Señor Jesucristo,
Redentor de los hombre,
que en tu pasión quisiste
soportar nuestro sufrimiento
y aguantar nuestros dolores.
Te pedimos por nuestro
(Nombre de la persona enferma);
tu que lo has redimido,
aviva en el la esperanza de su salvación
y conforta su cuerpo y su alma.
Tu que vives y reinas
por los siglos de los siglos
Amén.
Orando Por un Enfermo..
Señor Jesús, aquel (aquella) a quien amas está enfermo (a). Tú lo puedes todo; te pido humildemente que le devuelvas la salud. Pero, sin son otros tus designios, te pido le concedas la gracia de sobrellevar cristianamente su enfermedad.
En los caminos de Palestina tratabas a los enfermos con tal delicadeza que todos venía a ti, dame esa misma dulzura, ese tacto que es tan difícil de tener cuando se esta sano.
Que yo sepa dominar mi nerviosismo para no agobiarle, que sepa sacrificar una parte de mis ocupaciones para acompañarles, si es su deseo.
Yo estoy lleno de vida, Señor, y te doy gracias por ello. Pero haz que el sufrimiento de los demás me santifique, formándome en la abnegación y en la caridad. Amén.
Oración a la Sangre Preciosa de Cristo
Yo (su nombre y apellido) me coloco a los pies de Jesucristo y me rindo a su Señorío, me ato a su santa voluntad, me amarro con los lazos infinitos de su misericordia, abro mi corazón de par en par para que penetre e invada todo mi ser.
En el nombre de Nuestro Señor Jesucristo muerto y resucitado yo clamo y reclamo su Preciosa Sangre sobre mí, sobre mi familia, sobre mis bienes espirituales y materiales. Yo sello mi corazón para que con tu Sangre Preciosa sea limpiado de odios, resentimientos, temores, angustias, soledades, tristezas, dolores, y todo sentimiento negativo.
Yo (su nombre y apellido) sello mi espíritu en la Sangre Preciosa de Jesús. Yo (su nombre y apellido) sello mi alma en la Sangre Preciosa de Jesús. Yo (su nombre y apellido) sello mi mente y voluntad en la Sangre Preciosa de Jesús. Yo (su nombre y apellido) sello mi pasado y mi presente en la Sangre Preciosa de Jesús. Sello con la Sangre Preciosa de Jesús a mis hijos (nombrarlos) para que ante el sello poderoso de la Sangre de Jesús huya toda fuerza del mal.
Aplico la Sangre de Jesús sobre mi casa, lo que habitan en ella. Derramo la Sangre de Jesús en mi trabajo o negocios para que queden sellados y ninguna potencia del maligno pueda hacerme daño.
ORACIÓN PARA SELLAR LA SANACIÓN
Con el dedo pulgar de la mano derecha haz el signo de la Cruz en tu frente y repite con nosotros:
Con la Sangre Preciosa de Jesús, sello esta sanación que Tú Padre Dios acabas de hacer en mí, para que no vuelvan más estos males y espíritus a mi vida, ni en número de uno, ni en ningún otro número, ni de la misma naturaleza, ni de naturaleza parecida.
Te ruego Padre Dios que el Espíritu Santo ocupe todo mi ser y restaure las virtudes que estos males han destruido en mí.
Desato en mi todos los dones y frutos de Tu Santo Espíritu.
Envíame tus ángeles administradores de paz, unidad, salud y prosperidad.
Espíritu Santo de Dios recibe la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, dígnate ser en adelante mi Director, mi Luz, mi Guía, mi Fuerza y todo el amor de mi corazón.
Amén.
ORACIÓN PIDIENDO EL ARREPENTIMIENTO
Amado Señor Jesús: Te pido lo que anhelo tener en mi vida: tu gran regalo del arrepentimiento.
Envíame por tu gracia el Espíritu de verdad para que yo pueda verme en tu luz y reconocer mi pecado. Ayúdame a recibir tu Palabra como tu medida para mis pensamientos y mis palabras, para lo que hago y dejo de hacer, para mi trabajo y actividades. Apártame de querer aplicar mis propias medidas baratas. Ayúdame a tomar como un mandato tus enseñanzas del Sermón del Monte y tus Diez Mandamientos. Por ellos concédeme que yo pueda verme como Tu me ves, y juzgarme como Tu me juzgarías un día si no me arrepiento de mi pecado.
