viernes, 11 de julio de 2014

Nada de que a la primera disputa:“¡nos divorciamos!”


Matrimonios de hoy buscan ayuda espiritual para rescatar a toda costa su relación
 
Nada de que a la primera disputa:“¡nos divorciamos!”
Nada de que a la primera disputa:“¡nos divorciamos!”
Con ayuda de la Iglesia Católica y de algunas terapias profesionales muchos matrimonios alrededor del mundo lograron sortear situaciones que los tuvieron al borde del divorcio, hecho que amenazaba con traer más consecuencias devastadoras para la sociedad y, peor aún, para los hijos.

Esto lo explicó el especialista en estudios sociodemográficos Dr. Fernando Pliego, al dar a conocer una serie de tendencias a nivel mundial que establecen como prioridad mantener la estabilidad matrimonial, aun con las adversidades de la modernidad. El académico de la UNAM se refirió a que esas medidas cobran cada vez más auge como políticas públicas en varios países, y las resumió en cuatro consejos para los lectores del semanario Desde la fe:

1- Buscar apoyo espiritual y psicológico. En cuanto la pareja matrimonial detecte que aparecen algunos problemas porque empiezan a suceder discusiones y desacuerdos que duelen, hay que ir de inmediato en busca de ayuda espiritual con un sacerdote y, también, a una terapia profesional. No hay que pensar que uno puede resolver por sí mismo. En el momento en que se presenta la situación, es porque ya está a punto de desbordarse.

En algunos países, está volviéndose una práctica generalizada el recurrir a la ayuda de la Iglesia y de las terapias profesionales de especialistas en psicología y conducta humana. El Dr. Pliego citó que en varios estados de la Unión Americana, de Canadá y en Australia, se les aconseja a los matrimonios acudir a una conciliación matrimonial, y que agoten las alternativas antes de llegar al divorcio.

El especialista consideró que este primer punto cobra cada vez más importancia en aras de preservar la unidad familiar. Opinó además que la situación actual, abre a la Iglesia Católica la oportunidad de enseñar a los fieles a tener mejores noviazgos y matrimonios a través de cursos y programas, que ayuden más a prevenir que a remediar los catastróficos efectos del divorcio.

2.-Tomar decisiones de común acuerdo. Los puntos de vista del Dr. Pliego se basan en el estudio de las Ciencias Sociales y, con base en esto, se ha demostrado que el matrimonio brinda las mejores oportunidades de bienestar para sus participantes, y que los matrimonios más fuertes son aquellos que saben trabajar y tomar decisiones en equipo.

3.- Cultivar la inteligencia emocional. Este aspecto es considerado por el Dr. Pliego como de suma importancia, porque el hombre debe comprender que están presentes los ciclos emocionales de la mujer, y que ambos tienen diferencias definidas por la propia naturaleza de género. Como lo que plantea una hipótesis muy estudiada que señala que a la mujer le da por hablar mucho cuando está en problemas, y demanda que la escuchen;mientras que el hombre en problemas prefiere guardar silencio. Según el académico, existe una bibliografía diversa que ayuda a tratar de entender las diferencias entre ambos sexos, lo que a la postre mejora la relación matrimonial.

4.- Practicar la solidaridad. Que haya una genuina preocupación por el bienestar del esposo, y de él hacia la esposa y los hijos. Es que para tener una familia hay que esforzarse, igual que cuando uno practica un deporte o un trabajo. La familia también necesita dedicación lo mismo que el matrimonio, porque quien no sabe ser solidario no puede tener bien a su familia.

Lo más valioso de uno como persona es su tiempo, y los padres de familia deben darlo al igual que su esfuerzo y solidaridad, aunque esto implique dejar a un lado los gustos de corto plazo, llámense fiestas, fumar, manejar en estado inconveniente,o la cruda, y cambiar tales por otros gustos de largo plazo, que son el cuidarse el hígado, llevarse bien con la familia, ver crecer a los hijos, y tener una familia para quererla.

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