María, Reina del Purgatorio: te pedimos por las almas más abandonadas, necesitadas y olvidadas ¡Socórrelas más!
Les presentamos esta coronilla por las Almas del Purgatorio, breve y simple de rezar, para que nos unamos cada día al pedido que Jesús le hizo a tres almas Santas:
1) a Santa Gertrudis la grande,
2) a Santa Faustina Kowalska
3) y a Sor Maria Consolata Betrone.
A estas tres esposas Jesús les pidió:
a) ESPECIAL devoción por las almas purgantes,
b) Les mostró los sufrimientos de las almas en el lugar de la purificación,
c) Les enseñó el Misterio del Purgatorio,
d) y también les entregó Oraciones para rezar por las almas.
Conjugando las revelaciones que Jesús hizo a estas tres almas es que surge esta Coronilla:
Se reza con las cuentas de un Rosario tradicional.
OREMOS:
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
JACULATORIA DE INTRODUCCION:
"Oh Sangre y Agua, que brotaste del Corazón de Jesús como una fuente de Misericordia para nosotros, en tí confío". (3 veces al iniciar)
PADRE NUESTRO:
Padre nuestro que estás en el Cielo, Santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino; hágase tu Voluntad en la Tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del Mal. Amen.
AVE MARÍA:
Dios te salve María, llena eres de Gracia, El Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
-Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
CREDO:
Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del Cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue Crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al Cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a, vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los Profetas.
Creo en la Iglesia, que es Una, Santa, Católica y Apostólica.
Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
Se inicia con la Jaculatoria de Introducción, un Padre Nuestro, Ave María y Credo.
En las cuentas del Padre Nuestro:
"Padre Eterno, te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Tu Amadisimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, en unión con las Misas celebradas hoy en todo el mundo, por las Benditas Almas del Purgatorio, y por los pecados y pecadores del mundo entero."
En las cuentas del Ave Maria:
"JESUS, MARIA OS AMO, SALVAD ALMAS". (10 veces en cada una de las 5 decenas)
Al final del Rosario:
"SANTO DIOS, SANTO FUERTE, SANTO INMORTAL,
TEN PIEDAD DE NOSOTROS Y DEL MUNDO ENTERO". (3 veces)
San José es el Santo Patrón de la Iglesia Universal: también de la Iglesia Purgante! San José: Ruega por ellas.
ORACIÓN POR LOS DIFUNTOS (dictada a María Valtorta):
Escrito del 24 de octubre de 1944.
...escribo todo lo que Jesús dicta:
"Llega el mes dedicado a los difuntos. Ruega así por ellos:
¡Oh Jesús!, que con tu gloriosa Resurrección nos has mostrado cómo serán eternamente los 'hijos de Dios', concede la santa resurrección a nuestros seres queridos, fallecidos en tu Gracia, y a nosotros, en nuestra hora. Por el sacrificio de tu Sangre, por las lágrimas de María, por los méritos de todos los Santos, abre tu Reino a sus espíritus.
¡Oh Madre!, cuya aflicción finalizó con la alborada pascual ante el Resucitado y cuya espera de reunirte con tu Hijo cesó en el gozo de tu gloriosa Asunción, consuela nuestro dolor librando de las penas a quienes amamos hasta más allá de la muerte, y ruega por nosotros que esperamos la hora de volver a encontrar el abrazo de quienes perdimos.
Mártires y Santos que estáis jubilosos en el Cielo, dirigid una mirada suplicante a Dios, y una fraterna a los difuntos que expían, para rogar al Eterno por ellos y para decirles a ellos: 'He aquí que la paz se abre para vosotros'.
Amados, tan queridos, no perdidos sino separados, que vuestras oraciones sean para nosotros el beso que añoramos, y cuando por nuestros sufragios estaréis libres en el beato Paraíso con los Santos, protegednos amándonos en la Perfección, unidos a nosotros por la invisible, activa, amorosa Comunión de los Santos, anticipo de la perfecta reunión de los 'benditos' que nos concederá, además de gozarnos con la visión de Dios, el encontraros como os tuvimos, pero sublimados por la gloria del Cielo".
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