martes, 31 de enero de 2012

Pecado Original



El primer pecado que se cometió en la Tierra, en los principios de la humanidad.

43.- Empezamos a vivir la vida de la gracia con el sacramento del bautismo.


2. Cuando nacemos a la vida natural, nacemos muertos a la vida de la gracia, porque nacemos con el pecado original.

El pecado original se lava con el bautismo.

El bautismo es como un segundo nacimiento: un nacimiento a la vida sobrenatural.

Dios creó a nuestros primeros padres en estado de gracia.

Dios en señal de su soberanía les dio un mandato para que ellos cumpliéndolo mostraran su aceptación. Ellos cediendo a la tentación del demonio desobedecieron32.

«Puesto que el fin propio del precepto era probar la obediencia, no podemos medir la gravedad de la culpa por la acción exterior en que se manifiesta»
33.

«El hombre creado por Dios en la justicia, sin embargo, por instigación del demonio, en el mismo comienzo de la historia, abusó de su libertad, levantándose contra Dios»
34.

Este pecado de desobediencia
35 fue el pecado original, llamado así porque fue el primer pecado que se cometió en la Tierra, en los principios de la humanidad. Dice San Pablo que Adán introdujo el pecado en el mundo36.

El pecado original es origen de otros muchos.

El pecado original es la raíz de los demás pecados de los hombres
37.

La realidad del pecado original es dogma de fe
38.

Con este pecado de desobediencia nuestros primeros padres perdieron la gracia para ellos y para nosotros sus hijos
39.

Lo mismo que lo pierden todo los hijos del que se arruina en el juego de la ruleta.

Si un monarca concede a una familia un titulo nobiliario con la condición de que el cabeza de familia no se haga indigno de semejante gracia, ¿quién puede protestar si después de una ingratitud de este cabeza de familia, el monarca retira el título a toda la familia?

Lo mismo que cuando el embajador de una nación firma un tratado compromete a todo su país, lo mismo nos afecta a todos el pecado de Adán, que fue la cabeza del género humano.

«En su voluntad estaba incluido nuestro destino. Las aguas corren putrefactas porque la fuente está contaminada»
40.

El Concilio de Trento «el más trascendental de toda la Historia de la Iglesia»
41 define como de fe que el pecado original se transmite por generación, por herencia42.

Dice Pablo VI en el Credo del Pueblo de Dios: "Mantenemos, siguiendo el Concilio de Trento, que el pecado original se trasmite juntamente con la naturaleza humana, por generación"
43.


2. Nosotros no somos responsables del pecado original porque no es pecado personal nuestro
44; pero lo heredamos al nacer45.

«Por eso el pecado original es llamado "pecado" de manera análoga: es un pecado "contraído", no "cometido"; es un estado, no un acto»
46.

En virtud de la ley de solidaridad de Adán con toda la humanidad, por ser su cabeza físico-jurídica
47, nos priva de los dones extraordinarios que Dios había concedido en un principio a Adán para que los comunicara a sus descendientes48.

«Del mismo modo que entre Adán y sus descendientes hubiera existido solidaridad si hubiera sido fiel, del mismo modo existe también solidaridad en su rebeldía»
49.

El gran desastre del pecado de Adán fue que arrastró consigo a toda la naturaleza humana
50.

De igual manera que si Adán se hubiese suicidado antes de tener hijos, hubiera privado de la vida a todo el género humano, así con su pecado nos priva de la gracia. Fue un suicidio espiritual.

No debemos protestar por sufrir nosotros las consecuencias del pecado de Adán. ¿Habríamos sabido nosotros conservar estos dones?
51 ¿No son nuestros pecados personales una prueba de que también nosotros habríamos prevaricado?

El pecado original fue un pecado de soberbia.

El pecado de Adán y Eva es un pecado muy frecuente hoy día.

Hombres y mujeres autosuficientes, independientes, rebeldes a toda norma, orden o mandato, aunque venga del Papa.

Para ellos sólo vale lo que ellos opinan, y lo que ellos quieren.
No se someten a nadie.

Quieren ser ellos los que deciden lo que es bueno y lo que es malo.
Quieren ser como dioses.

Ése fue el pecado de Adán y Eva.


