Su fiesta se celebra el 3 de diciembre
Fue el gran apóstol de los tiempos modernos, como San Pablo lo fue de los antiguos. Misionero de soberana grandeza, nos pasman sus obras portentosas. Fue el gran conquistador de Oriente, que iba abriendo camino a un ejército de misioneros.
Despertó el espíritu misional de la cristiandad. Decía el jesuita Araoz que Javier no hacía menos fruto en España y Portugal con sus cartas, que en las Indias con su predicación. Sus cartas maravillosas se copiaban y enviaban por todas partes. San Ignacio las multiplicaba. Juan III de Portugal, el rey misionero, quería que se leyeran en todos los púlpitos. Suscitaban vocaciones misioneras en todas las universidades. Que el ejemplo de su vida siga suscitándolas.
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