“Hay tanto oro en la corteza de la tierra tan suficiente como para cubrirla a la altura de las rodillas. El mismo Dios que hizo el oro es el que promete calles de oro y mar de cristal en la eternidad.
Sin embargo el hombre es capaz de morir por el oro sacrificando su propia alma que vale más”.
Ezequiel 7:19 Arrojarán su plata en las calles, y su oro será desechado; ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día del furor de Jehová; no saciarán su alma, ni llenarán sus entrañas, porque ha sido tropiezo para su maldad.
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