3. Antes de pecar, el demonio dijo a nuestros primeros padres que si pecaban serían como dioses.

Ellos pecaron y se dieron cuenta del engaño del demonio.

Con esto el demonio logró lo que pretendía: derribar a Adán de su estado de privilegio.

El demonio es el «padre de la mentira».

Eva fue seducida por él
525354.

El que peca se entrega al espíritu de la mentira.

En la medida que somos pecadores somos «mentirosos»
55, pues el pecado es el abandono de la verdad, que es Dios, por la mentira.

El demonio también nos engaña a nosotros en las tentaciones
56 presentándonos el pecado muy atractivo, y luego siempre quedamos desilusionados, con el alma vacía y con ganas de más.

Porque el pecado nunca sacia. Pero el demonio logra lo suyo: encadenarnos al infierno.

El demonio nos tienta induciéndonos al mal
57, porque nos tiene envidia58 , porque podemos alcanzar el cielo que él perdió por su culpa59 .

Todas las tentaciones del demonio se pueden vencer con la ayuda de Dios
60.

El demonio es como un perro encadenado: puede ladrar, pero sólo puede morder al que se le acerca
61.

«En el estado de pecado original el hombre carece de la gracia y amistad de Dios, y su libertad está debilitada e inclinada al mal; no podemos ser totalmente dueños de nosotros mismos y de nuestros actos»
62.

La vida de la gracia que empieza con el bautismo necesita respirar para no ahogarse.

Lo mismo que la vida del cuerpo que, si no se tiene aire para respirar, también se ahoga.

Dice San Agustín que la respiración de la vida del alma es la oración.


Pecado original

Para otros usos de este término, véase Pecado (desambiguación).
Pergamino ilustrado custodiado en la Real Biblioteca de San Lorenzo, El Escorial, España.

Para varias de las religiones del tronco bíblico —entre ellas el judaísmo y el cristianismo— el pecado original es el pecado cometido por los primeros padres de la humanidad (Adán y Eva) al desobedecer el mandato divino de no comer del árbol del conocimiento del bien y del mal. El pecado, es cometido por la persuasión de una serpiente (que posteriormente sería identificada con el demonio), fue castigado con la expulsión de la humanidad del jardín del Edén y su sujeción a la muerte, y el sufrimiento eterno; de acuerdo con algunas interpretaciones cristianas, notablemente la católica, dañó también de manera perdurable la naturaleza humana de Adán y Eva, así como la de todos sus sucesores. La historia, narrada en Génesis 3, es común a las tres grandes religiones monoteístas; la interpretación de la naturaleza exacta del pecado cometido y del castigo impuesto, sin embargo, varía entre las citadas religiones.


Precedentes históricos

Muchos pueblos antiguos poseen relatos del pecado original en una época de un trato familiar con Dios, roto por cometer una desobediencia, comer un fruto, encender un fuego, o por falta de atención. Los brahmanes narran que el «primer hombre» desencadena su miseria al comer de un árbol sagrado. En el Avesta, el «primer hombre» pierde su felicidad por mentir. En el Bundehes, la «primera pareja» es seducida a comer frutos por Arimán. En la epopeya de Gilgamesh, una astuta serpiente le hace perder la «hierba de la vida». En el relato de Enguidú, los animales se revelan tras ser seducidos por una mujer. Los autores del Génesis parecen querer amalgamar los relatos asirios y acadios, haciendo aparecer el árbol, la fruta, la serpiente y la mujer.1

Pecado original en el judaísmo

Michelangelo Buonarroti 022.jpg

De acuerdo al texto bíblico del Génesis 1-3, tras haber sido creados Adán y Eva residían en el jardín del Edén en perfecta armonía con Dios; el único mandato al que debían acogerse era la abstención de comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, cuyo consumo ocasionaría la muerte Génesis 2:17). Sin embargo, Eva —y por su intermediación Adán— cedieron a la tentación de la serpiente (identificada con Satán o Shaitan, "el tentador") y descubrieron, comiendo del árbol, su desnudez. La consecuencia de la violación de su mandato llevó a la muerte —"[volverás] a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás", Génesis 3:19— y la expulsión del jardín del Edén.