Por medio de tu Espíritu Santo, ayúdame a discernir tu admonición amorosa en todo los que me sucede, especialmente en tus correcciones. Y dame la gracia para aceptarlo con toda mi voluntad. Contesta mi oración, dándome un corazón quebrantado y contrito, que no se autojustifique ni esté satisfecho consigo mismo, sino un corazón que llora por sus pecados y se alegra a causa de tu perdón.
Te doy gracias porque sé que responderás a esta oración por contrición y arrepentimiento diario, por que nada te alegra más que un pecador que derrama lágrimas de arrepentimiento. Por eso no miraré a mi corazón endurecido e impenitente, sino a ti, Señor mío Jesucristo. Tu viniste para destruir toda autojustificación y dureza de corazón, y ganaste para nosotros, por medio de tu Redención, un corazón nuevo tierno y humilde. Por eso ayúdame a perseverar en oración y fe hasta que se haya derretido mi corazón endurecido y pueda yo llorar a causa de los agravios que te he causado, Señor mío, y también a mis semejantes. Yo sé que me darás la gracia de poder llorar a causa de mi vieja naturaleza pecaminosa, mi dureza, falta de misericordia y bondad, mi murmuración, celos y envidia, mi falta de sinceridad, mi dependencia de las personas y las cosas materiales de este mundo: Señor, yo sé que harás en mí un completo cambio.
Te doy gracias, oh Señor, porque me darás lo que me falta, - el arrepentimiento - para que mi vida sea completamente transformada y por é crezca mi amo para Ti. Que con mi vida redimida y feliz por ser un pecador perdonado, yo te pueda alabar aquí en la tierra y estar preparado para celebrar contigo el Banquete de las Bodas del Cordero en la gloria celestial.
Amén.
ORACIÓN PARA LA SANACIÓN DEL RECHAZO
Señor Jesucristo, creo que Tu eres el Hijo de Dios y el único camino a Dios. Tu moriste en la cruz por mis pecados y resucitaste de entre los muertos. Me arrepiento de todos mis pecados y perdono a todos los demás como quisiera que Dios me perdonara.
Señor, perdono a todas las personas que me han rechazado y herido y que no me han amado y confío que Tu me perdonarás a mí. Gracias Señor porque Tu me aceptas como tu hijo.
Gracias Jesús, porque Tu ya llevaste todo el rechazo que he recibido y por tus llagas he sido sanado y liberado. Gracias por tu amor desinteresado y por aceptarme.
Señor, me acepto a mí mismo tal como Tu me hiciste y me perdono porque Tu ya me perdonaste. Soy hechura tuya y te doy gracias por lo que has hecho. Creo que has comenzado en mí una buena obra, la cual perfeccionarás hasta el día de mi muerte.
Señor, perdono a todas las personas que me han rechazado y herido y que no me han amado y confío que Tu me perdonarás a mí. Gracias Señor porque Tu me aceptas como tu hijo.
Gracias Jesús, porque Tu ya llevaste todo el rechazo que he recibido y por tus llagas he sido sanado y liberado. Gracias por tu amor desinteresado y por aceptarme.
Señor, me acepto a mí mismo tal como Tu me hiciste y me perdono porque Tu ya me perdonaste. Soy hechura tuya y te doy gracias por lo que has hecho. Creo que has comenzado en mí una buena obra, la cual perfeccionarás hasta el día de mi muerte.
Y ahora, Señor, proclamo que soy libre de toda atadura de rencor, amargura, soledad, depresión, aflicción, auto-compasión, desesperanza, auto-destrucción y suicidio, producidas por el rechazo recibido en mi vida y heredadas de mis antepasados. ¡Espíritu Santo, ven sobre mí y lléname de tu gozo, de tu paz y de tu amor!.
Amén.
Amén.
