Hoy, 27 de mayo, conmemoramos a San BRUNO de WÜRZBURG, Obispo.
SAN BRUNO DE WÜRZBURG (¿?-1045) nació en Carintia, en la actual Austria, en el seno de una familia de la alta nobleza de los países alemanes.
San Bruno era hijo del duque Conrado I de Carintia y de Matilde de Suevia; también tenía parentesco familiar con los emperadores Conrado II y Enrique III y con el papa Gregorio V.
De 1024 a 1032 estuvo a cargo de la cancillería en Italia del emperador Conrado II, y en 1034 recibió el nombramiento de Obispo de Würzburg.
San Bruno fue un obispo extraordinario; era una persona muy preparada y con una amplia cultura. Su vida ejemplar contribuyó a mejorar la formación y la moral del clero, y con ese propósito escribió varios libros de comentarios a los salmos, entre otras obras edificantes. En 1040 mandó iniciar la construcción de la catedral de Würzburg.
Cuando el emperador Enrique III inició su campaña militar en Hungría, en 1045, le pidió a San Bruno que lo acompañara. Y sucedió que mientras estaban hospedándose en un castillo en Persenberg, sobre el Danubio, en la actual Austria, el salón en el que se había reunido una multitud colapsó y se vino abajo, convertido en escombros.
Muchas personas perdieron la vida y resultaron heridas; San Bruno consiguió sobrevivir una semana, pero luego falleció a causa de las lesiones sufridas. Fue enterrado en la catedral de Würzburg, donde a partir de entonces comenzaron a atribuírsele numerosos milagros y se le empezó a considerar santo.
En la iconografía se representa a San Bruno de Würzburg como obispo medieval, rodeado de los escombros del derrumbe por el cual falleció.
SAN BRUNO DE WÜRZBURG nos enseña que los cargos públicos son completamente compatibles con el servicio al prójimo y a la comunidad.
SAN BRUNO DE WÜRZBURG (¿?-1045) nació en Carintia, en la actual Austria, en el seno de una familia de la alta nobleza de los países alemanes.
San Bruno era hijo del duque Conrado I de Carintia y de Matilde de Suevia; también tenía parentesco familiar con los emperadores Conrado II y Enrique III y con el papa Gregorio V.
De 1024 a 1032 estuvo a cargo de la cancillería en Italia del emperador Conrado II, y en 1034 recibió el nombramiento de Obispo de Würzburg.
San Bruno fue un obispo extraordinario; era una persona muy preparada y con una amplia cultura. Su vida ejemplar contribuyó a mejorar la formación y la moral del clero, y con ese propósito escribió varios libros de comentarios a los salmos, entre otras obras edificantes. En 1040 mandó iniciar la construcción de la catedral de Würzburg.
Cuando el emperador Enrique III inició su campaña militar en Hungría, en 1045, le pidió a San Bruno que lo acompañara. Y sucedió que mientras estaban hospedándose en un castillo en Persenberg, sobre el Danubio, en la actual Austria, el salón en el que se había reunido una multitud colapsó y se vino abajo, convertido en escombros.
Muchas personas perdieron la vida y resultaron heridas; San Bruno consiguió sobrevivir una semana, pero luego falleció a causa de las lesiones sufridas. Fue enterrado en la catedral de Würzburg, donde a partir de entonces comenzaron a atribuírsele numerosos milagros y se le empezó a considerar santo.
En la iconografía se representa a San Bruno de Würzburg como obispo medieval, rodeado de los escombros del derrumbe por el cual falleció.
SAN BRUNO DE WÜRZBURG nos enseña que los cargos públicos son completamente compatibles con el servicio al prójimo y a la comunidad.
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