La tradición talmúdica identifica este acto como החטא הקדמון (en hebreo hajet hakadmon, "la falta primordial") de la desobediencia al mandato divino. Sin embargo, los efectos del pecado se reducen a la expulsión del paraíso, con la necesidad aparejada del trabajo, la enfermedad y la muerte.

Las corrientes renovadoras dentro del judaísmo interpretan la caída como el primer acto de libre albedrío del hombre, y lo consideran como parte del plan divino, puesto que la falta representaría la admisión de la responsabilidad; en otras palabras, el mito de la caída sería una elaborada alegoría del pasaje a la adultez y la autonomía.

Pecado original en el cristianismo

La doctrina cristiana católica con respecto al pecado original se fijó en el concilio de Cartago, y se precisó posteriormente en el concilio de Orange y el concilio de Trento. Los detalles de su forma actual probablemente procedan de la influencia de la doctrina maniquea en los escritos de san Agustín de Hipona, a través del cual la noción de una corrupción fundamental de la naturaleza humana hizo pie en la Iglesia. Los escasos fragmentos de doctrina sobre el pecado original contenidos en los escritos de los Apóstoles (especialmente Romanos 5:12) no efectúan mayores precisiones sobre el texto del Génesis.

La teología escolástica distingue entre el pecado original originante (peccatum originale originans), el acto concreto de desobediencia cometido por Adán y Eva, y el pecado original originado (peccatum originale originatum), las consecuencias que el mismo provocaría sobre la constitución de la especie humana. En virtud del peccatum originale originatum, no sólo se perderían los dones preternaturales de la inmortalidad y la exención del sufrimiento, sino que las capacidades del espíritu humano —tanto las morales como las intelectuales— carecerían de su vigor natural, sometiendo la voluntad a las pasiones y el intelecto al error. De acuerdo a la doctrina fijada en el concilio de Trento, la condición de "naturaleza caída" (natura lapsa) se transmite a cada uno de los nacidos tras la expulsión del Edén.

En los concilios se estableció el pecado original como la razón del bautismo católico, ya que éste liberaría al bautizado de las culpas del género humano, de acuerdo con una interpretación lata de 1Corintios 15:21 que contrapone el pecado de Adán con la pasión de Jesús. La iglesia Católica y otras que practican el culto mariano excluyen, sin embargo, de las consecuencias del pecado original a la Virgen María, en virtud de una gracia especial de Dios para que Jesucristo no tuviera el pecado original.

El pecado original en el Catecismo de 1992

Presenta la doctrina del pecado original como el “anverso de la redención” (cf. CEC 389). Recuerda que aunque el relato está hecho de imágenes o se encuentre redactado usando figuras literarias, se trata de un acontecimiento real de los inicios de la historia y que la marca (cf. CEC 390).2

Luego, entre los números 396 y 4093 analiza los diversos elementos relacionados con este pecado: La prueba que implicaba el no poder comer del árbol del conocimiento del bien y del mal como una muestra del límite que la libertad humana tiene por el hecho de ser una criatura; el pecado presentado como un acto de desconfianza primero y de desobediencia después; las consecuencias: pérdida de la santidad original, se destruye la armonía del mundo y del interior del hombre, la muerte entra en la historia. La universalidad del castigo a partir del pecado original se sostiene con textos tomados de san Pablo:

Como el delito de uno solo atrajo sobre todos los hombres la condenación, así también la obra de justicia de uno solo (la de Cristo) procura a todos una justificación que da la vida. Por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores
Rm 5, 18-19

En el número 404 se dice que el pecado de Adán es el pecado de todos los hombres que vienen después de él ya que, según una expresión de Tomás de Aquino, la humanidad es en Adán como el cuerpo de un único hombre. Ahora bien, el catecismo afirma que la transmisión de ese pecado es un misterio,4 y que, por tanto, la expresión “pecado” se usa de manera análoga ya que no se trata de una falta “cometida” sino de un pecado “contraído”.

