miércoles, 16 de julio de 2014

LECTURAS MISA NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN


 16 de julio
NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN
Madre y Reina de Chile
SOLEMNIDAD

Lectura del libro de Judith
13, 18-20a; 15, 8-10

En aquellos días, el magistrado Ozías le dijo a Judit:
Que Dios Altísimo te bendiga, hija mía
más que a todas las mujeres de la tierra;
¡Y bendito sea el Señor Dios,
Creador del cielo y de la tierra,
que te ha guiado para cortar la cabeza
del jefe de nuestros enemigos!
Nunca olvidarán los hombres
la confianza que has demostrado,
y siempre recordarán el poder de Dios.
Que Dios te exalte para siempre,
favoreciéndote con sus dones.
El sumo sacerdote, Joaquín, y los Ancianos del pueblo de Israel que habitaban en Jerusalén vinieron para contemplar los beneficios con que el Dios había colmado a Israel, y también para ver a Judit y saludarla. Al verla, todos a una, la elogiaron y le dijeron:
¡Tú eres la gloria de Jerusalén,
el gran orgullo de Israel,
el insigne honor de nuestra raza!
¡Que el Señor Todopoderoso te bendiga para siempre!
Y todo el pueblo dijo: ¡Amén!

Salmo responsorial
Jdt 16, 13-17
Ant: ¡Alabado sea Dios, el Señor!

Cantaré a mi Dios un canto nuevo:
Señor, Tú eres grande y glorioso,
admirable por tu poder e invencible. Ant.

Que te sirvan todas las criaturas,
pues Tú lo dijiste y fueron hechas,
enviaste tu Espíritu y Él las formó. Ant

Las montañas y las aguas se sacudirán desde sus cimientos,
las rocas se derretirán como cera en tu presencia,
pero Tú siempre te muestras propicio
con aquéllos que te temen. Ant.

Poco vale un sacrificio de aroma agradable
y menos aún toda la grasa ofrecida en holocausto.
Pero el que teme al Señor será grande para siempre. Ant.

Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a Timoteo 2, 1-8

Querido hijo:
Ante todo recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los soberanos y por todas las autoridades, para que podamos disfrutar de paz y tranquilidad, llevar una vida piadosa y digna. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, porque Él quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo, hombre Él también, que se entregó a sí mismo para rescatar a todos. Este es el testimonio que Él dio a su debido tiempo, y del cual fui constituido heraldo y apóstol para enseñar a los paganos la verdadera fe. Digo la verdad y no miento.
Por lo tanto, quiero que los hombres oren constantemente, levantando las manos al cielo con recta intención, sin arrebatos ni discusiones.
R./ Te alabamos, Señor.

Aleluya

Aleluya
¿Bendita eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre!
Aleluya

+ Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan 19, 25-27

Junto a la cruz de Jesús estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la Madre y cerca de ella al discípulo a quien Él amaba, Jesús le dijo: "Mujer, ahí tienes a tu hijo". Luego dijo al discípulo: "Ahí tienes a tu madre". Y desde aquella hora el discípulo la recibió como suya.
Palabra del Señor

O bien:

+ Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan 2,1-11

En aquel tiempo, se celebraron unas bodas en Caná de Galilea. La madre de Jesús se hallaba allí. También fue invitado a las bodas Jesús con sus discípulos. El vino se acabó y la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.
Jesús respondió:
Mujer: ¡cómo me pides eso…! Aún no ha llegado mi hora.
Su madre dijo a los sirvientes:
-Haced todo lo que él les diga.
Había allí seis tinajas de las que sirven para los ritos de la purificación de los judíos, de unos cien litros de capacidad cada una.
Jesús indico a los sirvientes:
Llenad de agua estas tinajas.
Y las llenaron hasta el borde.
- Sacad ahora, les dijo, y llevadlo al mayordomo para que lo pruebe. Y ellos se lo llevaron.
El mayordomo probó el agua cambiada en vino, sin saber de dónde lo habían sacado; los sirvientes, sí que lo sabían, pues habían sacado el agua. Llamó al esposo y le dijo:
- Todo el mundo sirve al principio el vino mejor, y cuando todos han bebido bastante, se sirve un vino inferior; pero tú has dejado el mejor vino para el final.
Este fue el principio de las señales milagrosas que hizo Jesús. Lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.

