HOY ES EL TIEMPO:
LOS HIJOS NO ESPERAN.
Hay un tiempo...
Para anticipar la llegada de un bebé, consultar al médico, hacer dieta y ejercicio y ver cómo se va modificando mi perfil. Para preparar el ajuar. Para soñar lo que ese niño puede llegar a ser cuando crezca. Para pedir a Dios que me enseñe a criar al hijo que llevo en mis entrañas. Para preparar mi alma y alimentar la suya.
No dejaré pasar el tiempo, porque los hijos no esperan.
Hay un tiempo...
Para alimentarlo a la noche, calmar sus pequeños dolores y esforzarse para sacarle una sonrisa, para mecerlo y pasearlo por la habitación. Para moldear con paciencia su voluntad cuando todavía no se ha hecho presente la razón. Para mostrarle que su suave mundo es difícil y exigente, pero que también tiene mucho de amor y de esperanza. Para contemplarlo y maravillarme por lo que en realidad es: ni mascota, ni juguete, sino una persona diferente de mí misma, un ser creado a la imagen divina. Para reflexionar acerca de mi mayordomía sobre él: no me pertenece, no es mío, solo he sido elegida para amarlo, educarlo y disfrutarlo.
Lo haré lo mejor que pueda durante este tiempo, porque los hijos no esperan.
Hay un tiempo ...
Para tenerlo en mis brazos y contarle la historia más hermosa que jamás haya oído. Para enseñarle que Dios existe en el cielo, en la tierra, en cada detalle de la naturaleza y de su cuerpo. Para enseñarle a sentir asombro y a emocionarse por las cosas que realmente lo merecen. Para dejar de lado los platos sucios y llevarlo al parque para que pueda correr, respirar a pleno pulmón, mirar la luna, sentir la lluvia sobre su cabeza y descubrir cada secreto de la naturaleza. Para jugar con él una carrera, hacerle un dibujo, atraparle una mariposa y darle todo el alegre compañerismo que necesita. Para señalar el camino de la verdad y enseñarle a amar a Dios con sus sentimientos de niño.
Este tiempo es corto, y si me descuido se me esfumará, porque los hijos no esperan.
Hay un tiempo...
Para cantar en vez de rezongar, sonreir en vez de fruncir el seño, reflexionar en vez de airarme, comprenderlo en vez de llorar por el jarrón roto, compartir con mis mejores sentimientos mi amor por la vida y la familia. Para contestar sus preguntas, antes que llegue el momento cuando no quiera escuchar mi respuesta. Para enseñarle firme y paciente a obedecer, a disponer un lugar para cada cosa y a poner cada cosa en su lugar. Para mostrarle la paz del deber cumplido y comunicarlo con la Fuente de la paz.
Este tiempo es breve, aprovecharé cada minuto, porque los hijos no esperan.
Hay un tiempo...
Para verlo partir valientemente hacia la escuela y entonces extrañar su ruidosa presencia a mi lado. Para aceptar que ahora hay otros que atraen su interés, y esperarlo cuando regrese de la escuela. Para escuchar las largas descripciones de lo que sucede cada día. Para enseñarle a ser independiente, responsable y sobre todo, a ser el mismo. Para guiarlo con afectuosa firmeza y disciplinarlo con amor. Para dejarlo partir y soltar los lazos que lo sujetan a mi falda. Para atesorar cada instante fugaz de su niñez y adolescencia: sólo dieciocho preciosos años para inspirarlo y prepararlo para la vida.
No cambiar este derecho natural por la posición social, la reputación profesional o un cheque de sueldo. Una hora de dedicación puede evitar años de dolor mañana. La casa puede esperar, el auto puede esperar, la ropa puede esperar, pero los hijos no esperan.
Habrá un tiempo...
Cuando las puertas ya no serán cerradas a golpes, ni habrá juguetes en la escalera, ni peleas entre los hermanos, ni marca de lápices en las paredes, entonces podré recordar con gozo los años pasados y pensar que fue poco lo que perdí en comparación con lo mucho que he ganado. Cuando lo vea labrarse un futuro en la universidad. Entonces será para mí el tiempo de trabajar fuera de casa, de dedicarme a todo lo bello y útil que he postergado durante tantos años.
Entonces será mi tiempo, yo sí puedo esperar.
Habrá un tiempo...
Para mirar hacia atrás y ver que los años de madre no fueron desperdiciados. Para verlo un hombre formado, íntegro y sirviendo a los demás. Para verlo disfrutar gracias a todos los tiempos que no dejé escapar. Para afirmar sin equivocarme que cada momento de su vida fue importante para mi.
