La Santidad como tarea.: VIRGEN DE LAS MERCEDES

lunes, 25 de septiembre de 2017

VIRGEN DE LAS MERCEDES

(Nuestra SeÃ±ora de la Merced)

Patrona de la RepÃºblica Dominicana. Su fiesta se celebra el 24 de Septiembre.

La Virgen de las Mercedes (Nuestra SeÃ±ora de la Merced) es la Patrona de la RepÃºblica Dominicana. Su devociÃ³n por parte de la poblaciÃ³n catÃ³lica del paÃs se inicia casi desde el descubrimiento de la isla. El tÃtulo mariano de la Merced se remonta a la fundaciÃ³n de la Orden religiosa de los mercedarios el 10 de agosto de 1218, en Barcelona, EspaÃ±a. Siendo Gobernador de La EspaÃ±ola Don Diego GÃ³mez de Sandoval, el 8 de septiembre de 1615 ocurriÃ³ un fuerte terremoto (de grado IX en la escala de Mercalli) en la isla, con numerosas rÃ©plicas durante por lo menos 40 dÃas. La ciudad de Santo Domingo fue severamente afectada, muriendo alrededor de 24 personas. Entonces el Cabildo de Santo Domingo declarÃ³ a la Virgen de las Mercedes "Patrona de La EspaÃ±ola".

Su culto se celebraba en los aniversarios del mencionado terremoto, 8 de septiembre. En 1740. Por Real CÃ©dula, su festividad fue cambiada para el 24 de septiembre. Cada aÃ±o en nuestro paÃs, miles de feligreses se trasladan a la provincia de la Vega, especÃficamente a Santo Cerro, desde diferentes pueblos del paÃs para venerarla y celebrar su fiesta, el 24 de septiembre. Los fieles se consagran con la esperanza de obtener algÃºn beneficio y de ofrecer votos y promesas a la Virgen. Varios pueblos celebran cada 24 de septiembre, sus fiestas patronales en honor a la Virgen de las Mercedes, considerada su patrona espiritual. Algunas de esos lugares son Azua, Hato Mayor, Constanza, Imbert, Pimentel y Gualete-la Isabela en Puerto Plata.

Novena a Nuestra SeÃ±ora de la Merced

Por la seÃ±al de la Santa Cruz, de nuestros enemigos lÃbranos, SeÃ±or, Dios nuestro.
SeÃ±or mÃo Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mÃo; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazÃ³n de haberos ofendido; tambiÃ©n me pesa porque podÃ©is castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca mÃ¡s pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. AmÃ©n.

ORACIÃ“N PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÃAS

Soberana Virgen MarÃa, Reina de los Ãngeles, Emperatriz de los cielos, elegida Madre de Dios, concebida en gracia, a quien rinden veneraciÃ³n todos los coros de los Ãngeles y Santos del cielo. A Ti me acerco para rogarte que, puesto que bajaste del cielo a la tierra declarando que eres Madre de Merced y de las Misericordias, usa tu piedad con este humilde devoto tuyo. Y para mÃ¡s obligarte, Madre de pecadores, consuelo de los afligidos, socorro de todas las necesidades, me consagro una vez mÃ¡s a ti, como esclavo y servidor tuyo. DirÃgeme, encamÃname y ampÃ¡rame, SeÃ±ora y Madre mÃa, para que acierte a servirte y logre lo que en esta novena pido y deseo, si es del agrado de tu precioso Hijo JesÃºs, que vive y reina con Dios Padre, en unidad del EspÃritu Santo, Dios por todos los siglos de los siglos. AmÃ©n

Rezar a continuaciÃ³n la oraciÃ³n del dÃa que corresponda:

DÃA PRIMERO

SeÃ±or, Dios Omnipotente y Misericordioso, que asÃ para librar a tu pueblo escogido de la esclavitud de Egipto hablaste a MoisÃ©s en el monte Horeb, desde una zarza que ardÃa sin consumirse, asÃ mismo hablaste en Barcelona al Patriarca San Pedro Nolasco para que rescatase a los cautivos cristianos, siendo la mensajera tu SantÃsima Madre, la Virgen MarÃa, que bajÃ³ del cielo y desde el primer instante de su vida fue como zarza milagrosa, pues jamÃ¡s la tocÃ³ la llama de la culpa, ni perdiÃ³ la hermosura de la gracia, ni su original pureza; te ruego que por la intercesiÃ³n de la misma SantÃsima Madre tuya, no se abrase mi cuerpo en las llamas de la impureza, ni se manche mi alma con el pecado de la sensualidad, para que, a imitaciÃ³n de esta celestial SeÃ±ora, exhale mi corazÃ³n fragancias de pureza.