miércoles, 27 de julio de 2011

El Ser Madre




Ha llegado a mis manos un texto muy bonito de una de mis escritoras favoritas, Isabel Allende.

Es una reflexión sobre el “ser madre”, un tema constante en sus obras que quiero compartir con vosotros este sábado. Espero que la disfrutéis.

“Por culpa del azar o de un desliz, cualquier mujer puede convertirse en madre.

Dios la ha dotado a mansalva del “instinto maternal” con la finalidad de preservar la especie.
Si no fuera por eso, lo que ella haría al ver a esa criatura minúscula, arrugada y chillona, sería arrojarla a la basura.

Pero gracias al “instinto maternal” la mira embobada, la encuentra preciosa y se dispone a cuidarla gratis hasta que cumpla por lo menos 21 años.

Ser madre es considerar que es mucho más noble sonar narices y lavar pañales,que terminar los estudios, triunfar en una carrera o mantenerse delgada.

Es ejercer la vocación sin descanso, siempre con la cantaleta de que se laven los dientes, se acuesten temprano, saquen buenas notas, no fumen, tomen leche…

Es preocuparse de las vacunas, la limpieza de las orejas, los estudios, las palabrotas, los novios y las novias; sin ofenderse cuando la mandan a callar o le tiran la puerta en las narices, porque no están en nada..

Es quedarse desvelada esperando que vuelva la hija de la fiesta y, cuando llega hacerse la dormida para no fastidiar.

Es temblar cuando el hijo aprende a manejar, anda en moto, se afeita, se enamora, presenta exámenes o le sacan las amígdalas.

Es llorar cuando ve a los niños contentos y apretar los dientes y sonreír cuando los ve sufriendo.

Es servir de niñera, maestra, chofer, cocinera, lavandera, médico, policía, confesor y mecánico, sin cobrar sueldo alguno.

Es entregar su amor y su tiempo sin esperar que se lo agradezcan. Es decir que “son cosas de la edad” cuando la mandan al carrizo.

Madre es alguien que nos quiere y nos cuida todos los días de su vida y que llora de emoción porque uno se acuerda de ella una vez al año : el Día de la Madre.

El peor defecto que tienen las madres es que se mueren antes de que uno alcance a retribuirles parte de lo que han hecho.

Lo dejan a uno desvalido, culpable e irremisiblemente huérfano.

Por suerte hay una sola. Porque nadie aguantaría el dolor de perderla dos veces.”



Seguro que están diciendo: ser madre es criar hijos, ser madre es lo más bello es la labor mas hermosa, es una bendición, etc., etc., etc.


Estamos de acuerdo, todo eso y más. Pero también ser madre:

Es perder el modo de caminar.
Es olvidar que hay que dormir.
Es ser cheff de menú complaciente.
Es ser enfermera, pediatra, odontólogo, dermatólogo, terapeuta, psicólogo, político, sacerdote, maestra, vidente, chofer, deportista, hada madrina, bruja, policía, gendarme, vigilante, árbitro y Ministro de mantenimiento y conservación ambiental. Cada le agregamos más profesiones a esta lista y sin haber tomado un solo curso.

Todo se intensifica: La responsabilidad, las preocupaciones, las angustias, el tiempo: las horas y los días son más cortos o más largos, realmente no lo sabemos.

Somos el clon de: SUPERMAN, FLASH GORDON, LA MOLE, LA Mujer MARAVILLA Y BARNEY, todos juntos.

Ser madre ha significado cambiar mi estilo de vida y cambiarlo con frecuencia, eso dependiendo de las edades y las necesidades de mis hijos. Talvez pensarán: Esta se la da de madre entregada y sacrificada. Están equivocados, todavía no les he hablado de la entrega y el sacrificio.

Como madres, no tenemos tiempo de pensar en el sacrificio y la entrega, eso sucede espontáneamente. Los cambios vienen por si solos, desde que los bebés entran en el vientre, los cambios llegan, solitos, nos adaptamos sin darnos cuenta.

