Mateo 10, 16-23. Tiempo Ordinario. Nuestra fe es un tesoro escondido en nuestros corazones. | |
«Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, prudentes como las serpientes, y sencillos como las palomas. Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas; y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Mas cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros. «Entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los matarán. Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará. «Cuando os persigan en una ciudad huid a otra, y si también en ésta os persiguen, marchaos a otra. Yo os aseguro: no acabaréis de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del hombre. Oración introductoria Espíritu Santo, fuente de luz, ilumina mi entendimiento para asimilar más y mejor tu Palabra, porque el panorama no entusiasma, no me gusta el desprecio de los demás ni los problemas, pero sabiendo que Tú eres mi principio y mi fin, confío plenamente en que serás mi compañía y me darás la fuerza de voluntad para mantenerme siempre fiel a tu amor. Petición Jesús, dame la generosidad para dejarme a mí mismo y dedicar más tiempo a la misión. Meditación del Papa Francisco Nos enseñan a no caer en las asechanzas de las tinieblas y a defendernos de la oscuridad que pretende cubrir nuestra vida. Ellos, con esta santa astucia, han custodiado la fe. También nosotros debemos custodiar la fe ante una oscuridad que, tantas veces, se disfraza de luz. Porque el demonio, dice san Pablo, se viste de ángel de luz muchas veces. Y aquí necesitamos la santa astucia para custodiar nuestra fe del canto de las sirenas que te dicen: hoy tenemos que hacer esto o aquello. La fe es una gracia y un don. Nos toca custodiarla con la santa astucia, con la oración y con la caridad. Es necesario acoger en nuestro corazón la luz de Dios y, al mismo tiempo, practicar aquella astucia espiritual que sabe armonizar la sencillez con la sagacidad, como Jesús pide a sus discípulos: "Sean sagaces como serpientes y simples como palomas" (S.S. Francisco, 6 de enero de 2014). Reflexión Por la descripción de algunos versículos, los riesgos y los obstáculos que Jesús les presenta a sus discípulos se parecen bastante a las circunstancias de algunas realidades de nuestra vida en el mundo actual. No es fácil hoy día dar testimonio coherente de la fe. Hoy día vivir la fe es arriesgarse a ser etiquetado de modo despectivo. Ciertamente no es un riesgo de vida o muerte, pero como cristianos tenemos que temer siempre el peligro de sucumbir frente a las presiones a veces aparentemente fuertes de los acuerdos sociales. Incomprensiones, odios, rechazos, acusaciones etc, que no es poca cosa, pero no es posible afrontar la misión ni la vida de cristianos, si tememos el juicio y la lucha con el mundo. Nuestra fe es un tesoro escondido en nuestros corazones. No hay hoy desafío más laborioso y fascinador que el de vivir cada día coherentemente con nuestra fe. Además, no estamos solos. El Espíritu Santo está de nuestra parte y nos sugerirá qué hacer y qué decir en cada momento. A menudo, el ejemplo, el testimonio audaz, atrevido y hasta heroico de un cristiano es semilla de conversión y chispa que enciende la llama luminosa de la fe en los momentos más críticos de una comunidad de cristianos. En la medida de nuestra mayor o menor responsabilidad en la comunidad, se nos concede la ocasión de dar auténtico testimonio de nuestra fe. Propósito Adoptar a un sacerdote o a un(a) consagrado(a), con nombre y apellido, en mis oraciones diarias. Diálogo con Cristo Jesús, no es fácil ser tu discípulo y misionero. Hay oposición por todos lados, incluso en la propia familia. Por eso no debo olvidar que el Espíritu Santo, que habita en mi corazón, está ahí para ayudarme, para darme la sernidad y la fuerza para persevar en mi fe. Te ofrezco mi sacrificio por aquellos que se oponen a mi misión. sábado 12 Julio 2014Sábado de la decimocuarta semana del tiempo ordinarioSanta Verónica Calvario Leer el comentario del Evangelio por Tomás de Celano : “Ni un pajarito cae en tierra sin que lo sepa vuestro Padre...No temáis!” Isaías 6,1-8.
El año de la muerte del rey Ozías, yo vi al Señor sentado en un trono elevado y excelso, y las orlas de su manto llenaban el Templo.
