viernes, 11 de enero de 2013

Tomás de Cori, Santo


Presbítero Franciscano, 11 de enero
 
Tomás de Cori, Santo
Tomás de Cori, Santo

Sacerdote Franciscano

Martirologio Romano: En Bellegra, en el Lacio (Italia), santo Tomás de Cori (Francisco Antonio) Placidi, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, preclaro por la austeridad de vida y por la predicación, iniciador de los retiros (1729).

Fecha de canonización: 21 de noviembre de 1999, por el Papa Juan Pablo II.
Nacido en Cori (Latina) el 4 de junio de 1655, Tomás tuvo una infancia marcada por la pérdida prematura de su madre primero y de su padre después, quedando sólo, a los catorce años, al cuidado de la hermana más pequeña. Hará de pastor, aprendiendo la sabiduría de las cosas simples. Casadas las hermanas, queda libre para seguir la inspiración que desde algún año guardaba en el silencio del corazón: pertenecer completamente a Dios en la vida religiosa franciscana. Había conocido a los Frailes Menores en su misma ciudad en el Convento de S. Francisco. Casadas las dos hermanas y libre de toda preocupación, fue acogido en la Orden y enviado a Orvieto para hacer el año de noviciado. Profesada la Regla de S. Francisco y finalizados los estudios de teología, se ordena sacerdote en 1683. Fue nombrado inmediatamente vice maestro de novicios en el convento de la SS. Trinidad de Orvieto; sus superiores reconocieron desde muy pronto sus dotes.

Poco tiempo después fray Tomás oyó hablar de los Retiros que comenzaban a florecer en la Orden y de la intención de los Superiores de la Provincia Romana de instaurar uno en el Convento de Civitella (hoy Bellegra). Su petición fue acogida y el joven fraile llamó así a la puerta del pobre Convento en 1684, diciendo: "Soy fray Tomás de Cori y vengo para hacerme santo". Con un lenguaje quizás lejano al nuestro, expresaba él su ansia de vivir radicalmente el Evangelio según el espíritu de S. Francisco.

Desde entonces, fray Tomás permanecerá en Bellegra hasta la muerte, excepto seis años (1703-1709) en los que será Guardián en el Convento de Palombara, donde instauró el Retiro, en base al de Bellegra. Escribió Reglas para uno y para otro, que él el primero observó cuidadosamente, consolidando con la palabra y con el ejemplo la nueva institución de los dos Retiros.

Los largos años transcurridos en S. Francisco de Bellegra se pueden resumir en tres puntos:

Oración

Santo Tomás de Cori fue seguramente, como se ha dicho de S. Francisco, no tanto un hombre que oraba, como un hombre hecho oración. Esta dimensión animó toda la vida del Fundador del Retiro. El aspecto más evidente de su vida espiritual fue sin duda la centralidad de la Eucaristía, testimoniada por Tomás en la celebración eucarística, intensa y participada, y en la oración silenciosa de adoración en las largas noches de Retiro después del oficio divino celebrado a medianoche. Su vida de oración estuvo marcada por una aridez persistente de espíritu. La ausencia total de una consolación sensible en la oración y en su vida de unión con Dios, se prolongaría durante más de cuarenta años, encontrándole siempre sereno y radical en la vivencia del primado de Dios. Verdaderamente su oración se configuró como " memoria Dei " realizando concretamente la unidad de vida no obstante las múltiples actividades.

Evangelización

Santo Tomás no se cerró en el Retiro, olvidando el bien de sus hermanos y el corazón de la vocación franciscana, que es apostólico. Fue llamado con razón el apóstol del " Sublacense ", habiendo recorrido comarcas y ciudades en el anuncio incansable del Evangelio, en la administración de los sacramentos y en el surgir de milagros a su paso, signo de la presencia y cercanía del Reino. Su predicación era clara y simple, persuasiva y fuerte. No subió a los púlpitos más ilustres del tiempo: su personalidad pudo entregar lo mejor de sí en el ambito restringido de la región del Lazio, viviendo su vocación franciscana en minoridad y a la opción concreta por los más pobres.

