(1505)
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Aunque el culto de la Beata Margarita no parece haber sido formalmente confirmado, su biografía ocupa varias páginas del Acta Sanctorum de los bolandistas. Margarita, originaria de Russi, en las proximidades de Ravena, perdió la vista, según se cuenta, unos cuantos meses después de su nacimiento. Sin embargo, es imposible determinar si estaba totalmente ciega, ya que siempre encontraba el camino de las iglesias, como lo hace notar ingenuamente su biógrafo: "Esto me hace creer -comenta- que, aunque estaba ciega, Margarita veía lo que quería ver". Sus primeros años estuvieron llenos de pruebas y sufrimientos, en parte debido a su mala salud, y porque sus prácticas ascéticas y su amor al retiro provocaron cierta animosidad contra ella. Fue acusada de hipocresía y sufrió muchas persecuciones, pero al fin acabó por ganarse la estima de sus más acerbos contradictores. Unas doscientas o trescientas personas de ambo sexos se confiaron a la dirección de Margarita y formaron una asociación religiosa de laicos, tanto solteros como casados. Ayudada por el venerable Jerónimo Maluselli y algunos otros, la beata redactó las constituciones. Sin embargo, la asociación no tomó forma en Italia tal como Margarita la había concebido. En cambio, después de su muerte, el P. Maluselli fundó sobre las mismas bases una congregación religiosa de clérigos, conocidos con el nombre de Sacerdotes del Buen Jesús. Margarita dio ejemplo, durante toda su vida, de continua oración, humildad y amable paciencia, y deseaba que ésas fuesen las características de la obra que había fundado. Los milagros y profecías de la beata la hicieron famosa. Su muerte ocurrió el 23 de enero de 1505, cuando Margarita tenía sesenta y tres años.
Ver Acta Sanctorum, 23 de enero; Kirchelexikon, vol. VI, cc. 1462-1463; Heimbucher, Die Orden und Kongregationen, vol. II, pp. 35 ss.
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