Los cinco minutos de María
Marzo 29
María oraba y meditaba el mensaje de salvación de Dios a su pueblo. El ángel en Nazaret la encontró en total disponibilidad para hacer la voluntad de Dios.
La palabra de Dios nos habla, nos cuestiona, nos exige, nos ubica, nos alienta; es preciso leerla con frecuencia, meditarla con detención, vivirla con fidelidad.
En la oración nosotros hablamos a Dios; en la lectura de la Biblia, Dios nos habla a nosotros; si lo primero es importante, lo segundo es necesario; lo que nosotros podamos decirle a Dios, Él ya lo conoce; lo que Dios nos tiene que decir, siempre es nuevo para nosotros.
“Madre, en aquellas tan sencillas palabras -He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra- has encontrado todo el programa de tu vida” (san Juan Pablo II). Te pedimos que nos ayudes a ser fieles a nuestro proyecto de vida.
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