Exquisita caridad

Santo Tomás de Cori fue para sus hermanos padre amabilísimo. Ante las resistencias de algunos hermanos en su deseo de reforma y de radicalidad en vivir el ideal franciscano, el Santo supo responder con paciencia y humildad, encontrándose incluso sólo para atender el convento. Había comprendido muy bien que toda auténtica reforma inicia por sí mismo.

El notable epistolario que nos ha llegado, demuestra la atención de Tomás a las más pequeñas espectativas y necesidades de sus hermanos y de tantos amigos, penitentes y frailes que se dirigían a él para recibir un consejo. En el convento demostró su espíritu de caridad en la disponibilidad a cualquier necesidad, incluso la más humilde.

Rico de méritos, se durmió en el Señor el 11 de enero de 1729. Santo Tomás de Cori resplandece entre nosotros y en Roma, del que es co-patron, sobre todo en su ansia de ideal cristiano y franciscano puro y vivido en lo esencial. Una provocación para todos nosotros, a no tomar a la ligera el Evangelio y sus exigencias radicales.
Santo Tomás de Cori, religioso presbítero
fecha: 11 de enero
fecha en el calendario anterior: 19 de enero
n.: 1655 - †: 1729 - país: Italia
canonización: B: Pío VI 3 sep 1786 - C: Juan Pablo II 21 nov 1999
hagiografía: «Vidas de los santos», Alban Butler
En Bellegra, del Lacio, santo Tomás de Cori (Francisco Antonio Placidi), presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, insigne por la austeridad de vida, por la predicación, e ilustre fundador, también, de eremitorios.
refieren a este santo: San Teófilo de Corte

Este santo franciscano era de origen humilde. Había nacido en Cori, en la campiña romana. De niño, un sacerdote había empezado a enseñarle las primeras letras, pero sus padres necesitaron pronto de la ayuda de Tomás en el pastoreo. Como leemos de muchos otros jóvenes pastores de ambos sexos que figuran entre los santos, Tomás aprovechó bien las largas horas de soledad pasadas junto a su rebaño y con Dios. En breve, adquirió un gran hábito de contemplación; nada tiene, pues, de extraño que a la muerte de sus padres, Tomás haya solicitado la admisión en el convento de los franciscanos de la estricta observancia en Cori. Fue admitido, y seis años más tarde recibió la ordenación sacerdotal.

Al principio sus superiores le dedicaron al oficio de maestro de novicios; pero Tomás no había perdido el gusto por la vida eremítica, y obtuvo permiso para retirarse al pequeño convento de Civitella, en las montañas de las proximidades de Subiaco. Allí pasó casi todo el resto de su vida, entregado mansa y gozosamente a las más humildes ocupaciones, practicando grandes penitencias, predicando a los pocos y rudos habitantes de la montaña (casi lodos ellos bandoleros), y gozando de extraordinarias gracias y éxtasis. Se cuenta en particular que, en cierta ocasión, mientras distribuía la comunión en la iglesia, fue arrebatado en éxtasis y se elevó hasta el techo, con el copón en la mano; momentos después, descendió lentamente y siguió distribuyendo la comunión, como si nada hubiese sucedido.

Elegido guardián del convento. Tomás dio muestras de una caridad y una confianza en Dios ilimitadas. En una ocasión en que había repartido a los pobres todo el pan, la comunidad encontró la mesa absolutamente vacía, pero en ese preciso instante llegó un regalo inesperado y la comunidad tuvo todo lo necesario. Aunque Tomás se mostró siempre bondadoso y considerado en el ejercicio de su cargo, no por ello dejaba de ser muy estricto en lo relacionado con el servicio de Dios, insistiendo en particular en que sus monjes recitasen el oficio divino lenta y devotamente. «Si cor non orat -acostumbraba decir-, in vano lingua laborat» («si el corazón no está en oración, la lengua trabaja en vano»). Tomás murió el 11 de enero de 1729, a los setenta y tres años de edad, fue beatificado en 1785 y canonizado en 1999.

Véase el «Breve Compendio della Vita... del B. Padre Tommaso da Cori» (1786); Léon, Auréole Séraphique (traducción inglesa), vol I, pp. 324-332.

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