Protestamos, muchas veces, protestamos y luego nos olvidamos para volver a protestar, después sonreimos y seguimos adelante, con pasos cortos, llevándolos de la mano rumbo al norte, subiendo cuestas, a cuestas, llenas de un amor profundo e intenso, llenas de grandes alegrías y aspiraciones.

Ya no podemos pensar en función de nosotras mismas, todo depende de nuestros hijos, la mínima cosa que hagamos, depende de ellos. Fiestas, cines, playas, trabajos fuera de casa, el dinero, dormir, vacaciones, hasta el tamaño del vehículo depende de la cantidad de hijos, todo, absolutamente todo, está condicionado, ya sea que vamos solas, ya sea que vamos con ellos. Si vamos solas, cosa que es extremadamente difícil y complicada, debemos tener en cuenta un cúmulo de factores que cumplan con su bienestar y si nos los llevamos con nosotras, debemos tener en cuenta un cúmulo de factores que cumplan con su bienestar.

Cualquier cosa en detrimento de los hijos, es culpa de la madre, -que más mala no pudo ser- y sin contar el susto y el remordimiento propio. Hay el pensamiento y sentir generalizado, de calificar las cosas de esta manera: Si los hijos resultaron problemáticos o peor aún terminaron siendo delincuentes, es culpa de la madre, no supo criar a sus hijos, no fue una madre dedicada, pero si los hijos resultaron hermosos y promisorios, entonces la madre tuvo la gran suerte de que le salieran hijos tan buenos.

_¡Que hijos tan buenos te dió Dios!_.

¿Y los hijos malos?, ¿Quien los envió?. Entonces los hijos buenos, son producto del beneficio divino y los hijos malos son productos de una mala madre. Además esa es una óptica ajena, difícilmente tenemos hijos malos:

_¿cual hijo malo?, será el tuyo que es malo_.

Se es madre con toda la buena intención de serlo, con todo un inmenso amor que no sabíamos que teníamos escondido y que cada día va creciendo y creciendo, a pesar del cansancio, de los desvelos, de los sustos, angustias y preocupaciones. El hijo es la extensión del corazón de una mujer.

Cuando salí embarazada de mi hija, un amigo me dijo: Cuando tu bebé tenga 8 años, lo iré a conocer, pues los bebés son una trampa, son tiernos y provocativos, uno se enamora de ellos y aflora el deseo de tenerlos, pero una vez que llegan, se acabó la paz. Cuanta razón tiene mi amigo.

Y con todo, somos reincidentes. Yo sólo tuve 2 hijos, tuve los que quise, los busqué y llegaron: María Teresa y Freddy Enrique, ni loca quise uno más. Hoy tengo un hermoso nieto de 9 meses.

Felicito a las mujeres que tienen más hijos que dedos en las manos.

Ser madre es entregar todo, perder lo que no sabíamos que teníamos y cambiar todo por nada, ya que no esperamos nada a cambio. ¿Existe una recompensa?. Si, claro que sí, la recompensa es ver felices a nuestros hijos, sólo eso.

Siempre recordaré una tarde en que estaba en un centro comercial, mis 2 hijos practicaban sus disciplinas deportivas y decidí ir a hacer unas compras. En esa época los dos cursaban los estudios de primaria.

De repente oigo una voz infantil que me grita:

_¡¡¡¡¡¡SEÑORA MAMÁ DE FREDDY ENRIQUEEEEEEEE!!!!!!!_.

Inmediatamente volteo y veo a un niño que no conocía, agarrado de la mano de su mamá.
Me acerco, los saludo y me entero que estudian juntos en la misma aula. Le explico al niño, que su compañerito está en el Kung Fu y al despedirme le digo en susurros a ella:

_Eso es ser madre, somos la mamá de....., perdemos hasta el nombre_.

Nada de eso importa.

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