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María de San José (Laura Alvarado Cardozo), Beata |
Primera Beata Venezolana Fundadora de las Agustinas Recoletas del Sagrado Corazón
Martirologio Romano: En Maracay, en Venezuela, beata María de San José (Laura) Alvarado, virgen, que fundó las Agustinas Recoletas del Sagrado Corazón, siempre solícita en su caridad a favor de las jóvenes huérfanas, de los ancianos y pobres abandonados (1967).
Etimológicamente: María = eminencia, excelsa, es de origen hebreo. Etimológicamente: Laura = Aquella que triunfa, es de origen latino.
Fecha de beatificación: 7 de mayo de 1995 por el Papa Juan Pablo II.
Laura Evangelista Alvarado Cardozo nace el 25 de abril de 1875, en Choroní municipio del Distrito Girardot, en el Estado Aragua, (en aquel entonces conocido como Estado Guzmán Blanco), en Venezuela. Existe cierta discusión con su segundo nombre, ya que algunos afirman que se llamaba Laura Elena Alvarado Cardozo pero por una tradición religiosa de aquella fecha se les asignaba a los muchachos al nacer o poco tiempo después, el nombre del Santo en el día en el que nacieron y por lo tanto ella recibió el nombre de Evangelista.
Era hija del Coronel Clemente Alvarado y de Doña Margarita Cardozo, de quien heredó su amor ferviente a Cristo y la Eucaristía. Inició sus estudios en su pueblo natal pero a muy temprana edad se mudo con su familia a Maracay donde terminaría ahí todos sus estudios. Luego a los 13 años de edad, el 8 de diciembre de 1888 recibe su primera comunión, haciendo sus primeros votos, consagrándose así al señor. Desde aquel entonces comenzaría su vida religiosa. Luego antes de cumplir 18 años, se dedicaría a la preparación de aquellos niños que van a realizar su primera comunión. En 1892, a los diecisiete años, le imponen el santo escapulario de la Virgen del Carmen. Luego en 1893, el sacerdote Justo Vicente López Aveledo funda la Sociedad de las Hijas de María y Laura pasa a formar parte de ella, renovando así sus primeros votos.
Esta beata demostró desde muy temprano su devoción por Dios y su temple espiritual. Desde muy joven trabajó como voluntaria en hospitales, cosa que haría durante casi toda su vida y de donde obtuvo el nombre con el que la conocemos todos. Su temple espiritual, queda evidenciado con situaciones fuertes que ha tenido que vivir como lo es la muerte de su padre. Antes de morir pide a Dios le conceda la oportunidad, para que su padre reciba la extrema unción y contraiga matrimonio con su madre. Don Clemente accede a estos sacramentos. Laura, en respuesta a la gracia concedida por Dios, promete guardar ayuno perpetuo, el cual duró diez años, hasta que el Padre Vicente López se lo dispensó.
En 1897, empezó a trabajar voluntariamente como hermana hospitalaria en el Hospital San José en Maracay- Estado Aragua, el hospital fundado por un presbítero llamado Vicente López. La joven futura beata tenía entonces 22 años de edad. De ahí en adelante, asesorada por su director espiritual el Pbro. López Acevedo, se dedicará al servicio de los más pobres. Próxima a cumplir sus 24 años, en 1.899, Laura recibe del padre López la dirección y administración del hospital. En 1900-01 por su gran trabajo en dicho lugar junto con otras hermanas voluntarias que desempeñaron el mismo papel, fue consagrada como hermana hospitalaria agustina, adoptando el nombre de Sor María de San José.
Ya habiendo sido reconocida como Sor María de San José continuo su larga labor en no solo este hospital. La madre además de este hospital trabajo en muchos centros de salud en el país, en Maracaibo, Caracas, Coro, Ciudad Bolívar, entre otros. Incluyendo los nuevos hospitales que abrían. Durante mucho tiempo de su vida, la madre se dedico a cuidar enfermos, a ayudar profundamente en hospitales, siendo esto parte de toda la gran labor que hacia fuera de los mismos.
Junto a su director espiritual, el sacerdote venezolano, Padre Vicente López Aveledo y cuatro laicas, funda (con aprobación papal de San Pío X), la Congregación "Hermanas Agustinas Recoletas del Sagado Corazón de Jesús", siendo ella su primera Superiora General. Dicha congregación, tiene el objetivo de ayudar a las niñas abandonadas, y ancianos pobres. Rigió la congregación como superiora general hasta el año 1960.
Fue una religiosa contemporánea del Venerable Doctor José Gregorio Hernández, que desde muy temprana edad mostro su devoción por Dios. Luego de una larga y activa vida llena de grandes labores y deseo de ayudar con su prójimo, el 2 de abril de 1967 sufre una trombosis que termina quitando su vida. Estuvo consciente que faltaba poco para su muerte y pidió que se le concediera la posibilidad de que su cuerpo se enterrara en la capilla del Asilo Inmaculada Concepción. Es la primera Beata de Venezuela, privilegio único que comparte con la Madre Candelaria de San José.