Unos serafines estaban de pie por encima de él. Cada uno tenía seis alas: con dos se cubrían el rostro, y con dos se cubrían los pies, y con dos volaban. Y uno gritaba hacia el otro: "¡Santo, santo, santo es el Señor de los ejércitos! Toda la tierra está llena de su gloria". Los fundamentos de los umbrales temblaron al clamor de su voz, y la Casa se llenó de humo. Yo dije: "¡Ay de mí, estoy perdido! Porque soy un hombre de labios impuros, y habito en medio de un pueblo de labios impuros; ¡y mis ojos han visto al Rey, el Señor de los ejércitos!". Uno de los serafines voló hacia mí, llevando en su mano una brasa que había tomado con unas tenazas de encima del altar. El le hizo tocar mi boca, y dijo: "Mira: esto ha tocado tus labios; tu culpa ha sido borrada y tu pecado ha sido expiado". Yo oí la voz del Señor que decía: "¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?". Yo respondí: "¡Aquí estoy: envíame!". Salmo 93(92),1ab.1cd-2.5.
¡Reina el Señor, revestido de majestad!
El Señor se ha revestido, se ha ceñido de poder. El mundo está firmemente establecido: ¡no se moverá jamás! Tu trono está firme desde siempre, tú existes desde la eternidad. Tus testimonios, Señor, son dignos de fe, la santidad embellece tu Casa a lo largo de los tiempos. Mateo 10,24-33.
Jesús dijo a sus apóstoles:
"El discípulo no es más que el maestro ni el servidor más que su dueño. Al discípulo le basta ser como su maestro y al servidor como su dueño. Si al dueño de casa lo llamaron Belzebul, ¡cuánto más a los de su casa! No les teman. No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido. Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas. No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo a la Gehena. ¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre que está en el cielo. Ustedes tienen contados todos sus cabellos. No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros. Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres." Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. Leer el comentario del Evangelio por : Tomás de Celano (hacia 1190-hacia 1260), biógrafo de San Francisco y de Santa Clara Primera vida de S. Francisco de Asís, 58
Llegado a una gran manada de pájaros, el bienaventurado Francisco se dio cuenta que le esperaban. Les dirigió su saludo habitual, se admiraba de que no se escaparan como de costumbre, les dijo que debían de escuchar la Palabra de Dios y les rogó humildemente de estar atentos.
Les dijo, entre otras cosas: “Pajaritos, hermanos míos, tenéis motivo de alabar y amar a vuestro creador. El os ha dado las plumas de vestido, las alas para volar, y todo lo que necesitáis para vivir. De entre todas las criaturas de Dios, vosotros tenéis la mayor suerte. Os ha dado el aire y su pureza como vuestro espacio vital. No habéis sembrado ni segado, os da vuestro alimento y vuestra cobijo sin que os tengáis que inquietar por ello.” A estas palabras, según el mismo santo y sus compañeros, los pájaros expresaron a su manera una inmensa alegría: alargaban sus cuellos, desplegando sus alas, abriendo el pico y mirando con toda atención. El Santo se paseaba entre ellos, rozando con su túnica sus cabezas y sus cuerpos. Finalmente, los bendijo trazando sobre ellos la señal de la cruz y permitiéndoles que se fueran volando. El siguió el camino con sus compañeros y, exultante de alegría, dio gracias a Dios que es reconocido y venerado por todas las criaturas. Francisco no era un simple pero tenía la gracia de la simplicidad. Se acusaba entonces de no haber predicado antes a los pájaros ya que escuchaban con tanta atención y respeto la Palabra de Dios. A partir de este día no dejaba de exhortar a todos los pájaros, a todos los animales, a los mismos reptiles y hasta a las criaturas insensibles, a alabar y amar al Creador. ___________________________ Celebramos la Fiesta de Nuestra Señora del Carmen el 16 de Julio. Puedes rezar la novena. |
*"Deja el amor del mundo y sus dulcedumbres, como sueños de los que uno despierta; arroja tus cuidados, abandona todo pensamiento vano, renuncia a tu cuerpo. Porque vivir de la oración no significa sino enajenarse del mundo visible e invisible. Nada. A no ser el unirme a Ti en la oración de recogimiento. Unos desean la gloria; otros las riquezas. Yo anhelo sólo a Dios y pongo en Ti solamente la esperanza de mi alma devastada por la pasión"
sábado, 12 de julio de 2014
Nueva instrucción a los apóstoles
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario