicolás V ante la petición de todo el pueblo, lo declaró santo en 1450 a los 6 años de haber muerto.
 

No hay comentarios: