jueves, 18 de abril de 2013

Simeón Bar Sabas, Ustazades y compañeros, Santos

Mártires, 17 de abril
Simeón Bar Sabas, Ustazades y compañeros, Santos
Simeón Bar Sabas, Ustazades y compañeros, Santos

Mártires

Martirologio Romano: En Persia, pasión de san Simeón Bar Sabas, obispo de Seleucia y Ctesifonte, que, por orden del rey persa Sapor II, fue detenido y cargado de cadenas por negarse a adorar el sol y seguir proclamando a Jesucristo libre y valientemente. Encarcelado junto con más de cien cristianos, obispos, presbíteros y de otros órdenes eclesiásticos, fue sometido a torturas, y el Viernes Santo de la Pasión del Señor, ante sus ojos y mientras les exhortaba, todos sus compañeros fueron decapitados, como él mismo lo fue en último lugar. ( 341)

Martirologio Romano: También conmemoración de muchos mártires que, tras la muerte de san Simeón, en todo el territorio de Persia, e igualmente bajo el rey Sapor II, fueron degollados por causa del nombre de Cristo, entre ellos san Ustazades, eunuco del palacio real y padrino del mismo rey, que durante el primer ímpetu de la persecución sufrió el martirio en el palacio de Artajerjes, hermano de Sapor, en la provincia de Adiabena. ( 341)
San Simeón, llamado "Bar Sabas" que significa "hijo del batanero", fue nombrado obispo (Catholicos) de Seleucia-Ctesifonte, en Persia, a raíz del cese del obispo anterior en el 324. Simeón, sin embargo, pronto fue relegado a la función de asistente, debido a la falta de confirmación de la sentencia de destitución, se desconoce comenzó a ejercer realmente como obispo titular. Cuando en el 340 el rey persa Sapor II restableció la feroz persecución contra los cristianos, no dudó en elevar los impuestos al doble y declarar el cierre de todos los lugares de culto. Tomando nota de la pobreza de la mayoría de la gente, Simeón se negó a recoger el dinero requerido, por lo que fue detenido.

Conducido luego ante al rey, se negó a postrarse ante él o adorar al dios sol, esto fue un pretexto para que las autoridades lo encarcelaran, y junto a él a un centenar de personas. Simeón logró reconquistar a la fe cristiana a Ustazades, eunuco de la sala real además de educador del propio soberano, quien luego también padeció el martirio.

Simeón, junto con el centenar de compañeros (obispos, sacerdotes y miembros de diversas órdenes religiosas), estuvieron largo tiempo en prisión, hasta que finalmente —después de ver degollar ante sus ojos a todos sus hermanos en la fe y la prisión, a los que animaba con gran ardor— fue decapitado.

En ediciones anteriores de Martirologio Romano se mencionaban explícitamente los nombres de algunos de los compañeros en el martirio de Simeón: los sacerdotes Abdhaykla y Hananya, y el oficial real Pusayk. Simeón es puesto cuál cabeza del grupo de mártires en el Breviario Sirio del año 412, así como en el nuevo Martirologio Romano que pone su memoria el 17 de abril.

En la misma fecha del calendario católico dedica una mención especial a Ustazades, que con muchos otros cristianos en todas las regiones de Persia sufrieron el martirio por orden del rey Sapor II. Tal suerte le toco al santo preceptor en la habitación de Artaserse, hermano del mismo soberano, en la provincia de Abiadena, cuando arreció el primero frenesí de la persecución.
Santos Simeón bar Sabas y cien compañeros, mártires
fecha: 17 de abril
fecha en el calendario anterior: 21 de abril
†: 341 - país: Irak-Irán
otras formas del nombre: Simeón Barsabas
canonización: pre-congregación
hagiografía: Santi e Beati
En Persia, pasión de san Simeón bar Sabas, obispo de Seleucia y Ctesifonte, que, por orden del rey persa Sapor II, fue detenido y cargado de cadenas por negarse a adorar el sol y seguir proclamando a Jesucristo libre y valientemente. Encarcelado junto con más de cien cristianos, obispos, presbíteros y de otros órdenes eclesiásticos, fue sometido a torturas, y el Viernes Santo de la Pasión del Señor, ante sus ojos y mientras les exhortaba, todos sus compañeros fueron decapitados, como él mismo lo fue en último lugar.

San Simeón, llamado «Bar Sabas», es decir «hijo del batanero», fue nombrado obispo de Seleucia-Ctesifonte, en Persia, inmediato a la destitución del obispo precedente en el 324. Pero enseguida fue relegado al rol de auxiliar, ya que faltó la confirmación de la sentencia de destitución, y no sabemos cuándo habrá llegado efectivamente a ejercer como obispo titular. Cuando en el 340 el rey persa Sápor II reemprendió la feroz persecución contra los cristianos, no dudó en duplicarles el pago de la tasa impositiva, y decretar el cierre de todos los lugares de culto. Constatando la pobreza de la mayor parte de la gente, Simeón se negó a recoger el dinero requerido, y fue arrestado.

Conducido frente al rey, no quiso postrarse ante él, ni adorar al dios Sol, y así fue encarcelado junto con otros cien. Simeón volvió a traer a la fe a Usthazade, eunuco de la sala real y educador del propio soberano, que padeció poco después el martirio. Simeón permaneció largo tiempo encarcelado, junto con los otros cien compañeros, obispos, presbíteros, y miembros de las diversas órdenes religiosas, y al fin fue decapitado en último lugar, después de haber visto degollar delante de sus ojos a todos sus compañeros de fe y de prisión, a quienes él había alentado con gran fuerza de ánimo. En la precedente edición del Martirologio Romano se citaban explícitamente los nombres de algunos de los compañeros de martirio de Simeón: los sacerdotes Abdhaykla y Hananya, y el oficial real Pusayk. Simeón aparece como cabeza de grupo en el Breviario Siríaco del 412, así como en el nuevo Martirologio Romano, que pone la celebración el 17 de abril. Este Bar Sabas es probablemente el mismo Barsabas (mártir bajo Sápor II) que se celebraba el 11 de diciembre y que ha sido quitado del calendario actual.

El calendario actual dedica en la misma fecha un elogio aparte a Usthazade, junto con numerosos cristianos de todas las regiones de Persia, que sufrieron el martirio bajo Sápor II. Tal suerte tocó al santo preceptor en la habitación de Artajerjes, hermano del rey, en la provincia de Abiadena, mientras arreciaba la persecución.

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