Liturgia
- Vigilia de Navidad
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Les presentamos una liturgia, preparada por Eduardo Cáceres Contreras para ser vivida en familia. El ideal es que se realice entre el 22, 23 ó 24 de diciembre.
• Ambientación
- El comedor de la casa y ojalá también el living y la cocina debemos adornarlo de fiesta con motivos navideños.
- En distintos lugares de la casa podemos colocar carteles con frases alusivas al momento, por ej.: ¡Gracias, Señor, por venir a nuestra casa!, ¡Con Jesucristo renace nuestra esperanza! ¡Feliz Navidad en familia!.
- En un lugar adecuado y visible ponemos el árbol de Navidad y dejamos un espacio para colocar un pequeño pesebre que iremos formando en el transcurso de la celebración.
- Música ambiental, si es posible. Sobre una mesa unas velas que se encenderán una vez proclamado el Evange-lio, quedarán encendidas durante la comida para que la luz, que es Jesús, brille en la oscuridad.
- La Biblia debemos tenerla abierta en un lugar destacado y visible de la casa.
- Es importante de que todos los integrantes de la familia estén reunidos por lo menos 15 minutos antes de dar inicio a la celebración. (Es bueno que alguien se encargue de fijar la hora y avisar a los demás para que no se atrasen).
- No hay que olvidarse de apagar la T.V.
• Acogida
- Los dueños de casa deben ir creando un ambiente alegre y acogedor.
- Saludan con cariño a los familiares que han venido a esta celebración y los invitan a todos a reunirse en torno al lugar donde se irá formando el pesebre.
Padre o cabeza de familia: Estoy contento porque nuestra familia se ha reunido. Me parece muy importante que juntos podamos darle a la Navidad el sentido que verdaderamente tiene. Y no quedarnos sólo con la costumbre de comer y recibir regalos. Los invito como familia cristiana a recibir en nuestro hogar a ese Dios que viene. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos: Amén
Un niño: (Pregunta en voz alta) ¿Qué es Navidad? ¿Por qué estamos reunidos hoy?.
El padre o cabeza de la familia: Responde brevemente )a modo de sugerencia)
En la Navidad Dios se presenta como uno de nosotros, en nuestra tierra. En el pequeño pueblo de Belén se cumple la gran promesa de Dios: de la Virgen María, nace Jesucristo, rodeado por la naturaleza, los pastores y el campo. No nace en una mansión sino en la pobreza de un humilde pesebre. Nos reunimos hoy como familia, porque Jesucristo nace también para nosotros, para que lo reconozcamos y lo acojamos. Dios nos hace un gran regalo y, juntos, lo vamos a celebrar.
Si Jesucristo nace en Belén, pero no nace para nosotros, no vale la pena estar aquí reunidos.
(Silencio)
Un niño: Lleva un poco de paja hasta el lugar donde se armará el pesebre, debajo del árbol de Navidad.
La madre comenta: Jesús ha querido nacer pobre en un establo. Hoy son muchos los que nacen y viven pobre-mente, los que pasan hambre y no tienen pan en sus hogares. Pensemos en ellos. Jesús ama a los pobres. Algún día dirá: Bienaventurados los pobres..."
(Música)
Alguien coloca la figura de San José.
La madre comenta: Jesús es el Hijo de Dios. San José lo libró de los enemigos, cuidó de El y le enseñó a trabajar. Jesús obedecía. San José carpintero cuida de nosotros y ruega por los que no tienen trabajo.
(Silencio, Música)
Otra persona coloca la figura de la Virgen.
La madre comenta: La Virgen María es Madre de Jesús. Mujer sencilla como tantas de nuestro pueblo, muchas veces ignorada y humillada. En María no hay más preten-sión que hacer la voluntad de Dios. Allí están José y María. Ellos esperan gozosamente la llegada de Jesús... Nosotros también queremos recibir con alegría a este niño en nuestro hogar.
A continuación uno de los hijos, colocando la figura del Niño en el pesebre proclama:
¡Hoy, Jesús ha nacido, ha venido a traer la Buena Noticia a los pobres, a anunciar a los cautivos su libertad, a darle vista a los ciegos, a liberar a los oprimidos! ¡Hoy el Señor ha venido también a nuestra familia!.
(En este momento podemos cantar: "Alabaré" o "Gloria Gloria, Aleluya").