Herejías relativas al pecado original

El pelagianismo, que rechaza la condición caída de la naturaleza humana como una corrupción maniquea de la doctrina cristiana, fue declarado herético en el concilio de Cartago; el primer partidario de esta doctrina del que se tienen noticias fue Teodoro de Mopsuestia, aunque su influencia fue mayor en la iglesia occidental a través de Pelagio y Celestio. Según los pelagianos, la introducción del pecado por Adán se limita a proporcionar un mal ejemplo a sus descendientes, pero no hiere sus facultades.

El socinianismo, una rama protestante escindida del catolicismo tras la reforma, negaba, entre otros rasgos de la doctrina católica, la realidad de la natura lapsa.

Numerosas iglesias protestantes en la actualidad descartan la noción de la caída de la naturaleza, aunque mantienen la creencia en el pecado de desobediencia de Adán.

El texto del Genésis puede relacionarse directamente con el Libro de Enoc, libro apócrifo etiquetado de seudoepigráfico, en el que se unifica la historia del pecado original y la caída de Lucifer y sus seguidores. La trama está bastante más elaborada pero también se señala directamente a la mujer como principal responsable. A pesar de ser apócrifo este libro está incluido en la biblia de la Iglesia etíope.

Pecado original en cristianismo evangelico

El concepto de pecado original ya no existe como tal ya que ¨el pecado estaba ya presente en el universo desde antes de la caída deAdán y Eva genesis 3:1s cf.cf. confer (lat.), compárese juan 8:44; 2 Pedro 2:4; 1 Juan 3:8; Judas 6). La Biblia, sin embargo, no se ocupa directamente del origen del mal en el universo, sino que trata más bien del pecado y su origen en la vida del hombre (1 Timoteo 2:14; santiago 1:13s). El verdadero impacto de la tentación demoníaca en la narración de la caída en Gn. 3 radica en la sutil sugerencia de la aspiración humana a llegar a ser igual a su hacedor (“seréis como Dios …”, 3.5).5 ¨

Pecado original en el Islam

En el Islam no existe la noción de pecado original, más bien, se rechaza rotundamente.6

De acuerdo con el Corán, la transgresión cometida por Adán y Eva —y que fue responsabilidad de ambos, y no de Eva en mayor grado— quedó zanjada con el castigo recibido, es decir, con la expulsión del Paraíso. El Islam no condena a la naturaleza humana como tal y además rechaza explícitamente que otro pague por los errores de los demás: "Nadie cargará con la culpa ajena" (Sura 17, versículo 15).

La ausencia del pecado original acentúa la idea de responsabilidad individual, que es central en el Islam. Esa libertad es la base sobre la cual puede Dios decidir castigar o premiar.

Interpretaciones racionalistas del pecado original

En vista de que el texto de Génesis 3:7 muestra la conciencia de la desnudez como evidencia de la comisión del pecado original, interpretaciones antropológicas o psicoanalíticas del texto bíblico sostienen que el pecado de Adán y Eva es una alegoría del acto sexual.

Se han aducido numerosos rasgos que pudieran reforzar esta hipótesis: la naturaleza fálica de la serpiente, el hecho de que los castigos impuestos a la mujer sean el parto y la sujeción de su deseo carnal al mandato del marido Génesis 3:16, y el hecho de que, tras el castigo, Adán diera su nombre a Eva "pues era la madre" (Génesis 3:20).

No obstante, existen detalles del texto bíblico original que aparentemente contradicen esta interpretación:

  • Eva comió primero del fruto y después se lo dio a Adán (Génesis 3:6)

Por lo tanto, se deduce del relato solamente que Dios había dado un mandato al cual el hombre desobedece, y que esta desobediencia es principalmente motivada por la soberbia.

Referencias

  1. Blaschke, Jorge (2006) Enciclopedia de las creencias y religiones, p. 291.
  2. El catecismo añade citas de documentos del Magisterio: Concilio de Trento, DS1513; Pío XII, DS 3897; Pablo VI, discurso del 11 de julio de 1966.
  3. Catecismo de la Iglesia Católica
  4. Véase también: Concilio de Trento, DS1511 y 1512.
  5. diccionario biblico certeza
  6. EL ISLAM EN LÍNEA - ¿Qué piensan los musulmanes del Pecado Original?

Bibliografía adicional

Christoph Schönborn (2001). Sobre el pecado original. Edicep. ISBN 978-84-7050-662-8.

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