Para reconocer sin dolor que no hay carrera mejor, ni trabajo más remunerado, ni tarea más urgente que la de aceptar con alegría la gracia de ser madre.
Entonces recogeré el fruto de haber respetado los tiempos de mis vástagos, de haber postergado los míos, de haber sido consciente de que esos tiempos eran breves y de no haberlos hecho esperar.
Si usted es un padre de familia, recibe muchas sugerencias sobre cómo debe criarlos. Desde los expertos hasta otros padres, las personas están siempre dispuestas a darle consejos. Consejos sobre la crianza de los hijos, guías de supervivencia para padres, cosas que se deben y no se deben hacer - aparecen cosas nuevas todos los días.
La verdad es que hay más de una manera "correcta" de ser buenos padres. Ser buenos padres incluye:
- Mantener a sus hijo sanos y seguros
- Demostrarles afecto y escucharlos
- Contemplar el orden y su consistencia
- Determinar y hacer cumplir los límites
- Pasar tiempo con sus hijos
- Supervisar las amistades y las actividades de sus hijos
- Darles el ejemplo
Consejos para la crianza
Amo a mis niños pero ¡ser padre o madre es tan difícil!
Algunas veces me siento tan frustrado ¿Esto es normal?
¿Qué puedo hacer cuando me siento frustrado?
Algunas veces pierdo los estribos. ¿Esto significa que no soy buen padre o madre?
¿Está bien golpear a mi niño?
Una buena forma para los lactantes y los niños que ya comienzan a andar es reorientarlos. Cuando usted reorienta a un niño reemplaza un comportamiento indeseable (malo) por uno aceptable (bueno). Por ejemplo, si usted tiene prohibido lanzar la pelota dentro de la casa, seque al niño afuera donde él o ella pueda lanzar la pelota.
Si usted tiene niños más grandes, explíqueles las consecuencias de sus acciones y porqué es importante responsabilizarse de sus acciones. Por ejemplo, usted puede explicarle a su hijo que todos tuvieron que esperar para comer porque él o ella no puso la mesa cuando se lo pidieron. Explíquele que tiene que lavar los platos después de la cena porque él o ella no puso la mesa antes de cenar.
¿Cómo puedo ser un buen padre o madre?
- Demuéstreles su amor. Cada día dígales a sus niños: "Te quiero. Eres especial para mí". Deles muchos abrazos y besos.
- Escuche cuando sus niños hablan. Escuchar a los niños les demuestra que usted piensa que ellos son importantes y que usted está interesado en lo que ellos tienen para decir.
- Haga que sus niños se sientan seguros. Consuélelos cuando están asustados. Demuéstreles que usted ha tomado pasos para protegerlos.
- Proporcione orden en sus vidas. Mantenga un horario regular para comidas, siestas y para la hora de dormir. Si tiene que cambiar el horario, dígales con anterioridad que va a haber cambios.
- Elogie a sus niños. Cuando sus niños aprenden algo nuevo o se comportan bien, dígales que está orgulloso u orgullosa de ellos.
- Critique el comportamiento no el niño. Cuando su niño cometa un error no le diga "fuiste malo". En cambio, explíquele al niño lo que hizo mal. Por ejemplo dígale: "Cruzar la calle corriendo y sin mirar no es seguro". Luego dígale al niño lo que debe hacer en vez de eso: "Primero mira a ambos lados para ver si vienen carros".
- Sea consistente. Sus reglas no tienen que ser iguales a las que otros padres tienen, pero tienen que ser claras y consistentes. Consistentes quiere decir que las reglas son iguales todo el tiempo. Si dos padres están criando a un niño ambos necesitan usar las mismas reglas. Además, asegúrese de que las niñeras y los parientes conocen y siguen las reglas de su familia.
- Pase tiempo con sus niños. Hagan cosas juntos tales como leer, caminar, jugar y limpiar la casa. Lo que los niños más desean es su atención. El mal comportamiento por lo general es un intento de llamar su atención.
¿A quién puedo acudir cuando necesito ayuda con la crianza de mi niño?
Usted también le puede pedir ayuda con la crianza a su médico de familia. No tenga pena de preguntarle. Criar niños es duro y nadie puede hacerlo solo. Su médico le puede ayudar con asuntos como la disciplina, el entrenamiento para usar la taza del baño, problemas en el comer y a la hora de acostarse. Su médico también le puede ayudar a buscar grupos en el lugar donde usted vive que le pueden ayudar a aprender mejores hábitos para la crianza.
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