Hoy, 27 de marzo, conmemoramos a San RUPERTO, Obispo.
SAN RUPERTO (¿?-718) era originario de Irlanda, nacido en el seno de la noble familia de los Rupertinos, o Robertinos.
Después de recibir una formación monástica, hacia el año 700 Ruperto se estableció en Baviera, donde se dedicó a la predicación itinerante, obteniendo buenos resultados en Regensburg y en Lorch.
Con la ayuda del conde Teodoro de Baviera, San Ruperto fundó en lo que hoy es Seekirchen, cerca de Salzburgo, Austria, una iglesia dedicada a San Pedro. Pero el lugar no era el idóneo para sus proyectos, y entonces le pidió al conde otro territorio, a orillas del río Salzach, cerca de la antigua y decadente ciudad romana de Juvavum.
El monasterio que construyó allí, dedicado también a San Pedro, es el más antiguo de Austria. En torno a él se desarrollaría la nueva Salzburgo, obra de San Ruperto y sus doce colaboradores llegados de su tierra natal, entre los que se encontraban San Cunialdo y San Gislero.
Esta ciudad, literalmente “ciudad de la sal”, con justa razón lo venera no solamente como su primero obispo, sino también como su refundador. San Ruperto fue quien organizó la explotación técnica de las cercanas fuentes de sal, con perdurables beneficios para toda la comunidad.
Falleció el día de Pascua de 718. La iconografía lo representa generalmente con un salero o un pequeño barril de sal en las manos. San Ruperto es el santo patrono de Salzburgo, en cuya espléndida catedral se conservan sus reliquias. Se le venera en los países de habla alemana, y en Irlanda.
SAN RUPERTO nos enseña la importancia de cultivar un espíritu emprendedor.
SAN RUPERTO (¿?-718) era originario de Irlanda, nacido en el seno de la noble familia de los Rupertinos, o Robertinos.
Después de recibir una formación monástica, hacia el año 700 Ruperto se estableció en Baviera, donde se dedicó a la predicación itinerante, obteniendo buenos resultados en Regensburg y en Lorch.
Con la ayuda del conde Teodoro de Baviera, San Ruperto fundó en lo que hoy es Seekirchen, cerca de Salzburgo, Austria, una iglesia dedicada a San Pedro. Pero el lugar no era el idóneo para sus proyectos, y entonces le pidió al conde otro territorio, a orillas del río Salzach, cerca de la antigua y decadente ciudad romana de Juvavum.
El monasterio que construyó allí, dedicado también a San Pedro, es el más antiguo de Austria. En torno a él se desarrollaría la nueva Salzburgo, obra de San Ruperto y sus doce colaboradores llegados de su tierra natal, entre los que se encontraban San Cunialdo y San Gislero.
Esta ciudad, literalmente “ciudad de la sal”, con justa razón lo venera no solamente como su primero obispo, sino también como su refundador. San Ruperto fue quien organizó la explotación técnica de las cercanas fuentes de sal, con perdurables beneficios para toda la comunidad.
Falleció el día de Pascua de 718. La iconografía lo representa generalmente con un salero o un pequeño barril de sal en las manos. San Ruperto es el santo patrono de Salzburgo, en cuya espléndida catedral se conservan sus reliquias. Se le venera en los países de habla alemana, y en Irlanda.
SAN RUPERTO nos enseña la importancia de cultivar un espíritu emprendedor.
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