LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Setiembre 21
Hay una persona a la que no es conveniente perdonarle nada; esa persona eres tú y nadie más que tú.
Hay una persona con la que debes ser en extremo exigente; esa persona eres tú, pero nadie más que tú.
Hay una persona con la que debes mostrarte rígido y duro; pero no te confundas: esa persona eres tú, pero nadie más que tú.
Hay una persona con la que nunca debes mostrarte indulgente; esa persona eres tú y nadie más que tú.
¿No alteras con frecuencia los términos, siendo indulgente contigo y duro con los demás, suave y complaciente contigo y violento y áspero con los demás?
En este caso el orden de factores sí que altera el producto y lo altera fundamentalmente.
“Si no me escuchan y no cumplen todos estos mandamientos; si desprecian mis preceptos y muestran aversión por mis leyes, si dejan de practicar mis mandamientos y quebrantan mi alianza, yo, a mi vez, los trataré de la misma manera” (Lv 26,14-46). Hay un compromiso entre tú y Diois; si tú no eres fiel, no esperes que el Señor lo sea contigo: todo depende de ti: ya que Dios nunca te fallará.
LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Setiembre 20
Tu vida es muy variada; a veces hasta divertida.
Unas veces te rodearán de atenciones, otras se olvidarán de ti.
Unas veces oirás a tu lado alabanzas hasta inmerecidas y otras veces llegarán a tus oídos críticas y murmuraciones de tu modo de proceder.
Un día apreciarán tus valores y al día siguiente no tendrán en cuenta tus méritos. Un día serás el preferido y al día siguiente habrás caído en desgracia de todos.
No debes dejarte engreír los primeros días ni debes dejarte aplastar los segundos. No te auto-valorices ni tampoco te subestimes.
Sonríe a todo y a todos; y sonríe siempre, todos los días, tanto los días de triunfo como los de fracaso.
Todo puede y debe servirte para tu perfeccionamiento.
“Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia nos hizo renacer por la resurrección de Jesucristo, a una esperanza viva” (1 Pe 1,3). Nuestra esperanza está en Cristo; así como Él venció al mundo, así también nosotros lo venceremos.
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