Palabra del Señor
16 de Julio
NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN, MADRE Y REINA DE CHILE

Memoria

Pueden escogerse las lecturas de la Solemnidad, leccionario dominical,
pág. 933
ANTIFONA DE ENTRADA
Con gran alegría en el Señor,
celebramos todos la solemnidad de Nuestra Señora del Carmen, Madre y Reina de Chile, en la que se alegran también los Ángeles, alabando al Hijo de Dios.
No se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA

Dios omnipotente,
estos hijos tuyos nos alegramos
de tener como Protectora a la Santísima Virgen del Carmen,
Madre y Reina de esta Patria nuestra
Concédenos, por su materna intercesión;
la concordia y la justicia,
y sus frutos de verdadera paz y prosperidad.
Por nuestro Señor Jesucristo.
(No se dice Credo)

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, los frutos de nuestra tierra y del trabajo de este pueblo que se acoge a la protección de la Madre de tu Hijo, la Virgen del Carmen; haz que la ofrenda de estos dones,
por la intercesión de nuestra Protectora,
nos una más y más en el ministerio de Cristo, tu Hijo y nuestro Redentor, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos.
Se dice el prefacio II de la Sma. Virgen María.

ANTIFONA DE COMUNIÓN
Santísima Virgen Maria, Reina del mundo,
tú que diste a luz a Cristo, Señor y Salvador de todos,
intercede por nuestra paz y nuestra salvación.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Hemos recibido, Señor, en esta celebración
de la Virgen del Carmen,
la Palabra y el Cuerpo de tu Hijo,
concédenos, con estos auxilios
y con la protección de Maria,
alcanzar en la gloria de tu Reino
la alegría de la perfecta unidad.
Por Jesucristo nuestro Señor.

NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN
Patrona de Chile
Solemnidad
...........................................
I vísperas
HIMNO

Salve, del mar Estrella,
salve, Madre sagrada
de Dios y siempre virgen,
puerta del cielo santa.

Tomando de Gabriel
el "Ave", Virgen alma,
mudando el nombre de Eva,
paces divinas trata.

La vista restituye,
las cadenas desata,
todos los males quita,
todos los bienes causa.

Muéstrate madre, y llegue
por ti nuestra esperanza
a quién, por darnos vida,
nació de tus entrañas.

Entre todas piadosa,
Virgen, en nuestras almas,
libres de culpa, infunde
virtud humilde y casta.

Vida nos presta pura,
camino firme allana,
que quien a Jesús llega
eterno gozo alcanza.

Al Padre, al Hijo, al Santo
Espíritu alabanzas;
una a los tres les demos,
y siempre eternas gracias. Amén.

SALMODIA

Ant. 1: Se le dio la gloria del Líbano, la hermosura del Carmelo y del Sarón, aleluya.
Los salmos y el cántico se toman del Común de la Santísima Virgen María. p. 1572

Ant. 2: La Madre de Dios nos revistió con vestido de salvación y con el manto de justicia nos cubrió, aleluya.

Ant. 3: Eres bendita por el Señor, porque por ti nos fue dado el fruto de la vida.

RESPONSO BREVE

V/. Extendió la nube para protegernos y la columna de fuego para darnos luz.
R/. Extendió la nube para protegernos y la columna de fuego para darnos luz.

V/. Reina y hermosura del Carmelo, nos diste una prenda de tu protección.
R/. Y la columna de fuego para darnos luz.
V/. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/. Extendió la nube para protegernos y la columna de fuego para darnos luz.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant.: Tu cabeza es como el Carmelo y los cabellos de tu cabeza, como los flecos purpúreos de un manto real, aleluya.
PRECES
Padre de los cielos, recibe la voz de nuestra alabanza y bendición, que en honor de la Virgen María y Reina del Carmelo ofrecemos;

Por su intercesión, escúchanos.

Tú que llenaste su alma de la gracia,
dirige nuestra vida para alcanzar la justicia y santidad verdadera.

Tú que asociaste a la Virgen María a las grandes gestas de nuestra historia,
líbranos de los desenfrenos de las pasiones que engendran tiranías, odios, lujurias y avaricia.

