Letanías por las Almas del Purgatorio
Señor ten Misericordia de nosotros
Señor ten Misericordia de nosotros
Cristo ten Misericordia de nosotros
Cristo ten Misericordia de nosotros
Señor ten Misericordia de nosotros
Señor ten Misericordia de nosotros
Cristo, óyenos
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Cristo, escúchanos
Dios Padre celestial; ten misericordia de nosotros
Dios Hijo redentor del mundo; ten misericordia de nosotros
Dios Espíritu Santo; ten misericordia de nosotros
Trinidad Santa, un solo Dios; ten misericordia de nosotros
Santa María, auxiliadora de las almas del purgatorio; ruega por nosotros
Por mis hermanos y parientes. (Ten misericordia, Señor)
Por todos mis bienhechores espirituales y temporales.
Por los que han sido mis amigos y súbditos.
Por cuantos debo amor y oración.
Por cuantos he perjudicado y dañado.
Por los que han faltado contra mí.
Por aquellos a quienes profesáis predilección.
Por los que están más próximos a la unión con Vos.
Por los que os desean más ardientemente.
Por los que sufren más.
Por los que están más lejos de su liberación.
Por los que menos auxilio reciben.
Por los que más méritos tienen por la Iglesia.
Por los que fueron ricos aquí, y allí son los más pobres.
Por los poderosos, que ahora son como viles siervos.
Por los ciegos que ahora reconocen su ceguera.
Por los vanidosos que malgastaron su tiempo.
Por los pobres que no buscaron las riquezas divinas.
Por los tibios que muy poca oración han hecho.
Por los perezosos que han descuidado tantas obras buenas.
Por los de poca fe que descuidaron los santos Sacramentos.
Por los reincidentes que sólo por un milagro de la gracia se han salvado.
Por los padres que no vigilaron bien a sus hijos.
Por los superiores poco atentos a la salvación de sus súbditos.
Por los pobres hombres, que casi sólo se preocuparon del dinero y del placer.
Por los de espíritu mundano que no aprovecharon sus riquezas o talentos para el Cielo.
Por los necios, que vieron morir a tantos no acordándose de su propia muerte.
Por los que no dispusieron a tiempo de su casa, estando completamente desprevenidos para el viaje más importante.
Por los que juzgaréis tanto más severamente, cuánto más les fue confiado.
Por los pontífices, reyes y príncipes.
Por los obispos y sus consejeros. Por mis maestros y pastores de almas.
Por los sacerdotes de nuestra diócesis.
Por los sacerdotes y religiosos de la Iglesia católica.
Por los defensores de la santa fe.
Por los caídos en los campos de batalla.
Por los sepultados en los mares.
Por los muertos repentinamente.
Por los fallecidos sin recibir los santos sacramentos.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo; dales el descanso eterno. (tres veces)
Oremos:
O Dios, Creador y Redentor del mundo, perdona los pecados de tus servidores y servidoras, que la inconciencia de los hombres olvida en el purgatorio.
Permitid que nuestras oraciones les permita obtener la liberación por la que tanto suspiran!
Señor, vos que castigáis con pesar, y nos mandáis rezar por quienes amáis, dignaos abrir las puertas del Cielo a las almas que han salido de este mundo, y dadles el reposo y la felicidad eterna.
Os lo pido, por la mediación de Nuestra Señora Auxiliadora de las almas del purgatorio y por todos los Santos.
Amen.
Señor ten Misericordia de nosotros
Señor ten Misericordia de nosotros
Cristo ten Misericordia de nosotros
Cristo ten Misericordia de nosotros
Señor ten Misericordia de nosotros
Señor ten Misericordia de nosotros
Cristo, óyenos
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Cristo, escúchanos
Dios Padre celestial; ten misericordia de nosotros
Dios Hijo redentor del mundo; ten misericordia de nosotros
Dios Espíritu Santo; ten misericordia de nosotros
Trinidad Santa, un solo Dios; ten misericordia de nosotros
Santa María, auxiliadora de las almas del purgatorio; ruega por nosotros
Por mis hermanos y parientes. (Ten misericordia, Señor)
Por todos mis bienhechores espirituales y temporales.
Por los que han sido mis amigos y súbditos.
Por cuantos debo amor y oración.
Por cuantos he perjudicado y dañado.
Por los que han faltado contra mí.
Por aquellos a quienes profesáis predilección.
Por los que están más próximos a la unión con Vos.
Por los que os desean más ardientemente.
Por los que sufren más.
Por los que están más lejos de su liberación.
Por los que menos auxilio reciben.
Por los que más méritos tienen por la Iglesia.
Por los que fueron ricos aquí, y allí son los más pobres.
Por los poderosos, que ahora son como viles siervos.
Por los ciegos que ahora reconocen su ceguera.
Por los vanidosos que malgastaron su tiempo.
Por los pobres que no buscaron las riquezas divinas.
Por los tibios que muy poca oración han hecho.
Por los perezosos que han descuidado tantas obras buenas.
Por los de poca fe que descuidaron los santos Sacramentos.
Por los reincidentes que sólo por un milagro de la gracia se han salvado.
Por los padres que no vigilaron bien a sus hijos.
Por los superiores poco atentos a la salvación de sus súbditos.
Por los pobres hombres, que casi sólo se preocuparon del dinero y del placer.
Por los de espíritu mundano que no aprovecharon sus riquezas o talentos para el Cielo.
Por los necios, que vieron morir a tantos no acordándose de su propia muerte.
Por los que no dispusieron a tiempo de su casa, estando completamente desprevenidos para el viaje más importante.
Por los que juzgaréis tanto más severamente, cuánto más les fue confiado.
Por los pontífices, reyes y príncipes.
Por los obispos y sus consejeros. Por mis maestros y pastores de almas.
Por los sacerdotes de nuestra diócesis.
Por los sacerdotes y religiosos de la Iglesia católica.
Por los defensores de la santa fe.
Por los caídos en los campos de batalla.
Por los sepultados en los mares.
Por los muertos repentinamente.
Por los fallecidos sin recibir los santos sacramentos.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo; dales el descanso eterno. (tres veces)
Oremos:
O Dios, Creador y Redentor del mundo, perdona los pecados de tus servidores y servidoras, que la inconciencia de los hombres olvida en el purgatorio.
Permitid que nuestras oraciones les permita obtener la liberación por la que tanto suspiran!
Señor, vos que castigáis con pesar, y nos mandáis rezar por quienes amáis, dignaos abrir las puertas del Cielo a las almas que han salido de este mundo, y dadles el reposo y la felicidad eterna.
Os lo pido, por la mediación de Nuestra Señora Auxiliadora de las almas del purgatorio y por todos los Santos.
Amen.
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