ORACIÓN Dios omnipotente y eterno que nos has dado en la beata Maria de san José un modelo de amor a los huérfanos y ancianos abandonados, haz que, siguiendo su ejemplo, reconozcamos en los pobres y marginados a tu hijo Jesucristo y logremos servirles con el mismo amor con que ella les sirvió. Por Cristo Nuestro Señor, Amén.
Beata María de San José Alvarado, virgen y fundadora
fecha: 2 de abril n.: 1875 - †: 1967 - país: Venezuela canonización: B: Juan Pablo II 17 may 1995 hagiografía: Vaticano
En Maracay, población de Venezuela, beata María de San José (Laura) Alvarado, virgen, que fundó la Congregación de Hermanas Agustinas Recoletas del Sagrado Corazón de Jesús, siempre solícita en su caridad a favor de las jóvenes huérfanas, de los ancianos y de los pobres abandonados.
Fragmentos de la homilía de SS Juan Pablo II el 7 de mayo de 1995 (Domingo del Buen Pastor), en la beatificación de la Hna. María de San José, junto con otros cuatro nuevos beatos. La homilía completa puede leerse, en italiano, en el sitio del Vaticano; la presente versión está tomada del web de las Hermanas Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús, donde puede conseguirse también una detallada biografía de la beata, junto con variados textos sobre su espiritualidad.
"Yo les doy la vida eterna" (Jn. 10,28). Las palabras de Cristo, buen Pastor, que hemos escuchado en el pasaje evangélico de hoy, constituyen una introducción maravillosa a la solemne liturgia que la Iglesia celebra hoy en Roma, en la Plaza de San Pedro: la beatificación de cinco siervos de Dios, hijos de diversos países y continentes (...) Un saludo del todo especial va al presidente de la república y a los representantes del Episcopado y de la iglesia en Venezuela. La Beata María de San José, en el siglo Laura Alvarado Cardozo, que hoy viene elevada al honor de los altares, es en efecto, la primera beata de ese gran país, que se enorgullece de tener una larga tradición católica. Este acontecimiento de enorme importancia, representa casi un nuevo comienzo en la vida de esa Iglesia particular. En cierto sentido, los santos y los beatos confirman la madurez de la comunidad cristiana. En ellos la Iglesia se expresa de modo definitivo como Pueblo de Dios unido por el amor del padre, del Hijo y del Espíritu santo. precisamente, este amor trinitario se manifiesta portador de frutos en la santidad del hombre... La liturgia de este cuarto domingo de Pascua ilustra precisamente el misterio de la redención mediante la imagen del Buen Pastor (Jn 10,27-30). En el marco de esa espléndida síntesis de la verdad revelada, nos detenemos ahora para reflexionar sobre la espiritualidad de los siervos de Dios que hoy son proclamados beatos. La beata María de san José Alvarado cardozo, descubrió desde muy niña el amor a la Eucaristía en la que encontró el carisma distintivo de su espiritualidad. Pasaba largas horas del día y de la noche ante el sagrario. Durante toda su vida elaboró con sus propias manos miles de formas para distribuirlas gratuitamente a los sacerdotes. Este ejemplo es seguido aún por sus hijas, que ofrecen hoy las formas para esta santa misa. Su amor ilimitado a Cristo eucaristía la llevó a entregarse al servicio de los demás necesitados, en quienes veía a Jesús sufriente. Para ello fundó en Maracay la congregación de Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús, dedicada a la asistencia de los ancianos y de los niños huérfanos y abandonados. La caridad, virtud en la que más se distinguió la Madre María de san José, la movía a repetir continuamente a sus hijas: "Los desechados de todos son los nuestros; los que nadie quiere recibir, esos son los nuestros". Su sólida piedad anclada en la Eucaristía y en la oración , estaba enriquecida por una tierna devoción a la Virgen María cuyo nombre tomó y a quien emulaba diciendo: "Desearía vivir y morir cantando el magníficat". El testimonio de esta mujer sencilla de nuestro tiempo invita a todos y en particular a los amados hijos e hijas de Venezuela, a vivir fielmente el Evangelio (...)
"Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con himnos (...). El Señor es bueno, su misericordia es eterna (Salmo 100,4). Esta exhortación se dirige a todos nosotros. De modo particular parece referirse a quienes, a partir de hoy, la Iglesia llama beatos: Agustín Roscelli, María de San José Alvarado Cardozo, María Elena Stollenwrk, María Dominga Brun Barbantini y Josefina Gabriela Bonino (...) La herencia de los beatos es la felicidad eterna, dado que están definitivamente unidos a Cristo en la gloria. El Cordero (Jesús) está delante del trono en la gloria del Padre, y aquellos a quienes conduce hacia fuentes de aguas vivas, participan en la gloria inefable de Dios, que es vida y amor. Amén.
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