Oraciones Contra el Maleficio (del Ritual Griego)
Kyrie eleison. Dios nuestro Señor, oh Soberano de los siglos, omnipotente y todopoderoso, tú que lo has hecho todo y que lo transformas todo con tu sola voluntad; tú que en Babilonia transformaste en rocío la llama del horno siete veces más ardiente y que protegiste y salvaste a tus tres santos jóvenes; tú que eres doctor y médico de nuestras almas; tú que eres la salvación de aquellos que se dirigen a ti, te pedimos y te invocamos, haz vana, expulsa y pon en fuga toda potencia diabólica, toda presencia y maquinación satánica, toda influencia maligna y todo maleficio o mal de ojo de personas maléficas y malvadas realizados sobre tu siervo...
Haz que, en cambio, de la envidia y el maleficio obtenga abundancia de bienes, fuerza, éxito y caridad; tú, Señor, que amas a los hombres, extiende tus Manos poderosas y tus brazos altísimos y potentes y ven a socorrer y visita esta imagen tuya, mandando sobre ella el ángel de la paz, fuerte y protector del alma y el cuerpo, que mantendrá alejado y expulsará a cualquier fuerza malvada, todo envenenamiento y hechicería de personas corruptoras y envidiosas; de modo que debajo de Ti tu suplicante protegido te cante con gratitud: “el Señor es mi salvador y no tendré temor de lo que pueda hacerme el hombre.” “No tendré temor del mal porque tú estás conmigo, tú eres mi Dios, mi fuerza, mi poderoso Señor, Señor de la paz, padre de los siglos futuros”.
Sí Señor Dios nuestro, ten compasión de tu imagen y salva a tu siervo... de todo daño o amenaza procedente de maleficio, y protégelo poniéndolo por encima de todo mal; por la intercesión de la más que bendita, gloriosa Señora, la madre de Dios y siempre Virgen María, de los resplandecientes arcángeles y de todos sus santos. ¡Amén!
Padre Gabriele Amorth- exorcista de la diócesis de Roma
De su libro, "Un Exorcista Cuenta Su Historia"
Oración Contra Todo Mal
Espíritu del Señor, Espíritu de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Santísima Trinidad, Virgen Inmaculada, ángeles, arcángeles y santos del paraíso descended sobre mí.
Fúndeme, Señor, modélame, lléname de ti, utilízame.
Expulsa de mí todas las fuerzas del mal, aniquílalas, destrúyelas, para que yo pueda estar bien y hacer el bien.
Expulsa de mí los maleficios, las brujerías, la magia negra, las misas negras, los hechizos, las ataduras, las maldiciones y el mal de ojo; la infestación diabólica, la posesión diabólica y la obsesión y perfidia; todo lo que es mal, pecado, envidia, celos y perfidia; la enfermedad física, psíquica, moral, espiritual y diabólica.
Quema todos estos males en el infierno, para que nunca más me toquen a mí ni a ninguna otra criatura en el mundo.
Ordeno y mando con la fuerza de Dios omnipotente, en nombre de Jesucristo Salvador, por intercesión de la Virgen Inmaculada, a todos los espíritus inmundos, a todas las presencias que me molestan, que me abandonen inmediatamente, que me abandonen definitivamente y que se vayan al infierno eterno, encadenados por San Miguel Arcángel, por San Gabriel, por San Rafael, por nuestros ángeles custodios, aplastados bajo el talón de la Virgen Santísima Inmaculada.
Padre Gabriele Amorth- exorcista de la diócesis de Roma
De su libro, "Un Exorcista Cuenta Su Historia" .
ORACION DE LIBERACION
Señor nuestro Jesucristo te adoro, te alabo, te bendigo, gracias por tu infinito amor por el que te has hecho uno de nosotros naciendo de la Virgen María y por el que subiste a la Cruz para dar tu vida por nosotros.
Gracias por tu sangre preciosísima con que nos has redimido.
Con tu sangre preciosísima brotada de tus sacratísimas sienes traspasadas por espinas: cúbrenos, séllanos, lávanos, purifícanos, libéranos, destruye en nosotros todo pecado, toda iniquidad, todo poder maligno, todo poder satánico.
Con tu sangre preciosísima brotada de tu hombro y espalda llagados por la Cruz a cuestas: cúbrenos, séllanos, lávanos, purifícanos, libéranos, destruye en nosotros todo pecado, toda iniquidad, todo poder maligno, todo poder satánico.
