martes, 2 de abril de 2013

En la Resurrección

 


Resurrección de Jesús
Anastasis en paraclesion de la basílica bizantina de San Salvador
(Chora, Estambul)
*
“En la resurrección, todo elegido resucitará a la gloria sin ningún vicio ni ninguna deformidad. Serán desterradas toda dolencia, toda lentitud, toda corrupción, toda necesidad y cualquier otra cosa que no sea digna de aquel reino del Sumo Rey. Allí los hijos de la resurrección y de la promesa serán iguales a los ángeles de Dios (Lc. 20,36). Entonces habrá una verdadera inmortalidad.
Poder no morir fue la condición primitiva del hombre; pero a causa de los pecados le tocó la pena de no dejar de morir; en cambio, en aquella felicidad se manifiesta la tercera condición: no poder morir. Entonces el albedrío será plenamente libre, mientras al primer hombre fue dado condicional (o en medida parcial): no podía no pecar; pero inmensamente más gozosa será la situación celestial, la de no poder pecar.
¡Oh día venturoso, en el que todos los males serán extirpados,
y todos los bienes otorgados!”

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