domingo, 10 de noviembre de 2013

Mercurio de Cesarea de Capadocia, Santo


Mártir, Noviembre 25
 
Mercurio de Cesarea de Capadocia, Santo
Mercurio de Cesarea de Capadocia, Santo

Noviembre 25

Martirologio Romano: En Cesarea de Capadocia, san Mercurio, mártir (250).

Etimología: significa “perteneciente a Mercurio”. Viene de la lengua latina.

Uno se queda alucinado cuando lee le biografía de este mártir del siglo III.

Todos los paganos invocaban al dios Mercurio como el protector de los comercios.

En el calendario cristiano hay dos santos que llevan este nombre. Los dos son mártires y soldados. El de hoy gozó de una gran popularidad en Oriente en donde se difundió su Pasión o teatro para darlo a conocer mejor.

Según este teatro, Mercurio militó en los ejércitos de Decio y Valeriano, dos insignes -¡ valga el adjetivo! – perseguidores de los creyentes en Cristo Jesús.

Cuando estaba a punto de que lo nombraran jefe superior de los ejércitos imperiales, se acordó de que había sido bautizado con el nombre de Filopatrós, es decir, “que ama al padre”.

Entonces no tuvo la menor duda en presentarse a su jefe superior, e emperador, para decirle que era cristiano.

Le dieron azotes. Y nada. Entonces lo cargaron en un asno para llevarlo a Capadocia en donde debería ser decapitado para escarmiento de los cristianos de ese lugar.

Sus reliquias dieron lugar a muchas curaciones e incluso conversiones al cristianismo.

Según los fieles de Capadocia fue san Mercurio quien empleó su lanza para luchar contra el emperador apóstata Juliano.

Es una leyenda. Históricamente no se sabe nada de este mártir, pero su culto data desde la antigüedad en Capadocia.

San Mercurio, mártir
fecha: 25 de noviembre
†: 250 - país: Turquía
otras formas del nombre: Markorios Abi Seffen
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Cesarea de Capadocia, san Mercurio, mártir.

San Mercurio es uno de los «santos guerreros», tan populares en el Oriente. Está fuera de duda que murió realmente por la fe. Pero las diversas versiones de sus «actas» son simplemente novelas piadosas. Según ellas, Mercurio ira hijo de un oficial escita que se hallaba en Roma. Mercurio abrazó también la carrera militar, y llegó a tener el grado de «primicerius». Cuando los bárbaros amenazaron a Roma, el emperador Decio (249-251) quedó aterrado. Mercurio le alentó y se puso al mando de las tropas imperiales, armado de una espada que un ángel le había dado. Después de una gran victoria, Decio notó que Mercurio no asistía a la ceremonia de acción de gracias a los dioses y le mandó llamar. Al presentarse, Mercurio se despojó de la capa y el cinturón militar en presencia del emperador, diciendo: «No negaré a mi Señor Jesús». Decio, temeroso de herir la simpatía de los romanos por Mercurio, envió a éste a Cesarea de Capadocia para que fuese ahí torturado.

Según la leyenda oriental, 113 años más tarde, san Basilio invocó la ayuda de san Mercurio contra Juliano el Apóstata. Dios hizo entonces de san Mercurio el instrumento de su venganza, ya que el santo bajó del cielo blandiendo una espada y con ella dio muerte al infiel emperador. En Egipto se llama a san Mercurio «Abu Saifain» (Padre de las Espadas), en razón de sus proezas militares y del arma con que siempre se le representa. En dicho país hay muchas iglesias dedicadas a nuestro santo. Según se dice, san Mercurio se apareció en Antioquía a los soldados de la primera Cruzada, junto con san Jorge y san Demetrio.

El P. Delehaye estudió muy a fondo la leyenda de San Mercurio. En su obra, Les légendes grecques des saints militaires (1909), no sólo discute los incidentes narrados en ese relato tan poco fidedigno (pp. 91-101), sino que edita en un apéndice (pp. 234-258) los dos textos griegos de mayor interés. A lo que parece, la afirmación del peregrino Teodosio (c. 525) de que san Mercurio está sepultado en Cesarea, constituye el primer testimonio cierto acerca de la existencia del mártir. Dada la popularidad de que goza el santo en Egipto, nada tiene de extraño que su nombre figure en muchos sinaxarios etíopes. En la traducción de Sir E. Wallis Budge de dichos sinaxarios (4 vols., 1928), hay un índice muy completo, en el que se encuentran numerosas referencias a san Mercurio. Budge publicó también en Miscellaneous Coptic Textes (1915), una traducción de una pasión copta. Véase S. Binon, Essai sur le cycle de St Mercure (1937), y Documents grecs inédits relatifs... (1937).
Cuadro: San Mercurio abate al emperador Juliano el Apóstata, óleo anónimo del siglo XVIII en la iglesia de San Salvador, en Toro, Italia.

fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI




¡Felicidades quien lleve este nombre!

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