viernes, 13 de enero de 2012

PEDIR SU AYUDA





A veces nuestro peor enemigo cuando deseamos conseguir algo, es la constancia. Ello puede obedecer a múltiples factores de orden externo, interno o que afecten nuestra psicología. Pidamos a Dios la posibilidad de identificar esos factores, para reemplazar esa sensación negativa o hasta de frustración por la certeza de que conseguiremos con la ayuda de su Espíritu Santo aquello que tanto anhelamos en cuanto sea también querido por Dios y para nuestro bien. Ya que lo hagamos, no nos olvidemos de agradecer. Pero para agradecer a Dios, no necesitamos una meta: hagámoslo ahora, y en aquellos momentos donde veamos con claridad o no, su acción amorosa en nuestra vida.

Seamos constantes en la petición, lo demás vendrá por añadidura.


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