Con tu sangre preciosísima brotada de tu costado abierto por la lanza: cúbrenos, séllanos, lávanos, purifícanos, libéranos, destruye en nosotros todo pecado, toda iniquidad, todo poder maligno, todo poder satánico.
Con tu sangre preciosísima brotada de tus pies y de tus manos traspasados por los clavos: cúbrenos, séllanos, lávanos, purifícanos, libéranos, destruye en nosotros todo pecado, toda iniquidad, todo poder maligno, todo poder satánico.
Con tu sangre preciosísima brotada de todo tu cuerpo llagado por los azotes: cúbrenos, séllanos, lávanos, purifícanos, libéranos, destruye en nosotros todo pecado, toda iniquidad, todo poder maligno, todo poder satánico.
Tres veces Gloria
Amén, Amén, Amén.
Gracias por tu sangre preciosísima con que nos has redimido.
Con tu sangre preciosísima brotada de tus sacratísimas sienes traspasadas por espinas: cúbrenos, séllanos, lávanos, purifícanos, libéranos, destruye en nosotros todo pecado, toda iniquidad, todo poder maligno, todo poder satánico.
Con tu sangre preciosísima brotada de tu hombro y espalda llagados por la Cruz a cuestas: cúbrenos, séllanos, lávanos, purifícanos, libéranos, destruye en nosotros todo pecado, toda iniquidad, todo poder maligno, todo poder satánico.
Con tu sangre preciosísima brotada de tu costado abierto por la lanza: cúbrenos, séllanos, lávanos, purifícanos, libéranos, destruye en nosotros todo pecado, toda iniquidad, todo poder maligno, todo poder satánico.
Con tu sangre preciosísima brotada de tus pies y de tus manos traspasados por los clavos: cúbrenos, séllanos, lávanos, purifícanos, libéranos, destruye en nosotros todo pecado, toda iniquidad, todo poder maligno, todo poder satánico.
Con tu sangre preciosísima brotada de todo tu cuerpo llagado por los azotes: cúbrenos, séllanos, lávanos, purifícanos, libéranos, destruye en nosotros todo pecado, toda iniquidad, todo poder maligno, todo poder satánico.
Tres veces Gloria
Amén, Amén, Amén.
ORACIÓN POR LA SANACIÓN DE NUESTRA AUTOESTIMA Y NUESTRA AUTOIMAGEN
EN PRESENCIA DE JESÚS ORAMOS POR LA SANACIÓN DE NUESTRA AUTOESTIMA Y NUESTRA AUTOIMAGEN MANTENIENDO DELANTE UNA FOTO DE NUESTRA INFANCIA, SOLO O EN FAMILIA.
Padre Santo, en el nombre de Jesús, INVOCO TU MISERICORDIA y me dirijo a Ti para que me toques y me des una buena y justa imagen de mí mismo y una verdadera autoestima en Cristo Jesús.
SEÑOR TEN MISERICORDIA DE MÍ
Señor, me he sentido indigno, inapropiado, inferior; me he sentido feo, tímido, patoso o que no hago nada bien. Me han criticado y llamado apodos que no me gustaron y me han hecho sufrir; me siento inseguro y no amado.
SEÑOR TEN MISERICORDIA DE MÍ
Señor Jesús, llévate mis sentimientos de fracaso, de vergüenza, decepción, culpabilidad, timidez, ira o enfado. Te pido que me liberes de estos sentimientos y emociones que me han mantenido en la esclavitud y me han apartado de vivir una vida plena como varón/mujer.
SEÑOR TEN MISERICORDIA DE MÍ
Amado Señor, hazme saber cuánto me amas y que soy la niña de tus ojos. Me dirijo a Ti, para que sepan que Tú has muerto en la Cruz, no sólo por mis pecados, sino también por mis profundas heridas emocionales y mis recuerdos dolorosos.
