viernes, 5 de abril de 2013

Benito de Palermo, Santo


Religioso Franciscano, 4 de abril
 
Benito de Palermo, Santo
Benito de Palermo, Santo

Religioso

Martirologio Romano: En Palermo, ciudad también de Sicilia, san Benito Massarari, denominado «el Moro» por el color de su piel, fue primero eremita, y entró después en la Orden de los Hermanos Menores. Se mostró siempre humilde en todo y lleno de fe en la divina Providencia.

Fecha de canonización: 24 de mayo de 1807 por el Papa Pío VII.
A este San Benito se le llama de Palermo, por la ciudad en que murió, o de San Fratello o San Filadelfo por el lugar en que nació, o también el Moro o el Negro por el color de su piel y su ascendencia africana. De joven abrazó la vida eremítica, pero más tarde pasó a la Orden franciscana. No tenía estudios, pero sus dotes naturales y espirituales de consejo y prudencia atraían a multitud de gente. Aunque hermano lego, fue, no sólo cocinero, sino también guardián de su convento y maestro de novicios.

San Benito el Moro nació en 1526 en San Fratello, antes llamado San Filadelfo, provincia de Mesina (Sicilia), de padres cristianos, Cristóbal Manassari y Diana Larcari, descendientes de esclavos negros. De adolescente Benito cuidaba el rebaño del patrón y desde entonces, por sus virtudes, fue llamado el «santo moro».

A los veintiún años entró en una comunidad de ermitaños, fundada en su región natal por Jerónimo Lanza, que vivía bajo la Regla de San Francisco. Cuando los ermitaños se trasladaron al Monte Pellegrino para vivir en mayor soledad, Benito los siguió, y a la muerte de Lanza, fue elegido superior por sus compañeros.

En 1562 Pío IV retiró la aprobación que Julio II había dado a aquel instituto e invitó a los religiosos a entrar en una Orden que ellos mismos escogieran. Benito escogió la Orden de los Hermanos Menores, y entró en el convento de Santa María de Jesús, en Palermo, fundado por el Beato Mateo de Agrigento.

Luego fue enviado al convento de Santa Ana Giuliana, donde permaneció sólo tres años. Trasladado nuevamente a Palermo, vivió allí veinticuatro años.

Al principio ejerció el oficio de cocinero con gran espíritu de sacrificio y de caridad sobrenatural. Se le atribuyeron muchos milagros.

Se le tenía en tal aprecio que en 1578, siendo religioso no sacerdote, fue nombrado superior del convento. Por tres años guió a su comunidad con sabiduría, prudencia y gran caridad. Con ocasión del Capítulo provincial se trasladó a Agrigento, donde, por la fama de su santidad, que se había difundido rápidamente, fue acogido con calurosas manifestaciones del pueblo.

Nombrado maestro de novicios, atendió a este delicado oficio de la formación de los jóvenes con tanta santidad, que se creyó que tenía el don de escrutar los corazones. Finalmente volvió a su primitivo oficio de cocinero.

Un gran número de devotos iba a él a consultarlo, entre los cuales también sacerdotes y teólogos, y finalmente el Virrey de Sicilia. Para todos tenía una palabra sabia, iluminadora, que animaba siempre al bien. Humilde y devoto, redoblaba las penitencias, ayunando y flagelándose hasta derramar sangre. Realizó numerosas curaciones. Cuando salía del convento la gente lo rodeaba para besarle la mano, tocarle el hábito, encomendarse a sus oraciones. Dócil instrumento de la bondad divina, hacía inmenso bien a favor de las almas.

En 1589 enfermó gravemente y por revelación conoció el día y hora de su muerte. Recibió los últimos sacramentos, y el 4 de abril de 1589 expiró dulcemente a la edad de 63 años, pronunciando las palabras de Jesús moribundo: «En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu». Su culto se difundió ampliamente y vino a ser el protector de los pueblos negros.


San Benito Massarari, religioso
fecha: 4 de abril
fecha en el calendario anterior: 3 de abril
n.: c. 1526 - †: 1589 - país: Italia
otras formas del nombre: Benito de Palermo, Benito el Negro, Benito el Africano, Benito de San Philadelphio
canonización: B: Benedicto XIV 1743 - C: Pío VII el 24 may 1807
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Palermo, ciudad también de Sicilia, san Benito Massarari, denominado el «Negro» por el color de su piel, fue primero eremita, y entró después en la Orden de los Hermanos Menores. Se mostró siempre humilde en todo y lleno de fe en la divina Providencia.
patronazgo: patrono de los afro-americanos y de las misiones africanas.

