jueves, 21 de febrero de 2013

Waldburgis de Heidenheim, Santa


Abadesa, 25 de febrero
Waldburgis de Heidenheim, Santa
Waldburgis de Heidenheim, Santa

Abadesa

Martirologio Romano: En el monasterio de Heidenheim, en la región alemana de Franconia, santa Waldburgis, abadesa, cuyos hermanos, los santos Bonifacio, Willibaldo y Winebaldo, la convencieron para que pasase de Inglaterra a Germania, donde rigió aquel monasterio, doble de monjas y monjes (779).

Fecha de canonización: El papa Adriano II alrededor del año 870.
Nació en Wessex (Inglaterra) cerca del 710. La leyenda dice que era hija del mítico rey san Ricardo el Sajón —un reyezuelo de los sajones occidentales— y de Winna, hermana de san Bonifacio, apóstol de Germania.

Cuando su padre partió en peregrinación hacia Roma junto con sus dos hijos —los también legendarios san Wilibaldo y san Winibaldo—, Waldburgis (entonces de once años de edad) quedó bajo el cuidado de la abadesa de Wimborne. Pasó 26 años encerrada en el convento inglés, preparándose para las hazañas que llevaría a cabo en Alemania. Gracias a la educación que recibió en Winborne, Walpurga pudo más tarde escribir en latín la Vida de san Winibaldo y los viajes de san Willibaldo por Palestina. Eso la convertiría en la primera escritora de Inglaterra y Alemania. Apenas un año después de su arribo, recibió noticias de la muerte de su padre el rey Ricardo en Lucca (Italia).

Durante este periodo, san Bonifacio estaba sentando los cimientos de la iglesia en Germania. Walpurga viajó a Württemberg para asistir a san Bonifacio. Se convirtió en monja y vivió en el convento Heidenheim, que había sido fundado por su hermano san Wilibaldo. Se encontraba en el actual distrito Weißenburg-Gunzenhausen, vecino al distrito de Eichstätt, en Baviera, que en esa época formaba parte del imperio franco.

Bonifacio fue el primer misionero que pidió ayuda a las mujeres. En el año 748, en respuesta a su pedido, la abadesa Tetta envió a Germania a santa Lioba y santa Waldburgis, junto con muchas otras monjas. Partieron del puerto británico con buen clima, pero se desató en el viaje una terrible tempestad. Waldburgis se arrodilló en el puente de la nave y oró, y rápidamente el mar se calmó. Al arribar al puerto en el continente, los marineros proclameron el milagro que habían presenciado, por lo que Waldburgis era recibida en todas partes con veneración.

En la iglesia de Amberes hay una tradición que dice que la santa pasó algún tiempo allí, en su viaje hacia Alemania. En la iglesia más antigua de la ciudad (que ahora recibe el título de santa Waldburgis), se encuentra una gruta donde se dice que la santa rezaba. Esta misma iglesia, antes de adoptar el Oficio Romano, acostumbraba a celebrar la fiesta de la santa Waldburgis cuatro veces al año.

En Mainz la santa fue recibida por su hermano san Willibald y por su tío san Bonifacio. Después de vivir algún tiempo bajo la tutela de santa Lioba en Bischofsheim, fue nombrada abadesa de Heidenheim, y así quedó cerca de su hermano favorito, san Winibaldo, que gobernaba un monasterio allí.

Después de la muerte de Winibaldo, ella quedó a cargo también de su monasterio. El 23 de septiembre del 776, ella asistió a su hermano Willibaldo a trasladar los restos de su otro hermano Winibaldo. Descubrieron que no había trazas de putrefacción en las reliquias. Un par de años después Walpurga cayó enferma y —confortada por san Willibald— falleció en Heidenheim el 25 de febrero del 779, y ese día lleva su nombre en el calendario católico; pero en algunos sitios —como Finlandia, Suecia y Bavaria (sur de Alemania)— su fiesta conmemora el tralado de sus reliquias, el 1 de mayo.

San Wilibaldo puso su tumba al lado de la de san Winibaldo. Wilibaldo sobrevivió hasta 786. Después de su muerte, la devoción hacia santa Waldburgis declinó gradualmente y su tumba se fue arruinando

Cerca de 870, Otkar, el obispo de Eichstadt, determinó que había que restaurar la iglesia y el monasterio de Heidenheim, que se encontraba casi en ruinas. Declaró que la santa se le había aparecido y lo había amenazado debido a que su tumba había sido profanada por los trabajadores. Entonces se realizó el traslado ritual de sus restos hasta Eichstadt el 21 de septiembre de 870. Fueron instalados en la Iglesia de la Santa Cruz (ahora llamada Iglesia de Sta. Waldburgis. En el año 893 el obispo Erchanbold, sucesor de Otkar, abrió la tumba para arrancar un trozo de su cuerpo para regalarle a Liubula, la abadesa de Monheim. Dijo que el cuerpo estaba inmerso en un precioso óleo que —excepto en la época en que Eichstadt quedó en interdicto y en una ocasión en que unos ladrones lastimaron al encargado de retirar el aceite, continuó fluyendo de su cuerpo (especialmente de sus pechos).