SEÑOR TEN MISERICORDIA DE MÍ
Te Ruego Señor, que sanes todo lo herido y roto que hay en mí persona. Ayúdame a amarme, a aceptar tú perdón, a perdonarme a y perdonar a todos aquellos que me hayan causado injusticias: padre, madre, hermanos, tíos, abuelos, primos y demás parientes, profesores, sacerdotes, compañeros de trabajo, jefes, vecinos y amigos. Cualquiera Señor que no me haya mirado con cariño y me haya rechazado consciente o inconscientemente.
SEÑOR TEN MISERICORDIA DE MÍ
Jesús llena el vacío de mi vida. Y dame el amor y la seguridad que no he recibido. Dame confianza, alegría y energía nuevas para que pueda hacer todas las cosas a través tuyo.
SEÑOR TEN MISERICORDIA DE MÍ
Señor devuélveme una buena imagen de sí mismo, aquella con la que yo fui concebido/a como varón/mujer y que pueda verme como Tú me ves: especial, único, digno, hermoso, para que yo llegue a ser la persona que Tú creaste y quieres que sea. Por Jesucristo Nuestro Señor, Amén
HACER UN RATO DE ORACIÓN EN SILENCIO DELANTE DEL SAGRARIO O CON EL SANTÍSIMO EXPUESTO
ORACIÓN DEL PADRE NUESTRO
SI HAY ALGUIEN CONTIGO LE DAS UN ABRAZO DE PAZ
ORACIÓN FINAL
Dios, autor de nuestra salvación y de nuestra liberación, escucha nuestras súplicas, y a quienes redimiste por la sangre de tu Hijo concédeles poder vivir para ti, y en ti gozar de la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Oración por la Curación Interior
Señor Jesús, tu has venido a curar los corazones heridos y atribulados, te ruego que cures los traumas que provocan turbaciones en mi corazón; te ruego, en especial que cures aquellos que son causa de pecado.
Te pido que entres en mi vida, que me cures de los traumas psíquicos que me han afectado en tierna edad y de aquellas heridas que me los han provocado a lo largo de toda la vida.
Señor Jesús, tú conoces mis problemas, los pongo todos en tu corazón de Buen Pastor. Te ruego, en virtud de aquella gran llaga abierta en tu corazón, que cures las pequeñas heridas que hay en el mío.
Cura las heridas de mis recuerdos, a fin de que nada de cuanto me ha acaecido me haga permanecer en el dolor, en la angustia, en la preocupación.
Cura, Señor, todas esas heridas íntimas que son causa de enfermedades físicas. Yo te ofrezco mi corazón, acéptalo, Señor, purifícalo y dame los sentimientos de tu Corazón divino. Ayúdame a ser humilde y benigno.
Concédeme, Señor, la curación del dolor que me oprime por la muerte de las personas queridas. Haz que pueda recuperar la paz y la alegría por la certeza de que tú eres la Resurrección y la Vida. Hazme testigo auténtico de tu Resurrección, de tu victoria sobre el pecado y la muerte, de tu presencia Viviente entre nosotros. ¡Amén!
Plegaria de Liberación
Oh, Señor, tú eres grande, tú eres Dios, tú eres Padre, nosotros te rogamos, por la intercesión y con la ayuda de los arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel, que nuestros hermanos y hermanas sean liberados del maligno que los ha esclavizado.
Oh, santos, venid todos en nuestra ayuda.
De la angustia, la tristeza y las obsesiones, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
Del odio, la fornicación y la envidia, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
De los pensamientos de celos, de rabia y de muerte, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
De todo pensamiento de suicidio y de aborto, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
De toda forma de desorden en la sexualidad , nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
De la división de la familia, de toda amistad mala: Líbranos, oh Señor.
De toda forma de maleficio, de hechizo, de brujería y de cualquier mal oculto, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
Oh, Señor, que dijiste “la paz os dejo, mi paz os doy”, por la intercesión de la Virgen María concédenos ser librados de toda maldición y gozar siempre de tu paz. Por Cristo Nuestro Señor. ¡Amén!
OTRA ORACIÓN DE PROTECCIÓN CON LA SANGRE DE CRISTO
Señor Jesús, en tu nombre, y con el poder de tu sangre preciosa sellamos toda persona, hechos o acontecimientos a través de los cuales el enemigo quiera hacernos daño.
Con el poder de la Sangre de Jesús, sellamos toda potestad destructora en el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego, debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas de la naturaleza, en los abismos del infierno y en el mundo en el cual nos moveremos hoy.
