fecha: 27 de enero
†: 1022 - país: Francia
canonización: culto local
hagiografía: Abel Della Costa
†: 1022 - país: Francia
canonización: culto local
hagiografía: Abel Della Costa
En Tonnerre, ciudad de Borgoña, tránsito de san Teodorico, obispo de Orleans, que falleció mientras viajaba a Roma, en peregrinación a la basílica de los Apóstoles.
En Tonnerre, pequeña villa de la diócesis de Langres, fue fundado en el siglo XI el monasterio de San Miguel, que fue donde, camino de una peregrinación, murió Teodorico II, obispo de Orleans, y fue enterrado. Los milagros obrados en su tumba le acreditaron como santo, y comenzó a recibir veneración en el monasterio. Precisamente allí se celebró en su honor durante siglos una misa y oficio propios el día 27 de enero. Los textos de esta liturgia, recogidos, ordenados y tranformados en en el relato de una «Vita», por el Card. Sausseyus en el siglo XVII, son todo lo que tenemos sobre el santo.
Según parece, Teodorico era hijo del señor de Château-Thierry-sur-Marne y nieto del que dio nombre de la villa; vino al mundo en el siglo IX, aunque el año se desconoce. Su tío Rayneaud era abad en el monasterio de Saint-Pierre-le-Vif, en Sens, y allí fue enviado para estudiar y formarse desde pequeño. Con esa cuna y aval era evidente que estaba destinado a la gloria mundana, dentro o fuera de la carrera eclesiástica; sin embargo Teodorico durante su vida, a pesar de convivir con las esferas del poder local, se mantuvo humilde y entregado a la consecución de la santidad. Terminada su formación fue llamado a la corte del rey Roberto, donde ayudó a la pacificación del matrimonio del rey, que amenazaba romperse.
A la muerte de Fulco, su predecesor, en el 1016, Teodorico, que tenía ya fama de hombre piadoso entre el pueblo, fue elegido como obispo de Orleans, segundo en llevar ese nombre en la sede (Teodorico I fue obispo en el siglo anterior). Era sin duda el candidato del rey, en la lucha entre él y los señores locales; sus enemigos, incluyendo al obispo de Chartres, que tenían otro candidato para la sede, levantaron contra Teodorico varias calumnias, pero de todas salió ileso y probado, y fue finalmente consagrado obispo.
No obstante, los ánimos se calmaron sólo momentáneamente; hubo en su período de episcopado un movimiento que se conoce en la historia como "herejía de Orleans", una acusación ante el rey Roberto de que cierto número de canónigos estaban enseñando erróneamente acerca de los sacramentos. No se sabe exactamente el papel de Teodorico en esta cuestión, pero Roberto convoca para el 1022 un sínodo, que sería el séptimo de Orleans, para resolver en la cuestión de esta herejía, pero en él comienza por ser depuesto Teodorico, con la consiguiente pérdida de poder del partido real. Lo siguiente que sabemos de Teodorico es que iba camino de Roma, posiblemente para defenderse de las acusaciones que lo llevaron a dejar la sede, y en el camino, habiendo parado en la abadía de San Miguel, como ya he señalado, murió. Aunque el monasterio de Saint-Pierre-le-Vif disputó con el de San Miguel por la posesión de los restos, finalmente quedó enterado en Tonnerre; en 1660 algunas de sus reliquias fueron donadas a la sede de Orleans.
Las fuentes son extremadamente imprecisas, sobre todo en torno a su actuación episcopal, ver Acta Sanctorum , enero II, pág. 788ss. Guerin, en Petits Bollandistes, II, pág 47ss, presenta una vida hilvanada, aunque también un tanto edulcorada, que pasa por encima la sospecha de herejía en el final de su episcopado. Lamentablemente, en este punto, hay sólo conjeturas de los historiados, y aun estas, escasas. El artículo Hérésie d'Orléans de la Wikipedia francesa resume bien las hipótesis y las certezas, con abundante bibliografía. La imagen ilustra una anécdota de la Vita en la que Teodorico es asaltado y, se salva milagrosamente de la muerte.
Según parece, Teodorico era hijo del señor de Château-Thierry-sur-Marne y nieto del que dio nombre de la villa; vino al mundo en el siglo IX, aunque el año se desconoce. Su tío Rayneaud era abad en el monasterio de Saint-Pierre-le-Vif, en Sens, y allí fue enviado para estudiar y formarse desde pequeño. Con esa cuna y aval era evidente que estaba destinado a la gloria mundana, dentro o fuera de la carrera eclesiástica; sin embargo Teodorico durante su vida, a pesar de convivir con las esferas del poder local, se mantuvo humilde y entregado a la consecución de la santidad. Terminada su formación fue llamado a la corte del rey Roberto, donde ayudó a la pacificación del matrimonio del rey, que amenazaba romperse.
A la muerte de Fulco, su predecesor, en el 1016, Teodorico, que tenía ya fama de hombre piadoso entre el pueblo, fue elegido como obispo de Orleans, segundo en llevar ese nombre en la sede (Teodorico I fue obispo en el siglo anterior). Era sin duda el candidato del rey, en la lucha entre él y los señores locales; sus enemigos, incluyendo al obispo de Chartres, que tenían otro candidato para la sede, levantaron contra Teodorico varias calumnias, pero de todas salió ileso y probado, y fue finalmente consagrado obispo.
No obstante, los ánimos se calmaron sólo momentáneamente; hubo en su período de episcopado un movimiento que se conoce en la historia como "herejía de Orleans", una acusación ante el rey Roberto de que cierto número de canónigos estaban enseñando erróneamente acerca de los sacramentos. No se sabe exactamente el papel de Teodorico en esta cuestión, pero Roberto convoca para el 1022 un sínodo, que sería el séptimo de Orleans, para resolver en la cuestión de esta herejía, pero en él comienza por ser depuesto Teodorico, con la consiguiente pérdida de poder del partido real. Lo siguiente que sabemos de Teodorico es que iba camino de Roma, posiblemente para defenderse de las acusaciones que lo llevaron a dejar la sede, y en el camino, habiendo parado en la abadía de San Miguel, como ya he señalado, murió. Aunque el monasterio de Saint-Pierre-le-Vif disputó con el de San Miguel por la posesión de los restos, finalmente quedó enterado en Tonnerre; en 1660 algunas de sus reliquias fueron donadas a la sede de Orleans.
Las fuentes son extremadamente imprecisas, sobre todo en torno a su actuación episcopal, ver Acta Sanctorum , enero II, pág. 788ss. Guerin, en Petits Bollandistes, II, pág 47ss, presenta una vida hilvanada, aunque también un tanto edulcorada, que pasa por encima la sospecha de herejía en el final de su episcopado. Lamentablemente, en este punto, hay sólo conjeturas de los historiados, y aun estas, escasas. El artículo Hérésie d'Orléans de la Wikipedia francesa resume bien las hipótesis y las certezas, con abundante bibliografía. La imagen ilustra una anécdota de la Vita en la que Teodorico es asaltado y, se salva milagrosamente de la muerte.
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