lunes, 8 de abril de 2013

Casilda de Toledo, Santa

Virgen Eremita, 9 de abril
Casilda de Toledo, Santa
Casilda de Toledo, Santa

La virgen mora que vino de Toledo

Martirologio Romano: En el lugar llamado San Vicente, cerca de Briviesca, en la región de Castilla, en España, santa Casilda, virgen, que, nacida en la religión mahometana, ayudó con misericordia a los cristianos detenidos en la cárcel y después, ya cristiana, vivió como eremita ( 1075).

Etimológicamente: Casilda = Aquella que canta con alegría, es de origen árabe.
En el cerro que domina el valle, en el santuario actual, descansan desde el 1750 las reliquias de Santa Casilda, -"la virgen mora que vino de Toledo", muy venerada en Burgos, en la urna, obra de Diego de Siloé, rematada por su propia imagen yacente. El lugar ha sido centro de peregrinación durante siglos y no deja de frecuentarlo la piedad de nuestros contemporáneos.

En torno a santa Casilda todo lo que encontramos es incierto, confuso y contradictorio. Pero su figura tiene el encanto de la sencillez y el sabor de lo heroico en el amor. Cautivó al pueblo cristiano medieval y le animó a la fidelidad. Su propio nombre -casida en árabe significa cantar- es como un verso con alas de canción.

Ni siquiera se conoce con exactitud el nombre de su padre, rey moro de Toledo, al que se nombra como Almacrin o Almamún. Sobre su condición, unos lo describen como un sanguinario perseguidor de los cristianos, mientras que otros lo presentan como apacible y bondadoso.

La princesita mora tiene un natural abundante en clemencia y ternura. Rodeada de todo tipo de comodidades y atenciones en la fastuosidad de la corte, no soporta la aflicción de los desafortunados que están en las mazmorras. Siente una especial piedad con los cautivos pobres y los intenta consolar llevándoles viandas en el hondón de su falda. Un día, cuando realizaba esta labor misericordiosa, fue sorprendida por su padre que le preguntó por lo que transportaba, contestando ella que "rosas" y ¡rosas aparecieron al extender la falda!

Quizá fueron los mismos cautivos cristianos quienes, viendo lo recto de su conducta, le hablaron de Cristo; posiblemente correspondieron a sus múltiples delicadezas y dádivas de la mejor manera que podían, instruyéndola en la fe cristiana.

Pero, aunque en su corazón era ya de Cristo, ¿cómo podría recibir ella el Bautismo con los lazos tan fuertes del Islam que la rodeaban?

Comienza una grave dolencia. El flujo de sangre aumenta y la ciencia médica de palacio es incapaz de curarla. El Cielo le revela que encontrará remedio en las aguas milagrosas de San Vicente, allá por la Castilla cristiana. Almamún prepara el viaje de su hija con comitiva real. En Burgos recibe Casilda el Bautismo y marcha luego a los lagos de San Vicente, junto al Buezo, cerca de Briviesca. Recuperada la salud según se le dijo, decide consagrar a Cristo la virginidad de su cuerpo milagrosamente curado y resuelve pasar el resto de sus días en la soledad, dedicada a la oración y a la penitencia.

Murió de muy avanzada edad, siendo sepultada en la misma ermita que ella mandó construir. Pronto se convirtió en lugar de peregrinación. Cuentan que los caminantes sintieron desde entonces su especial protección y las mujeres la invocan contra el flujo de sangre, y hasta dicen que basta que una mujer pruebe las aguas y eche una piedra al lago para tener asegurada la descendencia.

Se juntan la historia, la imaginación del pueblo sencillo y la bruma del misterio en torno a la santa. Resta aprender la lección del ejemplo. El amor a Cristo hace posible el trueque del regalo propio de la corte morisca por la aspereza de una vida austera y penitente.
Santa Casilda, virgen y ermitaña
fecha: 9 de abril
†: 1075 - país: España
otras formas del nombre: Casilda de Toledo
canonización: culto local
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En el lugar llamado San Vicente, cerca de Briviesca, en la región española de Castilla, santa Casilda, virgen, que, nacida en la religión mahometana, ayudó con misericordia a los cristianos detenidos en la cárcel, y después, ya cristiana, vivió como eremita.

Casilda era hija de Aldemón, rey de Toledo, cruel enemigo de los cristianos. Mientras su padre enviaba a prisión a los fieles discípulos de Cristo y los dejaba morir en sucias mazmorras, esta joven virgen, llena de compasión por todos los que sufrían, llevaba alimentos a los desgraciados prisioneros. El rey, su padre, tuvo conocimiento de ello y furioso, quiso espiar a su hija para asegurarse de lo que había oído decir. Pero en esa ocasión, iba a renovarse el milagro del pan convertido en rosas que encontramos en otras vidas de santos. Así, la joven, autorizada a proseguir su camino después del encuentro con su padre, vio que las flores volvían a convertirse en pan, cuando llegó a la prisión. Casilda no era sino una catecúmena que deseaba ardientemente recibir la gracia del bautismo. Dios permitió que fuera tocada por un mal incurable y le reveló, en una visión, que recuperaría la salud en Burgos, al bañarse en el lago de San Vicente. Pidió a su padre permiso para ir allí. Este cedió a sus insistentes súplicas, y la curación tuvo lugar. Casilda, para señalar su agradecimento, hizo construir cerca del lago un oratorio y una pequeña habitación en donde, después de hacerse bautizar, pasó en el retiro el resto de su vida. Murió santamente el año de 1007. Muchos milagros se obraron en su tumba y su culto se extendió por toda España. Tamayo de Salazar inscribió su nombre en el Martirologio, el 9 de abril, día en que tuvo lugar la traslación de sus reliquias a la iglesia de Burgos.

Ver Acta Sanctorum, abril, I. La imagen muestra el cuadro, tan famoso como bello, de Zurbarán, acerca del milagro de los panes y las rosas.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

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