Con el poder de la Sangre de Jesús, rompemos toda interferencia y acción del maligno. Te pedimos Jesús que envíes a nuestros hogares y lugares de trabajo a la Santísima Virgen acompañada de San Miguel, San Gabriel, San Rafael y toda su corte de Santos Ángeles. Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos nuestra casa, todos los que la habitan (nombrar a cada uno), las personas que el Señor enviará a ella, así como los alimentos y los bienes que El generosamente nos envía para nuestro sustento.
Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos tierra, puertas, ventanas, objetos, paredes y pisos, el aire que respiramos y en fe colocamos un círculo de su Sangre alrededor de toda nuestra familia. Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos los lugares en donde vamos a estar en este día, y las personas, empresas o instituciones con quienes vamos a tratar (nombrarlas).
Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos nuestro trabajo material, espiritual, los negocios de toda nuestra familia, y los vehículos, las carreteras, los aires, las vías y cualquier medio de transporte que habremos de utilizar. Con tu sangre preciosa sellamos los actos, las mentes y los corazones de todos los habitantes y dirigentes de nuestra Patria a fin de que tu paz y tu Corazón al fin reinen en ella. Te agradecemos Señor por tu Sangre y por tu vida, ya que gracias a ellas hemos sido salvados y somos preservados de todo lo malo.
Amén.
Amén.
Oración por Enfermos por Intercesión de la Medalla Milagrosa.
Omnipotente y Sempiterno Dios, Salud de los que en Ti creen y esperan.
Escucha las oraciones que te hacemos por nuestros enfermos y por intercesión de la Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, concede vida abundante a sus almas y devuélveles según tu beneplácito, la salud del cuerpo.
Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.
Oración por el Prójimo.
Señor, hazme un reflejo de tu bondad. Que en cada prójimo vea a un hermano. Que su dolor sea el mío. Dame el don para suavizar sus penas y compartir su espíritu.
Que yo pueda infundirle valor y esperanza llevándole un mensaje de amor por la confianza en Ti.
Haz que todas sus tareas las emprenda con decisión, abnegación y perseverancia.
Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
Oración por la Salud de Familiares y Amigos
"Señor, aquel a quien tú quieres, está enfermo". (Juan 11,3)
Dios te da, como bautizado e hijo suyo, la autoridad para orar por los enfermos. En la medida de lo posible, une tu oración al gesto afectuoso de la imposición de tus manos.
A) Te pido por la gloria del Padre del cielo, que sanes a los enfermos de mi familia y mis amigos.
Haz que crezcan en la fe, en la esperanza y que reciban la salud para gloria de tu Nombre. Para que tu Reino siga extendiéndose más y más en los corazones a través de los signos y prodigios de tu amor.
Todo esto te lo pido Jesús porque tú eres el Señor. Tú eres el buen Pastor y soy, como todos, de tu rebaño.
Estoy convencido de tu amor que aun antes de conocer el resultado de mi oración, con fe te digo gracias Jesús, por lo que tú vas a hacer en mí y en cada uno de ellos. Gracias por las enfermedades que tú estás sanando ahora. Gracias por tu misericordia.
B) Señor Jesucristo, que para redimir a los hombres y sanar a los enfermos quisiste asumir nuestra condición humana, mira con piedad a (se dice el nombre.....) que está enfermo (a) y necesita ser sanado(a) en el cuerpo y en el espíritu.
Reconfórtalo(a) con tu poder para que levante su ánimo y pueda superar todos sus males.
Y ya que has querido asociarlo(a) a tu pasión redentora, haz que confíe en la eficacia de su dolor, para la salvación del mundo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén
ORACIÓN PIDIENDO EL ARREPENTIMIENTO
Amado Señor Jesús: Te pido lo que anhelo tener en mi vida: tu gran regalo del arrepentimiento.