Tú que asociaste a la Virgen a la dolorosa Pasión de tu Hijo, líbranos por su intercesión de los terremotos, incendios, inundaciones, sequías y epidemias.
Tú que llenaste a la Virgen de la prudencia y de la sabiduría de los santos, guía e ilumina a nuestra Iglesia apartándola de la herejía y del cisma; a nuestros gobernantes y a las instituciones de nuestra nación, llénalas de fortaleza, discreción y amor.

(Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Tú que glorificaste a la Virgen en su admirable Asunción, concede a nuestros difuntos el descanso y la resurrección de entre los muertos. Confiando en el Señor, que hizo obras grandes en María, pidamos al Padre que colme también de bienes a nuestra patria: Padre nuestro.

ORACIÓN

Dios omnipotente, estos hijos tuyos nos alegramos de tener como Protectora a la Santísima Virgen del Carmen, Made y Reina de esta Patria nuestra; concédenos por su materna intercesión, la concordia y la justicia, y sus frutos de verdadera paz y prosperidad. Por nuestro Señor Jesucristo.

Invitatorio
Ant.: Al Señor de la gloria, admirable en la nube del Carmelo, venid a adorarlo.

A continuación se dice el salmo invitatorio, pp. 637.

Oficio de lectura
El himno, las antífonas y los salmos se toman del Común de la Santísima Virgen María, p. 1578.

V. Extendió la nube para protegernos.
R. Y la columna de fuego para darnos luz.

PRIMERA LECTURA

Del Cantar de los Cantares 2, 1Ob-14; 4, 1.4.7.11; 7, 11-13; 8, 5-7

EL ESPOSO EN BUSCA DE LA ESPOSA

Levántate, compañera mía, hermosa mía y ven por acá. Porque, mira, ya ha pasado el invierno, y las lluvias han cesado y se han ido. Han aparecido las flores en la tierra, ha llegado el tiempo de las canciones, se oye el arrullo de la tórtola en nuestra tierra. Las higueras echan sus brotes y las viñas nuevas exhalan su olor. Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven. Paloma mía que te escondes en las grietas de las rocas en apartados riscos, muéstrame tu rostro, déjame oír tu voz, porque tu voz es dulce y amoroso tu semblante.

¡Qué bella eres, amada mía, qué bella eres! Tus ojos son como palomas detrás de tu velo. Tu cuello es como la torre de David, edificada como fortaleza, de ella cuelgan mil escudos, todos escudos de valientes. Eres toda hermosura, amada mía, en ti no hay ningún defecto. Los labios de mi novia destilan pura miel, debajo de tu lengua se encuentran leche y miel, y la fragancia de tus vestidos es la de los bosques del Líbano.

- Yo soy para mi amado y su deseo tiende hacia mí. Amado mío, ven, salgamos al campo. Pasaremos la noche en los pueblos. De mañana iremos a las viñas; veremos si las parras están brotadas, si se abren las flores y si florecen los granados. Allí te entregaré todo mi amor.

- ¿Quién es ésta que sube del desierto, apoyada en su amado?

- Debajo del manzano te desperté allí mismo donde te concibió tu madre, donde te concibió la que te dio a luz. Grábame como un tatuaje sobre tu corazón, como un tatuaje sobre tu brazo. Porque es fuerte el amor como la muerte y la pasión, tenaz como el infierno. Sus flechas son dardos de fuego como llama divina. No apagarán el amor ni lo ahogarán océanos y ríos. Si alguien lo quisiera comprar con todo lo que posee, sólo conseguiría desprecio.

RESPONSORIO BREVE

V. Que baje como lluvia sobre el césped. *Que la gloria de Dios llene la tierra.
R. Ésta es la morada de Dios con los hombres: acampará entre ellos; ellos serán su pueblo y Dios estará con ellos.
V. Que la gloria de Dios llene la tierra.

SEGUNDA LECTURA
RESPONSORIO BREVE

V. Que baje como lluvia sobre el césped. *Que la gloria de Dios llene la tierra.
R. Ésta es la morada de Dios con los hombres: acampará entre ellos; ellos serán su pueblo y Dios estará con ellos.
V. Que la gloria de Dios llene la tierra.

RESPONSORIO BREVE

V/. Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: * Escucha las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades.
R/. Y líbranos de todo peligro, Virgen gloriosa y bendita.
V/. Escucha las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades.

(Después del segundo responsorio, se dice el himno Señor, Dios eterno. p. 644.)

