domingo, 10 de noviembre de 2013

Beatos Hugo Taylor y Marmaduco Bowes, mártires

fecha: 26 de noviembre
†: 1585 - país: Reino Unido (UK)
canonización: B: Juan Pablo II 22 nov 1987
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
En York, en Inglaterra, beatos mártires Hugo Taylor, presbítero, y Marmaduco Bowes, que en tiempo de la reina Isabel I fueron llevados al suplicio del patíbulo, acusados, el primero, joven aún, de haber entrado en Inglaterra siendo sacerdote, y el segundo, en cambio ya anciano, por haberle ayudado.
A quienes primero se aplicó el estatuto 27 de Isabel, por el cual se declaraba traición ordenarse sacerdote católico en el extranjero y volver a Inglaterra, y felonía el acoger a cualquiera de los así ordenados sacerdotes, fueron el sacerdote Hugo Taylor, y el seglar Mamarduco Bowes, martirizados el 26 de noviembre de 1585 o, como quieren otras fuentes, sacrificado el sacerdote el viernes 25 y el seglar el sábado 26. De todos modos el Martirologio los conmemora juntos. Fueron, según lo habitual, ahorcados, destripados y descuartizados en York. La beatificación tuvo lugar el 22 de noviembre de 1987 por el papa Juan Pablo II.

De Hugo Taylor se sabe que era natural de Durham, pero no se tienen noticias de su familia y juventud. Luego de hacer los estudios en el colegio inglés, se había ordenado sacerdote en 1584 y había vuelto a Inglaterra, donde ejercía su ministerio cuando fue arrestado por orden de Lord Envers en 1585. Fue juzgado el 24 de noviembre de ese año. Se le aplicó el estatuto 27 de Isabel y fue condenado a muerte por traidor. Al día siguiente de su condena pudo decir misa y en ella se ofreció al Señor pidiéndole la gracia de morir un viernes como el Redentor.

Mamarduco Bowes era natural de Angram Grange, cerca de Appleton, en Cleveland; era un rico terrateniente, estaba casado y tenía varios hijos. Sus vecinos lo estimaban por sus buenas cualidades. Era católico de corazón, aunque para evitar las consecuencias tremendas de confiscación de sus bienes disimulaba su catolicismo y aparecía como protestante. Pero tenía para sus hijos un maestro católico y albergaba sacerdotes en su casa. El maestro apostató y denunció a Mamarduco. Arrestado y llevado ante el tribunal, confesó la fe, se arrepintió de haberla disimulado y ofreció su muerte como satisfacción por este disimulo.
fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003

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