“Cuando llegamos, Él está. Cuando le buscamos, Él nos ha buscado primero. Él va siempre delante de nosotros, nos espera para recibirnos en su corazón, en su amor. Y estas dos cosas nos pueden ayudar a entender este misterio del amor de Dios con nosotros. Para manifestarse necesita nuestra pequeñez, nuestro abajamiento. Y también necesita nuestro asombro cuando le buscamos, y le encontramos ahí, esperándonos”.
PAPA FRANCISCO
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