Hoy, 20 de mayo, conmemoramos a San BERNARDINO de SIENA, Predicador.
SAN BERNARDINO DE SIENA (1380-1444) nació en Massa Marittima, cerca de Siena, Italia, en el seno de la noble famila Albizzeschi de esa ciudad.
Tras la temprana muerte de sus progenitores, fue criado por su tía Diana hasta 1391; luego pasó bajo la tutela de su tío Cristóbal Albizzeschi, quien encaminó a su sobrino Bernardino al estudio del derecho canónigo, aunque sin muchos resultados.
Cuando la peste se desató en 1397, San Bernardino se dedicó ávidamente a cuidar a los enfermos. Esta experiencia lo hizo decidirse a ingresar como hermano menor a la orden de los Franciscanos Observantes, el ala más radical de la fraternidad, en 1402.
A partir de 1405 se dedicó de lleno a la prédica itinerante. A lo largo de muchos años recorrió todos los rincones de Italia, dirigiendo a la gente sermones encendidos, apegando a la caridad y la justicia, y al desapego de los bienes materiales.
En 1413, encontrándose en Padua, él mismo contrajo la peste, pero sanó. En 1426 el papa Martín V lo llamó a Roma, donde le ofreció nombrarlo obispo de Siena, pero él rechazó el cargo, prefiriendo continuar con sus predicaciones, las cuales dirigía en plazas públicas directamente al pueblo.
A San Bernardino de Siena se le atribuyeron en vida incontables milagros y curaciones, debidas a su especial devoción al sagrado nombre de Jesús. A él se le atribuye la creación del símbolo “IHS”, que Lo representa, y que significa “Iesus – Hominum – Salvator”, o sea “Jesús Salvador de la Humanidad”. Cien años después, San Ignacio de Loyola adoptó este símbolo como emblema de la orden Jesuita.
La rigidez en su interpretación del ejemplo de San Francisco, llevó a San Bernardino de Siena a eventuales confrontaciones con otros hermanos franciscanos, aunque finalmente la Orden superó las desavenencias.
San Bernardino de Siena fue canonizado por el papa Nicolás V en 1450, apenas seis años después de su muerte. Iconográficamente se le representa con un crucifijo y un libro con los rayos del sol y las letras “JHS”. Es el santo patrono de los publicistas y los publirrelacionistas.
SAN BERNARDINO DE SIENA nos enseña el valor de vivir con desapego de los bienes materiales.
SAN BERNARDINO DE SIENA (1380-1444) nació en Massa Marittima, cerca de Siena, Italia, en el seno de la noble famila Albizzeschi de esa ciudad.
Tras la temprana muerte de sus progenitores, fue criado por su tía Diana hasta 1391; luego pasó bajo la tutela de su tío Cristóbal Albizzeschi, quien encaminó a su sobrino Bernardino al estudio del derecho canónigo, aunque sin muchos resultados.
Cuando la peste se desató en 1397, San Bernardino se dedicó ávidamente a cuidar a los enfermos. Esta experiencia lo hizo decidirse a ingresar como hermano menor a la orden de los Franciscanos Observantes, el ala más radical de la fraternidad, en 1402.
A partir de 1405 se dedicó de lleno a la prédica itinerante. A lo largo de muchos años recorrió todos los rincones de Italia, dirigiendo a la gente sermones encendidos, apegando a la caridad y la justicia, y al desapego de los bienes materiales.
En 1413, encontrándose en Padua, él mismo contrajo la peste, pero sanó. En 1426 el papa Martín V lo llamó a Roma, donde le ofreció nombrarlo obispo de Siena, pero él rechazó el cargo, prefiriendo continuar con sus predicaciones, las cuales dirigía en plazas públicas directamente al pueblo.
A San Bernardino de Siena se le atribuyeron en vida incontables milagros y curaciones, debidas a su especial devoción al sagrado nombre de Jesús. A él se le atribuye la creación del símbolo “IHS”, que Lo representa, y que significa “Iesus – Hominum – Salvator”, o sea “Jesús Salvador de la Humanidad”. Cien años después, San Ignacio de Loyola adoptó este símbolo como emblema de la orden Jesuita.
La rigidez en su interpretación del ejemplo de San Francisco, llevó a San Bernardino de Siena a eventuales confrontaciones con otros hermanos franciscanos, aunque finalmente la Orden superó las desavenencias.
San Bernardino de Siena fue canonizado por el papa Nicolás V en 1450, apenas seis años después de su muerte. Iconográficamente se le representa con un crucifijo y un libro con los rayos del sol y las letras “JHS”. Es el santo patrono de los publicistas y los publirrelacionistas.
SAN BERNARDINO DE SIENA nos enseña el valor de vivir con desapego de los bienes materiales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario