*"Deja el amor del mundo y sus dulcedumbres, como sueños de los que uno despierta; arroja tus cuidados, abandona todo pensamiento vano, renuncia a tu cuerpo. Porque vivir de la oración no significa sino enajenarse del mundo visible e invisible. Nada. A no ser el unirme a Ti en la oración de recogimiento. Unos desean la gloria; otros las riquezas. Yo anhelo sólo a Dios y pongo en Ti solamente la esperanza de mi alma devastada por la pasión"
viernes, 18 de enero de 2013
Religiosa de 105 años y 86 de ellos en clausura: Soy feliz
Sor Teresita, una religiosa cisterciense española de 105 años, que vive en el Monasterio de Buenafuente, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, aseguró que en el claustro “no se puede estar aburrida, terminas mal” y que “¿se puede estar aquí 86 años sin ser feliz?”.
En una entrevista telefónica con el diario español Correo, la religiosa, bautizada como Valeriana Barajuen González de Zarate, el 16 de septiembre de 1903, aseguró que “la vocación es una cosa muy grande y la perseverancia no es menos”, aunque lamentó que muchas veces “la vida de confort prevalece sobre la 'llamada’”.
Sor Teresita ingresó al monasterio a los 19 años, tras discutir con su madre, para darle gusto a su padre y sin vocación, recuerda.
“Fuimos a ver a la patrona de Álava, la Virgen Blanca, y le pedí la vocación de Santa Teresa”, recordó, dejando atrás a “tres novios”.
Sin embargo, para la religiosa, “aunque me hubiera casado con un príncipe no sería más feliz que ahora”.
“Yo quería la clausura y no una comunidad de vida activa”, aseguró al diario español.
La religiosa, que llegó a ser abadesa del monasterio, recordó que hasta la guerra civil española, en la década de 1930, “la vida era muy diferente. Estábamos las monjas de coro, que trabajábamos por la comunidad, y luego estaban las legas. ¡Y mi padre decía que las monjas no trabajaban!”.
“Siempre ha sido todo muy austero”, señaló, recordando que “el hábito nos lo cambiábamos una vez al mes y la plancha era un pequeño lujo, no como ahora”.
El lema de Sor Teresita “es vivir en el corazón de la Virgen, aunque con todo, el diablo no hace más que malmeter”, advierte.
La religiosa salió del convento en dos ocasiones. La primera durante la guerra civil, para acompañar a sus hermanas al médico, y en agosto de 2011, para saludar personalmente al Papa Benedicto XVI, durante su visita a España con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Durante el viaje a Madrid, la religiosa mantuvo los ojos cerrados casi todo el tiempo, para que nada la distrajera.
A pesar de su avanzada edad, Sor Teresita se mantiene al tanto de los titulares de los periódicos, con lo que se ha enterado de la crisis económica y cosas y “la cosa de la política”.
“Ahora hay que enterarse, no me viene mal, al contrario, me da más motivo para rezar”, asegura.
Sor Teresita envía siempre “ángeles en lugar de oraciones” a las personas con las que se encuentra o conversa, porque “los ángeles se entienden con todo”.
La religiosa se levanta cada día a las 5:00 de la mañana y se acuesta a las 10:00 de la noche, dedicada a la regla benedictina de “ora et labora”, reza y trabaja.
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