"En el dolor se puede seguir amando a Dios, y no a un Dios que nos envía dolores y sufrimientos, sino a un Dios que se hace dolor y sufre conmigo para vestirlo de FIESTA: LA FIESTA DEL AMOR; porque El está ahí, junto a mí. En mí, para ayudarme a sufrir con alegría". (Autor anónimo)
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