Benito nació en un pueblecito de los alrededores de Messina de Sicilia. Sus padres, que eran buenos cristianos, habían nacido en África y eran esclavos de un rico propietario. Habían adoptado el apellido de su amo (Manasseri), según la costumbre de la época. El amo de Cristóbal, como se llamaba el padre del santo, le nombró mayordomo de su casa y le había prometido la libertad de Benito, su hijo mayor. Benito era tan amable y piadoso, que a los diez años ya le llamaban las gentes «il moro santo» (el negro santo) apodo que conservó toda su vida. Cuando tenía alrededor de veintiún años, uno de sus vecinos le insultó groseramente, aludiendo al color de su piel y a la esclavitud de sus padres. Precisamente en ese momento, pasaba por ahí un joven llamado Lanzi, que se había retirado a una ermita con algunos compañeros para imitar a san Francisco de Asís. Impresionado por la mansedumbre de las respuestas de Benito, dijo a los presentes: «Ahora os burláis de este pobre negro; pero yo os digo que dentro de poco oiréis grandes cosas de él». Poco después, Benito vendió sus escasas posesiones y fue a reunirse con los ermitaños.

En los años siguientes, los ermitaños cambiaron varias veces de residencia; al fin se establecieron en Montepellegrino, cerca de Palermo, donde antes había habitado santa Rosalía. A la muerte de Lanzi, la comunidad eligió superior a Benito, a pesar de la resistencia que éste opuso. Cuando Benito tenía más o menos treinta y ocho años, Pío IV ordenó a los ermitaños que se dispersasen o se fundiesen con alguna de las órdenes religiosas ya existentes. Benito entró como hermano lego en el convento franciscano de Santa María, cerca de Palermo. Primero desempeñó el cargo de cocinero, que cuadraba bien con su gusto por la vida retirada y le ofrecía numerosas ocasiones de mostrarse servicial. Pero su extraordinaria santidad no podía pasar inadvertida; su rostro se iluminaba en la capilla con un fulgor sobrenatural y la comida parecía multiplicarse en sus manos.

En 1578, en el capítulo de Palermo, los Frailes Menores de la Observancia decidieron transformar el convento de Santa María en monasterio reformado. Hacía falta confiar esa misión a un superior excepcionalmente prudente. La elección del capítulo recayó sobre Benito, aunque era simple hermano lego y no sabía leer ni escribir. Benito trató de renunciar, pero sus superiores le impusieron el cargo por obediencia. Los hechos dieron razón a los electores. Benito fue un superior ideal, muy equilibrado y de un tacto tan grande, que sus amonestaciones no herían a nadie y producían siempre el efecto apetecido. Pronto se divulgó por Sicilia la fama de su santidad y milagros; cuando Benito fue al capítulo provincial de Agrigento, el clero y el pueblo salieron a recibirle y las mujeres y los niños se disputaban el honor de besarle la mano y de arrancarle los hilos del hábito para guardarlos como reliquias.

Cuando dejó de ser superior, Benito fue nombrado vicario del convento y maestro de novicios. También en este último cargo se distinguió mucho. Parecía poseer una ciencia infusa para explicar la Sagrada Escritura, en forma que edificaba por igual a los sacerdotes y a los novicios y, sus profundas intuiciones sobre las verdades teológicas admiraron más de una vez a los sabios. Su don de leer el pensamiento y su extraordinaria bondad hicieron de él un excelente maestro de novicios. Sin embargo, el santo se alegró cuando sus superiores le relevaron del cargo y le mandaron de nuevo a la cocina, aunque naturalmente ya no podía pasar ahí tan inadvertido como en los primeros años. Los visitantes de todas las clases sociales acudían continuamente: los pobres en busca de limosna, los enfermos en busca de curación y las personas distinguidas en busca de consejo. San Benito no se negaba a nadie, pero detestaba las muestras de respeto. Cuando tenía que salir del convento, procuraba hacerlo por la noche y se cubría el rostro con la capucha para que no le reconocieran. Toda su vida siguió practicando las austeridades de los ermitaños. Sin embargo, por lo que se refiere al ayuno, acostumbraba decir que la mejor forma de mortificación no consistía en privarse de la comida, sino en dejar de comer antes de haber satisfecho del todo el hambre; decía también que era bueno probar la comida que se recibía como limosna para demostrar el agradecimiento a los bienhechores y darles gusto.

San Benito murió en 1589, a los sesenta y tres años de edad, después de una breve enfermedad. Es el patrono de los negros de los Estados Unidos y el protector de la ciudad de Palermo. Fue canonizado en 1807.

Ver a Juan de Capistrano, Vita di San Benedetto di San Fradello (1808), y la biografía escrita por eI P. B. Nicolosi (1907); igualmente Léon, Auréole Séraphique, vol. II.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

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