Oración
Dios omnipotente, estos hijos tuyos nos alegramos de tener como Protectora a la Santísima Virgen del Carmen, Made y Reina de esta Patria nuestra; concédenos por su materna intercesión, la concordia y la justicia, y sus frutos de verdadera paz y prosperidad. Por nuestro Señor Jesucristo.

laúdes

HIMNO

María, tu hijo de Belén y del Calvario,
el que ahora te envuelve con su sol resucitado,
es Primogénito y Cabeza de toda criatura,
a Él todo el orbe como a su Rey saluda.

El Hijo que en Nazaret habitó en tu seno,
es el Señor de la Historia de los pueblos,
Él les conduce por nocturnas claridades,
hacia la casa gloriosa de su Padre.

El Hijo que naciendo de ti, recibió patria,
quiso confiarte a Chile en su alborada;
Virgen del Carmen, María Libertadora,
guías los tiempos de nuestra historia.

Carmen de los valientes y Reina de los dolores,
Carmen de los hogares y Madre de los pobres,
Estrella de Maipú y Carmen del trabajo,
únenos siempre como un pueblo de hermanos.

Ciudades, mares, cielos y campos
alaben en Jesucristo y por el Espíritu Santo,
al Padre misericordioso e infinito,
esperando con gozo el retorno de su Hijo.

SALMODIA

Ant. 1: Yo seré para ella muralla de fuego en torno, y en su interior seré gloria.
Los salmos y el cántico se toman del domingo I del salterio, p. 681.

Ant. 2: Regocíjate, hija de Sión, pues he aquí que yo vengo a morar dentro de ti.


Ant. 3: Queremos ir contigo, porque hemos oído decir que Dios está contigo.

LECTURA BREVE Ct 2, 10-14

Levántate, amada mía, hermosa mía, vente. Porque, mira, ha pasado ya el invierno, han cesado las lluvias y se han ido. Aparecen las flores en la tierra y el tiempo de las canciones ha llegado, se oye el arrullo de la tórtola en nuestra tierra. ¡Levántate, amada mía, hermosa mía, y vente! Paloma mía, en las grietas de las rocas, en escarpados escondrijos, muéstrame tu rostro, déjame oír tu voz; porque tu voz es dulce y gracioso tu semblante.

RESPONSORIO BREVE

V/. El Señor la eligió y la predestinó.
R/. El Señor la eligió y la predestinó.

V/. La hizo morar en su templo santo.
R/. Y la predestinó.

V/. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/. El Señor la eligió y la predestinó.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant.: Todos los que la aman, llénense de alegría por ella; yo voy a hacer correr hacia ella, como un río, la paz.
Los que celebramos la gloria de María Virgen, oremos ahora a Dios todopoderoso, al que hizo obras grandes en María y quiso que todas las generaciones la felicitaran, y digámosle:
Por su oración, santifícanos, Señor.

Señor Jesucristo, que nos diste a tu Made como protectora de nuestra nación, por su oración, santifícanos, Señor

Redentor nuestro, que adornaste a la Virgen María con los dones del Espíritu Santo, haz de nosotros templos vivos del mismo Espíritu.

Verbo eterno, que iluminaste a tu Santísima Madre con el resplandor y la fuerza de tu palabra, haz de nosotros un pueblo atento para escucharte.

Rey de reyes, que glorificaste a tu Madre en su Asunción a los cielos, haz de nosotros un pueblo que en el ir y venir de las cosas de esta vida, no pierda la esperanza bienaventurada.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Según el mandato del Señor, digamos confiadamente: Padre nuestro.

(hora intermedia)

Ant. 1: Llamé, y Él me respondió.

(Se toman los salmos de la salmodia complementaria según la hora, p. 1231. En lugar de del salmo 121, que se dice en las II Vísperas, puede tomarse el salmo 128, p. 1169.)

Ant. 2: El Señor guarda tus entradas y salidas.

Ant. 3: Grande es el Señor nuestro Dios y muy digno de alabanza en la Ciudad de nuestro Dios, en su Monte santo.

V. Reina y hermosura del Carmelo.
R: Nos diste una prenda de tu protección.

II Vísperas

HIMNO

El himno del Común de la Santísima Virgen María, p. 1593.

