miércoles, 7 de septiembre de 2016

EXPERIENCIA DEL MÁS ALLÁ



Experiencia del más allá



Una religiosa me escribió el año 1991 una carta sobre su experiencia, cuando era una jovencita alocada. Me decía: Hace más de treinta años era yo muy joven y estuve muy grave al operarme de apendicitis a las tres de la mañana. El médico me dijo que moriría esa misma noche. Yo me vi salir de mí misma y me encontré ante la presencia de Dios, que me dijo:

— ¿Qué has hecho de tu vida? ¿Qué me traes?
Yo me quedé confusa y contesté:
— Mis manos están vacías.

Entonces, sentí el disgusto de Dios. Esto fue horroroso. Y, después de tantos años, lo siento como una vivencia y me horroriza pensar que otra vez me presente con las manos vacías. Por esto, mi única ilusión es sufrir y poder ofrecer con amor todo lo que hago por la salvación de las almas. Quisiera dar a todos y llenar así mis pobres manos. Ya tengo una mano totalmente paralizada y me sube por el brazo, que lo tengo insensible; no lo siento y tomo morfina para el dolor, porque el médico me lo ordena. Sin embargo, soy tan feliz... ¡Qué bueno es Dios y cuánto nos ama!

En su caso, el cambio fue tan profundo que, de ser una jovencita vacía y preocupada solamente por las fiestas y las diversiones, se hizo religiosa para servir enteramente a Dios y a los demás.

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