Envíame por tu gracia el Espíritu de verdad para que yo pueda verme en tu luz y reconocer mi pecado. Ayúdame a recibir tu Palabra como tu medida para mis pensamientos y mis palabras, para lo que hago y dejo de hacer, para mi trabajo y actividades. Apártame de querer aplicar mis propias medidas baratas. Ayúdame a tomar como un mandato tus enseñanzas del Sermón del Monte y tus Diez Mandamientos. Por ellos concédeme que yo pueda verme como Tu me ves, y juzgarme como Tu me juzgarías un día si no me arrepiento de mi pecado.
Por medio de tu Espíritu Santo, ayúdame a discernir tu admonición amorosa en todo los que me sucede, especialmente en tus correcciones. Y dame la gracia para aceptarlo con toda mi voluntad. Contesta mi oración, dándome un corazón quebrantado y contrito, que no se autojustifique ni esté satisfecho consigo mismo, sino un corazón que llora por sus pecados y se alegra a causa de tu perdón.
Te doy gracias porque sé que responderás a esta oración por contrición y arrepentimiento diario, por que nada te alegra más que un pecador que derrama lágrimas de arrepentimiento. Por eso no miraré a mi corazón endurecido e impenitente, sino a ti, Señor mío Jesucristo. Tu viniste para destruir toda autojustificación y dureza de corazón, y ganaste para nosotros, por medio de tu Redención, un corazón nuevo tierno y humilde. Por eso ayúdame a perseverar en oración y fe hasta que se haya derretido mi corazón endurecido y pueda yo llorar a causa de los agravios que te he causado, Señor mío, y también a mis semejantes. Yo sé que me darás la gracia de poder llorar a causa de mi vieja naturaleza pecaminosa, mi dureza, falta de misericordia y bondad, mi murmuración, celos y envidia, mi falta de sinceridad, mi dependencia de las personas y las cosas materiales de este mundo: Señor, yo sé que harás en mí un completo cambio.
Te doy gracias, oh Señor, porque me darás lo que me falta, - el arrepentimiento - para que mi vida sea completamente transformada y por é crezca mi amo para Ti. Que con mi vida redimida y feliz por ser un pecador perdonado, yo te pueda alabar aquí en la tierra y estar preparado para celebrar contigo el Banquete de las Bodas del Cordero en la gloria celestial.
Amén
ORACIONES PARA SANACION FISICA Y SANACION INTERIOR (Padre Moisés Lárraga Medellín)
Señor Dios, Jesús: te adoramos por los que no te adoran, esperamos por los que no esperan, pedimos perdón por los que no piden perdón.
BENDICION DE LOS CIRIOS Y VELAS:
Te recibimos Señor Jesús pidiéndote que bendigas estos cirios.
Señor Dios tu Palabra santifica todas las cosas. Por esta Palabra tuya y por el amor a tu Hijo tan amado, te pedimos que bendigas estas luces para que sean signo de tu presencia en esta alabanza de liberación, y cada vez que las encendamos en nuestras casas recibamos de ti tu protección, ayuda y amparo.
ORACION DE LIBERACION Y SANACION INTERIOR:
Ven Espíritu Santo ¡ven a iluminar nuestros corazones!, danos un rayo de luz para iluminar todo nuestro interior. Bendito sea el Señor ¡Santo eres Señor! ¡Gloria, gloria a tu Nombre!
( + Nos santiguamos) En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Invoco a todos los Ángeles y a los Santos. Me dirijo a ti bendita Virgen María Madre Santísima, Reina de toda la Creación: te pido tu bendición, tu protección y tu intercesión. Invoco la protección y ayuda de San Miguel Arcángel, líder de los ejércitos celestiales; de todos los Arcángeles y Ángeles. Me uno a la alabanza, adoración y gloria dada a nuestro Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
EL ENFERMO JUNTO A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
HOMBRE DE DOLORES Y SUFRIMIENTOS
ACOMPAÑANDO CON LOS SALMOS A CRISTO QUE SUFRE POR TI
ACOMPAÑANDO CON LOS SALMOS A CRISTO QUE SUFRE POR TI
(Puedes pensar en Cristo sufriente mientras lees estos textos del Antiguo Testamento que hablan del Mesías de Dolores)
SALMO 22
(Salmo que recitó Jesús en la Cruz)
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?;
a pesar de mis gritos, mi oración no te alcanza.
Dios mío, de día clamo, y no respondes,
también de noche, no hay silencio para mí.
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