(Después del canto)
La madre comenta: María ha captado en su corazón la resonancia del misterio de Dios, ella una mujer simple ha sido elegida para ser la Madre de Dios... ¡Miren! está arrodillada y adora a su Hijo Jesús que ha venido a salvar al mundo. Arrodillémonos también nosotros y adorémos-lo como la Virgen.
Podemos rezar unos momentos en silencio...
(Música)
Algunos se acercan y colocan figuras de pastores y reyes magos
La madre comenta: Muy pronto llegaron los pastores y los reyes magos. Reconocer al Hijo de Dios manifestado en un Niño indefenso y débil. Acuden con lo que tienen y son, para dar y no para recibir. Se arrodillan y antes de irse, le dejan sus regalos. Ofrezcamos a Jesús nuestros regalos y nuestras buenas intenciones.
• Proclamación de la lectura del Evangelio (Lucas 2,1-20).
El Padre o cabeza de familia lee el texto:
Por aquellos días salió un decreto del emperador Augusto, por el que se debía proceder a un censo en todo el imperio. Este fue el primer censo, siendo Quirino gobernador de Siria.
Todos, pues, empezaron a moverse para ser registrados cada uno en su ciudad natal. José también, que estaba en Galilea, en la ciudad de Nazaret, subió a Judea, a la ciudad de David, llamada Belén, porque era descendiente de David; allí se inscribió con María, su esposa, que estaba embarazada.
Mientras estaban en Belén, llegó para María el momento del parto, y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, pues no había lugar para ellos en la sala principal de la casa.
En la región había pastores que vivían en el campo y que por la noche se turnaban para cuidar sus rebaños. Se les apareció un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de claridad. Y quedaron muy asustados.
Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo, pues yo vengo a comunicarles una buena noticia, que será motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy, en la ciudad de David, ha nacido para ustedes un Salvador, que es el Mesías y el Señor. Miren cómo lo reconocerán: hallarán a un niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado en un pesebre.»
De pronto una multitud de seres celestiales aparecieron junto al ángel, y alababan a Dios con estas palabras: «Gloria a Dios en lo más alto del cielo y en la tierra paz a los hombres: ésta es la hora de su gracia.»
Después de que los ángeles se volvieron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha dado a conocer.» [Fueron apresuradamente y hallaron a María y a José con el recién nacido acostado en el pesebre. [17] Entonces contaron lo que los ángeles les habían dicho del niño. Todos los que escucharon a los pastores quedaron maravillados de lo que decían.
María, por su parte, guardaba todos estos acontecimientos y los volvía a meditar en su interior.
Después los pastores regresaron alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, tal como los ángeles se lo habían anunciado.
Luego, dice:
¡Hoy y siempre el Señor está con nosotros!
¡Cantémosle nuestro gozo!
(Todos cantan jubilosos un villancico, puede ser "A las doce de la Noche" o “Noche de Paz").
- En estos momentos se pueden depositar en un canasto las tarjetas y los regalos que se entregarán después de la comida.
- Cada integrante de la familia, en forma corta y sencilla, puede decir algunas palabras expresando sus deseos para el resto de la familia y para otros a quienes también Jesús viene.
• Sugerencias
- Deseo que mis padres se quieran mucho y nos entreguen cariño y amor, para que así la luz de Jesucristo no se apague nunca en esta familia.
- Deseo que juntos recordemos a nuestros queridos familiares y amigos que ya no están con nosotros. Que nuestro regalo sea tenerlos presentes en esta Nochebuena.
- Deseo que Jesucristo transforme tantos corazones llenos de odio y que traiga la paz, la justicia y la verdad a nuestra patria.
- Deseo que en las familias que ha ocurrido alguna desgracia donde hay enfermos, cesantes, perseguidos, ... esté la luz de la esperanza que es Cristo.
• Comida
- Antes de pasar a la mesa, se encienden las velas, (podrían ser encendidas por varios de los que se reúnen en torno a la mesa). Esta luz nos dará un clima de intimidad y de fiesta, signos de la Navidad.
Antes de comer se dan todos un abrazo de paz y felicitación. Luego estando en la mesa, uno de los niños puede decir la siguiente bendición:
Niño pobre de Belén, bendice a los que vamos a disfrutar de esta sencilla comida, preparada con tanto cariño.
Bendice también a los que nada tienen y quédate para siempre con nosotros.
Todos: Amén.
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