“La liturgia de las horas, tiene
como característica propia la de servir para santificar el curso entero del día
y de la noche.”
1. Cada hora nos habla de
eternidad en el presente. El tiempo es memoria, se abre a la novedad del
presente y es esperanza del mañana. 2. El tiempo litúrgico, por tanto, prolonga
hasta hoy los acontecimientos de la salvación.
3. El cristiano “ora sin interrupción” porque es un miembro
de la Iglesia y cuando ésta ora, ora en todos sus miembros. Todos participan de
las acciones de los demás.
4. Jesús oraba sin interrupción: al salir el sol, al
mediodía, al atardecer y por la noche. Todo el día estaba unido al Padre. Así
mismo los Apóstoles y la Iglesia toda.
5. Para orar siempre, basta dedicar a la oración los momentos
claves de la jornada para convertir nuestra vida toda en oración y en ofrenda
permanente a Dios.
6. El tiempo, no es santificado por sí, es santificado el
hombre que vive en el tiempo.
7. La Liturgia es siempre el lugar de encuentro de Dios con
el hombre por medio de Cristo, sumo y eterno sacerdote mediador.
8. La Liturgia de las Horas da sentido al tiempo de la vida
humana, haciendo que cada instante del día y de la noche sea signo del misterio
de salvación.
10. “Se comienza el día con oraciones dirigidas a Dios, se
termina con himnos que entonamos a Dios.” (San Hilario de Poitiers).
11. La oración a lo largo del día expresa la voluntad de
acercarse al ideal de una alabanza ininterrumpida, que se asocia a la que
resuena en el cielo.
12. “Aquel himno que se canta perpetuamente en la moradas
celestiales y que el Sumo Sacerdote de la nueva Alianza, Cristo Jesús, al tomar
la naturaleza humana, introdujo en este exilio terrestre.” S.C. n. 83.
13. La oración al -alba, mediodía, crepúsculo, noche-están
marcadas por la rotación de los astros y da a nuestra oración una dimensión
cósmica.
14. “El hombre, por su misma condición corporal, es una
síntesis del universo material, el cual por medio del hombre alcanza su más alta
cima y alza la voz para la libre alabanza.” (G.S. n. 14). 15. El tiempo es parte
integrante de la vida del hombre y de su historia. El hombre se realiza en el
tiempo…así la oración acompaña a la humanidad en su caminar por la historia.
16. Nuestra oración debe estar salpicada de los gritos que se
levantan de todos los rincones del mundo donde el hombre lucha y se afana.
17. Las Horas coinciden con las pausas del trabajo: al alba,
antes de comenzar las tareas del día, al descanso de mediodía, al atardecer, a
la conclusión de la jornada y por la noche. Marca el compás de nuestra vida.
18. El biógrafo de san Francisco de Asís dice: “una oración
hecha vida y una vida hecha oración.”
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