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Quien habrá inventado lo de la media naranja |
Lo de la media naranja es algo que inventó alguien y nunca he sabido la explicación, porque lo que más abunda son las dos medias diferentes, no iguales como son las dos medias naranjas.
En este saber ir casando las cosas tan diferentes de cada persona, es una dificultad de los recién casados. Algunos piensan que el día del casamiento es el principio y fin del casarse. Ya está hecho y a otra cosa.......y no es así. El día del casamiento es el principio del casarse. Después todos los días hay que ir casando lo que trae el otro: su carácter, su manera de ser, sus costumbres, sus amigos, sus familiares, sus enojos, sus sonrisas, sus ......... e ir ensamblando con lo que trae uno.
Claro que si no trae sonrisas, el problema es que las debo poner yo. Cuando una persona es nerviosa, la otra debe poner la calma. Cuando es desordenada, yo debo poner el orden. Es decir, lo que no pone el otro, lo debo yo poner doblemente. Lo mío y lo que debería poner el otro. Así funcionan los matrimonios que funcionan.
Al matrimonio las personas van para ser felices. "El secreto de la felicidad no está en hacer siempre lo que se quiere, sino en querer siempre lo que se hace" Y si esta hacer, nace de hacer lo que debo, no solamente seré feliz, sino que haré feliz
Claro que esto, ya sé que no es fácil, como nada fácil es vivir toda la vida con otro. Y lo peor con la parte fea del otro, ¡pues con la linda es fácil!. Dios tuvo conciencia de ello y por esto creó el Cristo Nupcial, que está insertado en medio de todos los esposos que se prometieron al pie del altar el hacer un solo camino.
Los cristianos se casan sacramentalmente, porque son conscientes de que necesitan la gracia, no para decorar la vida sino para hacernos fuertes En aquel momento, los esposos no saben qué sucederá, no saben cuáles son las alegrías y las tristezas que les esperan. Parten, como Abraham; se ponen juntos en camino. Esto es el matrimonio, partir y caminar juntos, de manos dadas, entregándose en la mano grande del Señor. Mano en la mano por toda la vida y sin hacer caso de esta cultura de lo provisorio que nos corta la vida a pedazos. (Papa Francisco)
El matrimonio es un Sacramento o no es; quiero decir que la única cosa que lo puede hacer indisoluble es su carácter sagrado, que le viene, no de la ceremonia externa como piensa tanta gente que ignora el Derecho Canónico, sino de la voluntad expresa de los dos conyugues. (“Incierta Gloria” Joan Sales)
Voluntad expresada al pie del altar con la presencia como testigos de la comunidad que los ama y los conoce. Es el único sacramento que se dan mutuamente los contrayentes. Los demás son testigos de ello. El sacerdote, el rabino y el imán no casan, se casan los contrayentes. Ellos sí, son testigos calificados, ¡representan a Dios nada menos!
Al altar van dos personas que se aman y del altar regresan tres. Aquel día nace en medio de los esposos el Cristo Nupcial para acompañarlos y ayudarlos en sus dificultades. Muchos son los que no lo saben y como lo ignoran no lo usan. Está como dormido en medio de ellos.
Se cuenta por ahí que Pedro estaba en medio de una tormenta y cuando ya no sabe más que hacer con la barca se da cuenta que allí en un rincón está Jesús durmiendo lo más pancho y decide despertarlo. Jesús calmó la tormenta y llevó la barca a buen puerto. Así hace con las situaciones conflictivas o de malestar entre esposos, si deciden despertarlo.
No es necesario rezarle mucho. Si quiere que lo usen, que le pidan, que le pregunten y siempre contesta, siempre ilumina. Hay que parar la oreja. Cuando en la noche uno se despierta sin saber muy bien porque, acostumbra a llenar el silencio, hablándonos. No hay mejor consejero que el propio Cristo Nupcial de cada uno. Y como todo cambio que se pretenda, nunca es fácil, Él siempre pondrá, a su manera, aquello que tú no puedas.
Te pedirá cosas difíciles, Él las hará fáciles. Te parecerá imposible, Él las hará posibles, por eso es Dios. Y un Dios hecho a la medida de los esposos que se aman.
Quizás hay que ayudar a Dios en hacer su trabajo, para ello hay que crear un ambiente en el hogar y si no alcanza habrá que buscar en otro sitio. El que busca siempre encuentra.
Este sitio ya existe, es vivir lo que yo llamo el golpe de GRACIA. Hay que participar de un ENCUENTRO CONYUGAL que es un servicio que tiene el Movimiento Familiar Cristiano para los matrimonios estén casados o no. Es un abrir los ojos a lo que somos, a lo que vivimos y un tomar conciencia de lo que significa hacer un solo caminar con la persona que se ama. Es obra de Dios y lo que allí ocurre es para no creer. Solamente hay que dejarse llevar y Dios mete la nariz en los detalles de la vida de cada uno sin que uno se dé cuenta y las cosas empiezan a verse y vivirse distintas, simplemente porque uno también ya es distinto.
NO ES UN RETIRO. Lo recalco, NO ES UN RETIRO. Son dos días de vacaciones, de convivencia donde los esposos dialogan entre ellos dos los temas que afectan o han afectado su vida. Es un volver a empezar con aquel mismo ardor que un día los unió y todo con un corazón nuevo, enterrando el ayer, y descubriendo el por qué uno quiere seguir viviendo………….….y contigo. ¿Cuánto hace que no tienen dos días para ustedes dos solos?
En vida de mi esposa Lydia habremos animado unos 50 encuentros y siempre los matrimonios se iban a sus casas diciendo, ¿por qué no lo habremos hecho antes? Es una metodología satánicamente santa. Tiene la sagacidad del diablo y la santidad del Cristo Nupcial, ese Cristo que a lo mejor se ha pasado dormido muchos años.
Una vez un esposo me dijo que le dolían todos los huesos ……….. ¿Sabes por qué?, le dije. Porque acabas de nacer de nuevo. A todos los bebés les duelen los huesos cuando nacen.
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