Estas declaraciones hicieron que la santa fuera contada entre los elaephori (santos generadores de aceite). Partes de su cuerpo fueron repartidos a muchas ciudades, como Colonia, Amberes, Furnes y otros, mientras que su óleo ha sido repartido a todos los rincones del globo.


Santa Waldburgis, abadesa
fecha: 25 de febrero
n.: c. 710 - †: 779 - país: Alemania
otras formas del nombre: Walburga, Walpurgis, Bugga
canonización: pre-congregación
hagiografía: Santi e Beati
En el monasterio de Heidenheim, en Franconia, santa Waldburgis, abadesa, a quien san Bonifacio, y los hermanos de ella, santos Willibaldo y Winebaldo, convencieron para que fuese de Inglaterra a Germania, donde rigió aquel monasterio de doble comunidad de monjas y monjes.
patronazgo: Patrona de las madres de familia, los agricultores y los animales domésticos, protectora para el crecimiento de los cultivos, contra la hambruna y las malas cosechas, contra las mordeduras de perro, la rabia, la peste bubónica, la peste, la tos y las enfermedades de la vista.
Su nombre ha sido transcrito de diversas formas: Waldburgis, Walburg, Valpurgis, etc. Es una de las figuras más prominentes de entre los misioneros Ingleses que en el siglo VIII organizaron y difundieron el cristianismo en Alemania. Los guía Winfrido, más conocido después como san Bonifacio, y definido «Apóstol de Alemania», que llamó a esta empresa a muchos de sus parientes. Walburga es una de ellos: sobrina de Bonifacio, estudió en un monasterio de Wessex, y pasó luego a Alemania con otras religiosas de Inglaterra (en este mismo grupo de misioneros está tambiénsanta Lioba, animadora del monaquismo femenino en el mundo alemán).
Se sabe que vivió en el siglo VIII, de ascendencia inglesa, Walburga era hermana de los santos Willibaldo y Winebaldo, formaba parte del grupo de monjes y monjas que ayudaron a san Bonifacio (680-755) para evangelizar Alemania. Fue allí donde Walburga reencuentra a sus dos hermanos, Willibaldo, que es obispo de Eichstätt, en Baviera, y Winibaldo, que dirige en Heidenheim un monasterio «doble», formado por un grupo masculino y otro femenino, bajo un solo abad. Esta es una novedad trasplantada de Inglaterra, y aquí se convierte Walburga en abadesa después de la muerte de su hermano en el año 761: una mujer que también dirige a hombres. Guiada por ella, la abadía siguió siendo un centro de intensa irradiación religiosa y cultural, y de ayuda a la población local, según la tradición benedictina. No faltan monjas escritoras, como Ugeburga, biografa de los dos hermanos Willibaldo y Winebaldo.
Walburga guía a las monjas y monjes de Heidenheim durante dieciocho años, hasta su muerte, e inmediatamente se extendió en torno a su figura una veneración popular que perduró en el tiempo. Cerca de un siglo más tarde, el obispo de Eichstätt hace trasladar el cuerpo de Walburga a la ciudad. Su nueva tumba exuda durante un tiempo un líquido que, según algunos, sería una medicamento milagroso; voz ingenua, pero que, a su modo, transmite la fama de Walburga como auxilio de los que sufren. Venerada como santa por voz de los fieles, en su honor se establecieron dos días de fiesta: en el aniversario de su muerte (25 de febrero) y en el día de su traslado a Eichstätt, el 1 de mayo 870. Pero la noche del 1 de mayo -según remotas leyendas precristianas difundidas por el mundo germánico- era también aquella en que una multitud de brujas se entregaban a frenéticos festines, en medio de «una niebla infernal», mientras «irrumpen furiosos cantos de magia» (Goethe, «Fausto»). Por esta casual coincidencia cronológica, la imaginaria noche de las salvajes brujas se llama también "Noche de Walpurgis". Dos realidades distantes, que apenas tienen nada en común.
En el 893 hubo una ceremonia de distribución de sus reliquias, considerada como una «canonización», algunas fueron enviadas a Flandes al norte de Francia y a Renania, contribuyendo así a la propagación del culto de la santa. El rey de Francia, Carlos III el Simple (879-929), construyó en su palacio de Attigny un santuario dedicado a ella.

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