SALMODIA

Ant. 1: De dónde a mí tanto honor que venga la Madre de mi Señor. Los salmos y el cántico se toman del Común de la Santísima Virgen María, p. 1594.

Ant. 2: Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.

Ant. 3: Bienaventurada tú que has creído: se cumplirá cuanto se te ha dicho de parte del Señor.

LECTURA BREVE Ap 21,1-3

RESPONSORIO BREVE

V/. Extendió la nube para protegernos y la columna de fuego para darnos luz.
R/. Extendió la nube para protegernos y la columna de fuego para darnos luz.

V/. Reina y hermosura del Carmelo, nos diste una prenda de tu protección.
R/. Y la columna de fuego para darnos luz.

V/. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R/. Extendió la nube para protegernos y la columna de fuego para darnos luz.

CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant.: Me gozaré en el Señor, pues me ha vestido con un manto de santidad y de gloria.

PRECES

Padre de los cielos, recibe la voz de nuestra alabanza y bendición, que en honor de la Virgen María y Reina del Carmelo ofrecemos;

Por su intercesión, escúchanos.

Tú que llenaste su alma de la gracia, dirige nuestra vida para alcanzar la justicia y santidad verdadera.

Tú que asociaste a la Virgen María a las grandes gestas de nuestra historia, líbranos de los desenfrenos de las pasiones que engendran tiranías, odios, lujurias y avaricia.

Tú que asociaste a la Virgen a la dolorosa Pasión de tu Hijo, líbranos por su intercesión de los terremotos, incendios, inundaciones, sequías y epidemias.

Tú que llenaste a la Virgen de la prudencia y de la sabiduría de los santos, guía e ilumina a nuestra Iglesia apartándola de la herejía y del cisma; a nuestros gobernantes y a las instituciones de nuestra nación, llénalas de fortaleza, discreción y amor.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Tú que glorificaste a la Virgen en su admirable Asunción, concede a nuestros difuntos el descanso y la resurrección de entre los muertos. Confiando en el Señor, que hizo obras grandes en María, pidamos al Padre que colme también de bienes a nuestra patria: Padre nuestro.

ORACIÓN

Dios omnipotente, estos hijos tuyos nos alegramos de tener como Protectora a la Santísima Virgen del Carmen, Madre y Reina de esta Patria nuestra; concédenos por su materna intercesión, la concordia y la justicia, y sus frutos de verdadera paz y prosperidad. Por nuestro Señor Jesucristo.


Nuestra Señora del CarmenMemoria
Alégrate, hija de Sión, porque yo vengo
Lectura de la profecía de Zacarías     2, 14-17

Grita de júbilo y alégrate, hija de Sión: porque yo vengo a habitar en medio de ti -oráculo del Señor- .Aquel día, muchas naciones se unirán al Señor: ellas serán un pueblo para él y habitarán en medio de ti. ¡Así sabrás que me ha enviado a ti el Señor de los ejércitos!
El Señor tendrá a Judá como herencia, como su parte en la Tierra santa, y elegirá de nuevo a Jerusalén. ¡Que callen todos los hombres delante del Señor, porque él surge de su santa Morada!

Palabra de Dios.


SALMO
    Lc 1, 46-55 (R.: 49)

R.
El Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas.
Su nombre es santo.


O bien:

Eres feliz, Virgen María, tú que llevaste en tu seno
al Hijo del Padre eterno.


Mi alma canta la grandeza del Señor,
y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador. R.

Porque el miró con bondad la pequeñez de su servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz,
porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas:
¡su Nombre es santo! R.

Su misericordia se extiende de generación en generación
sobre aquellos que lo temen.
Desplegó la fuerza de su brazo,
dispersó a los soberbios de corazón. R.

Derribó a los poderosos de su trono
y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos
y despidió a los ricos con las manos vacías. R.

Socorrió a Israel, su servidor,
acordándose de su misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abraham
y de su descendencia para siempre. R.


ALELUIA     Lc 11, 28

Felices los que escuchan la palabra de Dios
y la practican.


EVANGELIO
Señalando con la mano a sus discípulos, dijo:
Estos son mi madre y mis hermanos
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo     12, 46-50

Jesús estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con él. Alguien le dijo: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte.»
Jesús le respondió: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?» Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: «Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.»

Palabra del Señor.

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