martes, 22 de enero de 2013

Gaudencio de Novara, Santo


Obispo, 22 de enero
 
Gaudencio de Novara, Santo
Gaudencio de Novara, Santo

Obispo

Martirologio Romano: En la ciudad de Novara, en la Liguria (hoy Italia), san Gaudencio, a quien se considera el primer obispo de esta sede (c. 418).
La ininterrumpida tradición de la Iglesia de Novara –basada sobre todo en el testimonio de las dos listas episcopales más antiguas, los dípticos, redactados en el siglo XI–, recuerda al confesor Gaudencio como el primer obispo de la diócesis, cuya institución se remonta a finales del siglo IV. Sin embargo, la primera noticia históricamente documentada sobre el protoobispo y su culto es de la época longobarda (729), aunque hasta el 841 no se tiene el testimonio de una iglesia dedicada a él, en la que se custodiaban sus reliquias.

La Vita medieval de Gaudencio –compuesta probablemente entre finales del siglo XI e inicios del XII, en el clima de la reforma de la Iglesia y teniendo en cuenta que en tierra lombarda no se habían apagado del todo los ecos de la predicación patarina1- presenta al primer obispo de Novara como originario de Ivrea. El hagiógrafo, que dice que escribe «apoyándose en los méritos del papa León» (León IX, uno de los promotores de la reforma), narra que en Novara el joven fue discípulo del sacerdote Lorenzo. Cayendo víctima este último de la reacción pagana, Gaudencio se trasladó a Milán, donde fue notario de san Martín de Tours. Inmediatamente, durante la persecución ariana, acompañó al obispo Eusebio de Vercelli en su exilio palestino de Escitópolis.

De regreso a Novara, Gaudencio comenzó una vida en común con algunos discípulos. Poco tiempo después, el obispo Ambrosio, mientras volvía a Milán desde Vercelli, no tuvo más remedio que detenerse en Novarra –ya que llegado aquí, su caballo se negó a continuar el camino- para encontrar a Gaudencio, quien le predijo el episcopado: Gaudencio respondió que no sería Ambrosio quien lo consagraría. Poco tiempo después, los novares pidieron al emperador –sin que existiese simonía- que nombrase obispo a Gaudencio, quien fue consagrado por Simpliciano, sucesor de Ambrosio.

Gaudencio gobernó la diócesis durante veinte años (según la tradición de 498 al 518), predicando, realizando conversiones y milagros, construyendo iglesias y monasterios, y convirtiéndose en padre de muchas comunidades. Presintiendo cercana la muerte, reunió al pueblo y al clero cristiano y, esta vez sin ninguna intervención imperial, nombró personalmente a su sucesor, Arabio, «para que no hubiese discordias en la elección del pastor». Tras su muere, el 22 de enero, su cuerpo permaneció incorrupto milagrosamente por seis meses, a la espera de que acabasen los trabajos de la basílica que él inició en las afueras de la ciudad, en la que fue sepultado el 3 de agosto. Junto a su tumba se dieron curaciones, en particular la de una mujer romana poseída por el demonio.

El culto a Gaudencio está ininterrumpidamente testimoniado a partir de la época carolingia. La iconografía representa a Gaudencio con los tradicionales ornamentos pontificales.

1 Herejía Patarina: movimiento reformista surgido en el norte de Italia (Lombardía) en el curso del siglo XI, que tuvo por finalidad lograr una renovación de las costumbres del clero, basándose para ello en la promoción de la vida ascética. Sus propuestas fueron acogidas favorablemente con la llegada al pontificado del ex – patarino, Anselmo de Baggio, como Alejandro II (1061-1073) y principalmente durante el papado de Gregorio VII (1073-1085) quien recogió muchas de sus propuestas reformistas. Sin embargo, la comunidad patarina no tardó en radicalizar sus posturas al rechazar la validez de los sacramentos impartidos por clérigos considerados indignos como en adoptar las ideas milenaristas y dualistas vigentes por entonces. Ello motivó que el papa Gregorio VII endureciera su postura con los patarinos para luego condenarlos. Si bien la comunidad patarina desapareció a mediados del s. XII, sus ideales fueron recogidos por muchos otros en los siglos venideros.


San Gaudencio de Novara, obispo
fecha: 22 de enero
†: c. 418 - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: Abel Della Costa
En la ciudad de Novara, en la Liguria, san Gaudencio, a quien se considera el primer obispo de esta sede.
refieren a este santo: San Lorenzo de Novara
De san Gaudencio, primer obispo de Novara, se conserva una «Vita» escrita algunos siglos más tarde, posiblemente cuando el culto del santo fundador de la diócesis estaba establecido; por lo cual no se trata tanto de una biografía cuanto de una exaltación de sus virtudes, con apenas base documental en el sentido en que satisfaría hoy un criterio historiográfico. Pese a estas limitaciones, puede recogerse algunos datos a grandes rasgos: parece ser oriundo de Istria, y era aun pagano cuando se trasladó a Vercelli. Allí conoció al gran obispo san Eusebio, que fue el medidador de su conversión, y quien le confirió las órdenes sagradas.
Novara era aun un territorio de misión, que iba saliendo del paganismo poco a poco. Gaudencio se trasladó allí como ayudante de un sacerdote, y llevó una vida austera y de recogimiento. Pertenecía al círculo del clero no arriano, seguidor, como vimos, de san Eusebio, y aaigo también de san Ambrosio. Precisamente el sucesor de éste, Simplicio, teniendo que crear una nueva división territorial, escogió y consagró a Gaudencio en el 397 o 398 como obispo de la nueva diócesis de Novara, sin que falten en la narración de su vida los signos celestiales que confirman el acierto de la elección.
Poco sabemos de su episcopado, que duró veinte años, hasta su muerte, en el 418, excepto que lo ejerció con prudencia pastoral y bondad, que vivía en comunidad con su clero, sujetos a una regla. Su fecha de muerte se desconoce: unas tradiciones hablan del 22 de enero y otras del 3 de agosto, aunque estas podrían ser también alguna de las traslaciones de sus reliquias. Fue sepultado fuera de los muros de la ciudad, en un lugar en el que en el siglo VI se construyó una basílica dedicada a los apóstoles. En el siglo VII, cuando ya estaba establecido el culto, la basílica tomó el nombre de san Gaudencio, y quedó al cuidado de una comunidad de canónigos. En 1553 sus restos fueron llevados al interior de la ciudad, a la basílica de san Vicente, que tomó luego el nombre del santo obispo, y es hoy la magnífica catedral.
Ver Acta Sanctorum, enero II, pág. 417ss. El sitio web de la diócesis trae también algunos pocos datos documentales.

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